¿Son sobrevalorados los divulgadores científicos?
Hace un par de días, el
blog Skepticom, nacido de la página
de Facebook Escepticismo y Ateísmo:
Proyecto Cordura, publicó una entrada donde hacen un análisis
crítico a cuatro figuras de la divulgación científica: Richard Dawkins,
Stephen Hawking, Michio Kaku y Neil deGrasse Tyson. La nota define a los cuatro
como científicos sobrevalorados, usando el índice H, con el cual se mide la
frecuencia de citación de sus artículos científicos, hecho que se considera una
buena medida de la calidad investigativa y el impacto de un científico dentro
de su campo. Aunque no se hace una alusión directa sobre la calidad de su
trabajo como divulgadores, sí se muestra que la percepción de la gente sobre la
importancia de cada uno en su área de investigación es exagerada.
La entrada no pasó
inadvertida, y pronto su página en Facebook (que constantemente es criticada
por una percibida pretensión intelectual) se llenó de críticas. Que se estaba
desestimando su labor como divulgadores científicos -cosa que en la entrada no
se hizo-, que era puramente envidia, que se trataba de criticar por criticar,
que con “índices neoliberales” no se podía medir la calidad de la investigación
de una persona, etc. Como con todas las cosas, hay validez tanto en las
observaciones de Skepticom como en
las críticas de algunas personas, así que considero que es pertinente hacer un
análisis, al menos desde mi punto de vista, de la información presentada.
Uno:
tal como lo afirma Skepticom, no hay
vacas sagradas, y cualquier persona es susceptible de ser analizada escépticamente.
Eso va igualmente para las figuras dentro del escepticismo, y tengo la
impresión de que más de una persona que estuvo en desacuerdo con la entrada lo
hizo porque sentía que estaban atacando a sus ídolos. Tenemos que comprender
que no cualquier observación crítica a una persona es ad hominem.
Dos:
el uso de la palabra “sobrevalorado” fue chocante para muchos. No obstante,
debe tenerse en cuenta que, si bien esta palabra es frecuentemente utilizada de
forma peyorativa, no implica necesariamente mala calidad. Sobrevalorado
significa, simplemente, que se le da a algo más valor del que realmente tiene,
lo que no es decir que su valor real es bajo o muy malo. Es sólo decir que
probablemente la reputación popular que precede, por ejemplo, a Stephen
Hawking, es exagerada con respecto a su influencia real dentro de la física.
Tres:
teniendo en consideración todo lo anterior, me temo que Skepticom tiene bastante razón en sus observaciones. Puede
incomodar, puede incluso dolerle a alguien, pero la realidad es que ni Dawkins,
ni Kaku, ni Tyson y ni siquiera Hawking son tan influyentes dentro de sus áreas
de estudio como se suele pensar, y no es siquiera necesario un índice para
darse cuenta. Es evidente que su impacto mediático y su popularidad son
confundidos por las personas con una importancia notable dentro del ejercicio
de investigación, pero de hecho no sucede así. Por ejemplo, Dawkins no ha
publicado un artículo científico original en su campo desde los 80, y un aporte suyo en biología, el concepto de meme, ya es altamente
cuestionado e incluso señalado como pseudociencia. Tyson tiene incluso menos
trabajos científicos dentro de la astrofísica (volveré más adelante sobre este
punto).
Incluso, tal y como
indicaron los moderadores en la página de Escepticismo
y Ateísmo…, su labor como divulgadores científicos ha tendido a empañarse
en los últimos años. Por ejemplo, Dawkins es mucho más conocido por su ateísmo
militante, lo que puede tener un efecto negativo en su trabajo, puesto que al
confundir la ciencia en la cabeza de la gente con el ateísmo, y peor, con el
antiteísmo, se termina alejando a creyentes realmente interesados en la
ciencia. Hawking, por su parte, se ha hecho bastante conocido por declaraciones
irrelevantes o apresuradas, como una
fórmula para saber si Inglaterra ganaría la Copa Mundial, la extinción de
la física teórica a finales del siglo pasado, o la muerte de la filosfía. Una
no tenía ninguna importancia real para la divulgación científica o la ciencia
en general (quizás para la estadística y las probabilidades), y las otras
carecían de bases reales (aunque la filosofía sí está pasando actualmente por
una crisis).
De Kaku y Tyson es
más difícil señalar sus errores, puesto que en realidad no son tan conocidos en
nuestra región por la mayoría, al menos hasta Cosmos y el meme “¡Ay sí! ¡Ay
sí!”, por parte de Tyson, y una falsa
noticia sobre la creencia en la existencia de Dios, por parte de Kaku. De
éste último se puede reprochar, por ejemplo, que hablara en una entrevista a la
CBS sobre el bosón de Higgs de forma
incorrecta, y que muestre un desconocimiento en varias áreas de la ciencia,
incluyendo algunas ramas de la física. Tyson, por su parte, es criticado por
haber tenido algunas imprecisiones históricas en Cosmos (aunque, para ser justos, eso sería culpa del libreto) y por
sus críticas
a la filosofía.
Cuatro:
a pesar de lo dicho en el punto anterior, hay que matizar algunas cosas.
Primero, la labor del divulgador científico no es poca cosa. Los científicos se
mantienen trabajando constantemente en diversas áreas, pero no siempre se
preocupan en transmitir los conceptos, motivos e importancia de lo que están
haciendo a la gente del común, por lo cual surgen, por ejemplo, desconfianza en
productos como vacunas o alimentos OGM (sin saber de su inocuidad), o críticas
a los programas espaciales (desconociendo que de estos surgieron muchas cosas
que usamos hoy en día).
Es por eso que la labor
del divulgador científico es tan importante hoy en día, para aclarar diferentes
hechos científicos que la gente desconoce. Y a pesar de sus tropiezos actuales,
Dawkins, Hawking, Kaku y Tyson tienen una trayectoria notable como
investigadores, con logros que no se pueden desconocer. Dawkins se atrevió a
hablarle a la gente sobre cómo la ciencia podía explicar el origen del Universo
y la evolución de la vida hoy en día, sin la necesidad de recurrir a una
entidad superior. Hawking dedicó sus años a explicarle a los demás sobre el Universo,
su origen y funcionamiento, de una forma que pudiera ser comprendida por
cualquiera. Kaku es pacifista, constante crítico de las armas nucleares y de
los negacionistas del efecto antrópico sobre el calentamiento global. Tyson
continuó con la genial serie de Carl Sagan (quien también fue divulgador
científico), mostrándonos todo sobre nuestro origen y nuestro posible futuro.
¿Quién puede rechazar todo ese trabajo de hacer llegar la ciencia a cualquier
persona, de lograr que los jóvenes se motiven por la ciencia?
Segundo, tal como
dijeron algunos contactos, la divulgación es una labor que también requiere
mucho tiempo, y por lo tanto es muy difícil hacerse un espacio para la investigación
científica como tal. Es muy probable que varios de los divulgadores científicos
de la actualidad prácticamente se hayan sacrificado en pos de transmitir el
conocimiento y la curiosidad científica a las demás personas, y es importante
que esto se tenga también en cuenta a la hora de analizarlos. El impacto que
podrían o no haber tenido en la comunidad científica podría, entonces, estarse
dirigiendo a la comunidad regular.
Cinco:
el índice H. Este índice se basa en el número de artículos publicados por un
científico, y en el número de veces que son citados. Es una forma de medir el
aporte investigativo de una persona, y el impacto de dicho aporte en la
comunidad científica. Permite evaluar, entonces, la productividad de un
científico y, en teoría, su calidad académica, de una forma más objetiva que la
carrera mediática.
No obstante, no es una
prueba infalible. Primero, porque comparar a un científico joven con uno más
veterano sería injusto, pues este último habrá tenido una carrera más larga, y
por tanto una producción mayor, por lo cual la comparación entre sus índices H
no sería equivalente. Segundo, porque tal como indicó un comentario en la
página de Facebook (de muy mala manera, por cierto), cantidad no es lo mismo que calidad,
ya que, por ejemplo, hay científicos que publican sólo cada cierto tiempo, pero
presentan trabajos muy bien desarrollados, y otros que sacan cinco artículos
mediocres cada año. Esto puede generar una confusión en el índice, pues un
trabajo inferior puede ser tan o más citado que un artículo de buena calidad -incluso
aunque sea para cuestionarlo-, y no por ello indica un aporte positivo de su
autor a la comunidad científica. Se debe ser cauteloso, pues, al momento de
usar este índice, y tener en cuenta dicha eventualidad.
-O-
Aquí termino con mis
reflexiones sobre el tema. Soy de los que está de acuerdo con la entrada de
Skepticom, aunque haciendo las salvedades mencionadas aquí. En todo caso, esto
nos sirve como un buen ejercicio de escepticismo sobre estas y otras figuras
del movimiento científico y escéptico, que a menudo parecen brillar más por su
presencia en los medios que por su calidad investigativa.
Comentarios
Publicar un comentario