Imposturas religiosas
Por
lo general, las personas creyentes no son muy propensas a cuestionar sus
propias creencias, y ven con recelo cuando alguien se molesta en someterlas a
juicio. Para evitar esto, muchas veces recurren a argumentos filosóficos y
comparaciones prefabricadas que, en una visión más bien simplista, son la mejor
arma contra la incredulidad.
No
obstante, la mayoría de tales argumentos son en realidad muy débiles, aunque a
simple vista no siempre es fácil identificar por qué. Como soy un poco
apasionado por la filosofía, me gusta analizar y contrastar la veracidad de sus
proposiciones desde este campo, y también con un poco de ciencia cuando es
necesario. Mi objetivo no es que el lector creyente abandone su fe, es que se
tome la molestia de ser un poco más culto y objetivo, y comprenda que la
existencia de un Creador del Universo es una idea demasiado compleja como para
intentar comprobarla a través de falacias y errores argumentales.
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