Nacionalismo inútil (XII): el caso de la bandera LGBTI de Panamá

Si el lector es una persona muy atenta a las noticias, sabrá que recientemente Estados Unidos legalizó el matrimonio igualitario en todos sus estados, en medio del júbilo de los activistas por la igualdad de derechos y el desconcierto y miedo de los líderes religiosos. Ante este gran triunfo (que, a pesar de todo, sigue siendo uno de muchos pasos), tanto organizaciones de los derechos LGBTI alrededor del mundo como personas en las redes sociales han compartido los colores de la llamada bandera gay.

No obstante, parece que no todos están de acuerdo con la tendencia, y se ha convertido ya en polémica. En un grupo de Facebook, Respeten a Panamá 507, el cual asegura estar conformado sólo por panameños que piden respeto a su gente de parte de los extranjeros (de alguna forma, esto ya levanta suspicacia), los miembros formaron una tormenta de arena porque algunos panameños empezaron a compartir una imagen de la bandera de Panamá con los colores cambiados por los de la bandera LGBTI. Todos estuvieron de acuerdo en que se trata de una falta de respeto a la bandera y a lo que representa, pidiendo incluso intervención de los gobernantes ante este hecho (¡!), y aunque más de uno decía “No soy homofóbico, pero…”, no tardaron en lanzar una serie de insultos contra la comunidad LGBTI de su país, tildándolos de anormales, aberraciones y otras cosas que no reproduciré aquí.

El mismo camino tomó un periodista, Álvaro Alvarado, que en su página de Facebook publicó la imagen de dicha bandera diciendo que era un irrespeto, y aclarando también que no era homofóbico. Los comentarios son penosos: gente diciendo que la bandera es sagrada, que irrespetarla es como irrespetarnos a nosotros mismos, y otra sarta de coloridos insultos a los LGBTI, siempre aclarando que no se trata de homofobia (¿qué dirían si realmente lo fuera, entonces?).


Yo ya he hablado antes de los símbolos patrios, y he sido enfático al respecto: no son, ni deberían ser, sagrados. La reverencia a dichos símbolos no es más que un culto a un conjunto de abstractos que no tiene ninguna ventaja ni utilidad para nosotros. Si es necesaria la desacralización de los textos sagrados de las religiones para su análisis crítico, ¿por qué mantener la idea del “irrespeto” a algo tan inerte como una bandera?

Dada la energía con la que muchos han protestado por el asunto, usaré esta entrada para expresar mi opinión al respecto. Sin embargo, la realidad es que no llevan la razón, y pasaré a explicar por qué.

Amigo panameño: ¿está usted seguro de que la bandera de Panamá está siendo irrespetada? Porque yo le pregunto: ¿ella sufre? ¿Se acongoja? ¿Se queja porque se le ha insultado al pintarrajearla de otro color? No, ¿cierto? Entonces, ¿por qué piensa que un objeto inanimado es víctima de irrespeto? Ah, ¿por su significado? Entonces el que se siente irrespetado es usted, no la bandera. No la tome de excusa para sus complejos y odios.

Le aclaro lo siguiente: para mí, toda ley contra la blasfemia, herejía o sacrilegio es un absurdo, y que estén establecidas para la protección de los símbolos patrios no la hace menos insensata. Lo que es ofensivo para unos no lo será para otros, y no puede pedir que todos lloren porque se pintó la bandera con colores más diversos sólo porque usted se incomoda. Aun así, aceptemos que las leyes contra el sacrilegio de su amada bandera son válidas. ¿Está seguro que el caso de los colores LGBTI en la bandera de Panamá es sacrilegio? ¿Sabe usted cuáles son los casos de sacrilegio contra su bandera? Yo me tomé la molestia de averiguarlo, y son las siguientes:

-Que la bandera sea cortada o quemada durante una protesta.
-Que sea usada en artículos comerciales.
-Que aparezca en pautas de publicidad.
-Que sea usada en sitios de recreación nocturna (supongo que se refieren a discotecas, prostíbulos, etc.).

¿Se menciona en algún momento que será sacrilegio si se alteran los colores de la bandera, o si es usada en un movimiento social? No. Entonces deje de quejarse. Que la bandera de Panamá sea usada con los colores del orgullo LGBTI no es sacrilegio ni falta de respeto. No legalmente, al menos, que debería ser lo importante para usted si cree que son necesarias leyes de esa naturaleza.

Si se incomoda porque es usada por un grupo de personas con una condición sexual diferente a la que usted considera normal, entonces dígalo sin tapujos. ¿Por qué se escuda detrás del “no soy homofóbico, pero…”? Usted tiene el derecho de expresarse libremente, después de todo. Claro, así como usted tiene ese derecho, también lo tiene las demás personas de decirle que es usted una persona de visiones medievales y discriminatorias. Y probablemente tendrían razón.

¿En qué se basa para llamar a los homosexuales “aberrados”? ¿Es por la guía moral de su libro sagrado, la Biblia? Bien, déjeme decirle que esa es su visión, pero no es la de todos los demás, y no tienen ninguna obligación de respetarla, porque las ideas no se respetan: las personas, sí. Y sí, sé que la Constitución de su país es bastante ambigua, predicando el libre ejercicio de las religiones, “sin otra limitación que el respeto a la moral cristiana y el orden público”. A pesar de ello, en ese sentido, la bandera con los colores LGBTI ni está ofendiendo directamente la moral cristiana -pues como tal, no es una religión oficial en Panamá, y la bandera nada tiene que ver con la cristiandad- ni está alterando el orden público, a no ser que usted desee hacerlo para pedir las cabezas (figurativamente) de los autores de la imagen.

Por lo que yo he visto, quien se manifiesta de esa manera porque se altere de alguna forma un símbolo patrio está actuando de forma sumamente irracional. Y la irracionalidad es peligrosa, pues nos lleva a cometer actos sin pensar en las consecuencias. ¿Realmente desea actuar de esa forma? ¿No cree que sea mejor sentarse a meditar un momento si realmente hay un irrespeto al cambiar los colores de la bandera? Si legalmente no hay motivo para pretender que se judicialice a alguien por pintar su bandera con los colores del orgullo LGBTI, ¿vale la pena entonces reaccionar de forma tan airada ante la situación? Yo creo que no.

Finalizo, entonces, invitándole a que se tome el asunto con calma. Puede que usted sea una persona muy patriótica, pero no se deje llevar por el hígado y piense con calma por un momento si es útil que se enoje por esto, de dónde viene su enojo, y si sus motivos son realmente relevantes para los demás y para la sociedad en general. Si lo hace, tal vez pueda dejar atrás una visión tan estorbosa como lo es el culto excesivo a los abstractos patrióticos, que sólo alimentan odios entre los demás países, y entre sus conciudadanos.


P.D.: muchas gracias a Gabriel David González, por darme a conocer sobre este caso. Y para los otros lectores, si tienen sugerencias para futuras entradas de Nacionalismo inútil, háganmelo saber en los comentarios.

Comentarios

  1. Hay que desmitificar el cuento de Donald Trump. Saludos.

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    1. ¿Te refieres a lo que dijo sobre los mexicanos? La verdad es que siento que estaría un poco por fuera del enfoque de esta serie de entradas. Sin embargo, sí cabe comentar sobre ello, pues lo que dijo no es diferente de lo que piensan muchos líderes republicanos (aunque ninguno lo diría con esas palabras).

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    2. Lo que ocurre es que esa "indignación" tapó la parte realmente pesada del discurso: los comentarios sobre China y sus claras intenciones de frenarlos a cualquier costo, así tenga que recurrir a la guerra.

      Además, tengo entendido que él se refería a los ilegales, no a Latinoamerica en general. Los únicos que deberían sentirse ofendidos (de ser así) son los gobiernos de los respectivos países que no pueden dar mayores garantías en calidad de vida a su gente. Claro que si fuera así no podría hablar mucho, porque Estados Unidos tambien tiene problemas fuertes con el desempleo y los desocupados desde hace rato.

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    3. Ciertamente. ¿Tienes enlaces sobre los comentarios a China? Sería muy útil.

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    4. Encontré el discurso completo. https://www.youtube.com/watch?v=q_q61B-DyPk

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  2. Hablando de Pánama, podemos cooperar o yo darle la idea de agregar otra a entrada a la serie y es el odio chovinista por Pánama, y la ironía de que quieren que los feliciten por la independencia y la acepten, pero odian la independencia de Panamá porque toca fibras nacionalista y nostalgias ridículas. Esto se transforma en una rivalidad entre gente de aquí y de allá y una xenofobia, una vergüenza, en fin puede ser un buen tema para la serie.

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    1. No he visto mucho de eso, ¿sabes? (por fuera de la típica lloradera antiestadounidense cada noviembre, claro). Si tienes enlaces o fuentes al respecto, sería interesante echar un vistazo.

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