La moda de indignarse contra los indignados
¿Recuerdan
los lectores que en una ocasión hablaba sobre lo problemáticas que son las
personas que siempre están criticando cualquier tendencia popular, como si
el hecho de que una película fuera admirada por miles la hiciera inherentemente
mala? ¿Recuerdan que en esa ocasión mencionaba también que muchos de estos “criticólogos”
suelen compartir la información que les gusta sin verificar que sea verdad?
Bien, nuevamente esto ha estado pasando, obra de esas personas desdeñosas que
siempre critican cuando se le da cubrimiento a una tragedia en el Primer Mundo.
Y si en algún momento sus críticas pudieron tener un fundamento serio, la
verdad se ha difuminado en medio de comentarios tontos y publicaciones falsas.
Aún no han pasado cinco días desde la
masacre en Orlando, Florida, y ya hay muchos compartiendo imágenes sobre
147 estudiantes cristianos asesinados en Garissa, Kenia. Para la gran mayoría
de la policía moral de Facebook, es indignante que se haya hecho un cubrimiento
tan grande de la muerte de 50 personas en una discoteca gay, mientras que en
ningún medio se haya comentado nada sobre una tragedia aún mayor.
Sólo
hay un pequeñísimo detalle con esto: la tragedia en Garissa ocurrió
en abril del año pasado. ¡Ups! Qué pena: parece que en el pasado tuve
una visión del futuro, y escribí
una entrada sobre esta futura tragedia. Debe ser la explicación más
probable, ¿no? ¿Será que acaso lo olvidaron? ¿O será que en realidad, como
suele pasar, todos estos justicieros sociales, defensores del conocimiento y
desveladores de la verdad oculta, no se molestaron en verificar esta
información antes de compartirla?
Con
todo respeto, no hay una forma amable de ver semejante estolidez. Si quienes
compartieron la tragedia de Garissa como si hubiera ocurrido el fin de semana
no sabían que esto pasó el año pasado, eso quiere decir que en ese entonces no
se enteraron en ningún medio de comunicación ni en las redes sociales, no
tienen la costumbre de verificar las publicaciones que comparten, y en un todo significa
que no son ni de cerca tan críticos y
objetivos como frecuentemente alardean. Si sabían bien todo esto, y lo compartieron
igual, significa que estaban usando información falsa para dar a conocer sus
ideas, y que no son diferentes a los medios de comunicación que acusan de
manipular, entorpecer y falsear la información. Es tan deliciosamente irónico
que daría risa, si no fuera porque es una grave evidencia de la falta de
espíritu inquisitivo, interés crítico e indignación genuina que abunda en las
redes sociales.
Sólo
fíjense en la siguiente imagen:
Imagen "donada" a Memes Cristianos 1.0. Hasta ahora no se han molestado en desmentirla.
Por
ser cristiano este meme es, a mi juicio, incluso peor. Es peor porque, si es
obra de la ignorancia, significa que los cristianos de esta página no se
enteraron de la masacre de sus hermanos, y deja muy claro que el espíritu de
unidad y armonía en su comunidad no es precisamente brillante. Si es obra de la
mala intención, es repugnante que usen a sus compañeros creyentes caídos hace
un año como parte de una publicación maliciosa para desacreditar a los que se
indignaron por la masacre de Orlando.
Eso
me lleva a otra queja muy relacionada. Muchas personas en las redes sociales
están muy conscientes de que la tragedia de Garissa ocurrió el año pasado, pero
comparten las imágenes como evidencia de la jerarquización de la indignación en
los medios de las redes sociales, puesto que, de acuerdo con ellos, no se dio
el mismo cubrimiento ni se dieron las mismas reacciones de rechazo “porque no son gays o políticos”. Aquí no
hay motivo para dudar de las intenciones: la mayoría de los que comparten este
tipo de memes están actuando de forma maliciosa.
Unos,
porque encuentran así una forma extra de justificar la homofobia, afirmando que
los muertos de Garissa son ignorados porque eran cristianos (sí, muchos hablan
de una “cristianofobia en los medios”, cosa muy absurda), y que toda la
avalancha mediática de Orlando es porque fue una “masacre gay”. ¿Hace falta que
diga que, dado que Estados Unidos es una nación mayormente cristiana, y que
gran parte de las víctimas eran de origen latino, y por tanto de una región muy
creyente, es muy probable que la mayoría de las víctimas fueran cristianas de
una u otra denominación? Hablando sin tapujos, usar estas masacres para seguir
justificando la discriminación y la prevalencia de valores que la promueven es
despreciable.
Otros,
simplemente porque son antiyanquis o antioccidentales, y cualquier tragedia que
ocurra en Estados Unidos o en países occidentales es desestimada porque se
le da demasiado cubrimiento, o porque han causado muertes en otros países a
través de la guerra, y porque al final son occidentales, y ser un país de
Occidente ya lo hace colonialista y opresor. Con esa gente no vale la pena
debatir, porque no son capaces de tener un debate objetivo. Por ello, voy a
reservarme cualquier opinión al respecto, y dejaré referencias
anteriores
a
este mismo tema.
Finalmente,
no todos son homofóbicos, pseudointelectuales y criticólogos. Hay personas que
saben que la tragedia de Garissa es noticia del año pasado, hablando de forma
literal, y lo comparten porque realmente les preocupa que, en un balance, las
tragedias ocurridas en países como Francia y Estados Unidos reciban más
cubrimiento y atención que tragedias en Kenia o el Líbano. Y es cierto: esto
ocurre. Yo mismo llegué a comentar, en el momento, que el caso de Kenia en 2015
no fue tan discutido como la masacre ocurrida en Charlie Hebdo a principios del mismo año en Francia -lo que no significa que no tuviera un
cubrimiento decente-. No obstante,
también fui claro en que hay razones para esto que no necesariamente implican
racismo o discriminación de los países pobres, ni mucho menos cristianofobia. Y
en entradas posteriores he ahondado un
poco más al
respecto.
A
estas personas sólo les aconsejo que sean un poco más prudentes. Hay formas más
adecuadas de debatir sobre la forma desigual en que los medios cubren las
tragedias, y hay razones más comprensibles,
aunque no por ello justificables, por
las cuales se da este fenómeno. Si se tienen en cuenta estos detalles de forma
adecuada, quizás se pueda dialogar mejor para poder superar este problema, sin
recurrir a descalificaciones negativas ni argumentos absurdos.
Es
todo lo que deseaba compartir al respecto, y espero que se pueda comprender de
forma adecuada, y que al menos los haga reflexionar un poco. Tengan cuidado de
no caer víctimas de las campañas de odio que muchos supuestos justicieros
morales, siempre indignándose contra los indignados sin una opinión seria ni
objetiva, están dispuestos a crear.
Por otro lado, lo que si es preoupante respecto a la "fatiga de la compasión", es que terminemos malacostumbrandonos a las injusticias y abusos. Tú que eres costeño (de hecho, muchos colombianos) conocemos la frase "que robe, pero que haga algo al menos". Eso de por si me parece aterrador.
ResponderEliminarParafraseando a Dross, "estamos perdiendo la capacidad de asombrarnos, de escandalizarnos"
Ah, esa es clásica. La hemos aplicado toda la vida en la región, al punto que lo decían con Caicedo y también lo hacen con Rafa Martínez. Es como que estamos tan acostumbrados a que los políticos nos jodan que cualquiera que arregle parques ya es exaltado como un salvador, cuando en realidad sólo está cumpliendo con el trabajo que le corresponde como servidor público. Hemos olvidado que nosotros no trabajamos para los gobernantes, sino que ellos trabajan para nosotros.
EliminarHablando de Caicedo, con base a las noticias y lo que has hablado con tus familiares y amigos en Santa Marta ¿Cómo calificas la gestión y gobierno de Caicedo hasta el momento? Varios dicen que lo ha hecho bien, pero no sé qué pienses objetivamente.
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