#ImNoAngel y el dilema de las mujeres “reales”
Hace
poco una campaña en las redes sociales surgió como una crítica y competencia al
concepto de los ángeles de Victoria’s Secret. La marca Lane Bryant empezó a
promover la etiqueta #ImNoAngel, la
cual, de acuerdo con la nota de Los 40
Principales, “se posiciona a
favor de las medidas de las mujeres reales y en contra de los físicos perfectos
de los que hacen gala las supermodelos de los espectaculares desfiles de
Victoria’s Secret”.
En
lo particular, encuentro un punto negativo en dicha afirmación, que se ha
vuelto muy común en las campañas de reivindicación de la figura femenina.
Antes
de continuar quiero aclarar algo: no estoy en contra como tal de la campaña de
Lane Bryant. Es cierto que muchas empresas de modelaje y ropa mantienen un
estereotipo de mujer delgada que muchas mujeres no pueden conseguir, y esto
suele ejercer presión social en las jóvenes. Y en honor a la verdad, Victoria´s
Secret es una empresa un tanto elitista y selectiva, pues es obvio que su
objetivo son las mujeres delgadas (bastante delgadas, considerando los
estándares de sus modelos). Por ello, es admirable que haya una marca que
busque hacer contrapeso a dicha campaña.
No
obstante, encuentro cierta nocividad en el hecho de que se presente la campaña
de Lane Bryant como representativa de la mujer “real”. Y es porque, así como VS
no representa adecuadamente a todas las mujeres al presentar modelos bastante
delgadas, LB tampoco lo hace bien cuando muestra modelos más pesadas, pero con
más o menos la misma figura. Al igual que la marca de los ángeles, LB tiene
fijos sus ojos en un mercado específico: el de las mujeres de gran talla. Y las
mujeres de tallas grandes no son todas
las mujeres que existen en el mundo. En otras palabras, su campaña es mitad
reivindicación y mitad estrategia comercial, aunque eso es aceptable.
El
problema es que actualmente, en medio de la lucha por mostrar que las mujeres
con tallas grandes son igualmente valiosas, se está recurriendo a términos que
se convierten en discriminatorios. Específicamente, el término de “mujer real”.
Hoy en día esas palabras se utilizan principalmente para designar a mujeres con
figuras muy similares a las que muestra LB; sin embargo, paradójicamente,
terminan ignorando que existen otras mujeres con tallas mucho mayores que
ellas, o que son incluso más delgadas que los ángeles de VS.
Consideremos
lo siguiente: hay mujeres que son clínicamente obesas. ¿No son ellas también mujeres
reales? ¿Dónde están representadas en las campañas de LB? ¿Y qué ocurre con las
mujeres con curvas más pronunciadas que los ángeles, pero no llegan a las
tallas de LB? ¿Son acaso todas postizas, con cirugías o liposucción? ¿O son
acaso maniquíes? Entonces estamos ignorando, gratuitamente, que las mujeres
pueden ser delgadas a base de ejercicio, o simplemente por su complexión y su metabolismo.
¿Acaso eso no cuenta?
Teniendo
en cuenta lo anterior, consideremos también que hay mujeres que por complexión
y metabolismo (en fin, por herencia) son incluso más delgadas que las modelos
de VS. No todas las mujeres reales
tienen curvas, no al menos como las que nos muestra LB. ¿Por qué actualmente
las campañas de reivindicación de la figura femenina parecen ignorarlas? ¿Y no
es igualmente discriminatorio considerar que las modelos tradicionales tampoco
son reales? ¿No sería, entonces, el mismo juego?
Y
podría ponerme incluso más específico y ridículo con el concepto de mujer “real”.
Por ejemplo, las mujeres de la campaña de LB tienen más o menos la misma
estatura. ¿Entonces las mujeres más bajas, o las que sufren de enanismo,
tampoco son mujeres reales? Todas las mujeres de la campaña tienen sus miembros
completos. ¿Qué pasa con las que han perdido un brazo, o una pierna?
El
anterior párrafo suena como un absurdo, lo sé. Pero es una reducción para
mostrar lo problemático, discriminatorio y desenfocado que es presentar sólo un
tipo de modelo físico como la “realidad”. VS tiene muchos motivos para ser una
marca criticada, por presentar una figura femenina peligrosamente delgada y
poco saludable. Pero pretender que la figura que nos presenta LB es la figura
real de cualquier mujer es igualmente criticable.
Si
a alguien se le ha ocurrido, aclaro también que esto no es una crítica a las
modelos plus size. Existen muchas modelos por fuera de los estándares tradicionales que son dignas de respeto. Podría mencionar a
Kelly Brook, Lucy Collett o London Andrews (y comprobarán que las tres tienen diferencias
en su físico). Pero, así como se hace con las modelos de VS, uno no puede
pretender que sólo existen mujeres de tallas grandes, ni que estas son las
únicas reales ni admirables. Y tampoco se puede ignorar que cuando hay una
marca detrás de una campaña, su propósito entonces no es enteramente altruista.
Con esto termino. Como he resaltado, no estoy en
contra de las campañas que invitan a las mujeres a sentirse orgullosas de su
físico. Son algo refrescante, un movimiento admirable y necesario ante el
bombardeo de ideales físicos más bien irreales. Sin embargo, debemos tener claro
que todas las mujeres son diferentes: hay altas, bajas, delgadas, robustas,
gordas, y un largo etcétera. Si se quiere representar dicha diversidad,
centrarse sólo en un tipo de físico no es lo adecuado, ya que termina siendo
restrictivo e igualmente irreal. Por ello, quiero dejarlos con una imagen que
es un poco más justa y diversa que la campaña de LB.
Muy bueno.
ResponderEliminarOtra vez esto. Es el marxismo cultural emponzoñando la moda :(
ResponderEliminarNo compraré ni Dove ni LB. Esto es una cuestión de gustos (adquiridos de manera evolutiva). Yo no le digo a nadie qué gustos tener y ciertamente no me acomplejo por ningún estándar de ninguna industria, por lo que agradecería que ninguna industria adopte esta especie de superioridad moral ridícula.
La cuestión es muy simple: yo soy responsable por mis sentimientos y si decido sentirme mal porque La Roca es un estándar cultural de belleza masculina, el problema es *mío*, no de La Roca o los fisioculturistas, o de ninguna industria.
Siendo honestos, la campaña de LB no es tanto superioridad moral como estrategia financiera. Y sí, a muchas jóvenes les resulta complicado observar esos "estereotipos" de belleza (en comillas, porque en realidad uno tiende a ser más realista a medida que crece), pero eso debe combatirse con educación en casa, no con tergiversaciones como ese concepto de las "curvas reales".
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