La obsesión con la manipulación
Con
frecuencia vemos a muchas personas quejándose del “sistema”, y de la necesidad
de levantarse en contra del “sistema”, sin definir nunca qué es el sistema. Aún
sin tener claridad en este asunto, este tipo de personas suelen recurrir al
siguiente argumento para animar a otros a “cuestionar todo”, a “rebelarse”: “Todo está manipulado”.
¿Qué
es todo lo que está “manipulado”, según estos conspiranoicos? Efectivamente,
todo, aunque suelen centrarse en dos cosas: los medios de información y la
educación. Que este sistema de educación sólo sirve para hacer ciudadanos
acríticos; que los noticieros sólo muestran una cara de la noticia; que el
gobierno sólo les da pan y circo a los ciudadanos; que la televisión sólo
entretiene y no educa; y un largo etcétera.
Es
irónico que las personas que suelen hablar de la “manipulación de la
población”, que quieren ver “hombres detrás de la cortina” en todas partes, tienden
a apoyar ideologías y regímenes que son, por sí mismas, sumamente restrictivas
con la diferencia de opinión. Irónico que haya gente enumerando las Estrategias
de Manipulación Mediática, y confíen en medios como RT, que bullen de noticias
conspiranoicas sin fundamento y fraudes descarados.
Muy irónico que la gente se queje de las materias o información que se imparte
en nuestro sistema educativo, mientras alaban la educación en Cuba, que por muy
pública que sea, su carácter adoctrinante (este sí) es incuestionable.
Cinismo en su máximo esplendor...
Empecemos
por los cuestionamientos a los medios de comunicación, particularmente la
televisión. Se le reprocha principalmente por ser un medio que vende
principalmente entretenimiento y no educación. Sin embargo, ¿por qué se
reprocha esto? ¿Hacen mal los canales de televisión que no ofrecen programas
educativos? No, porque esa no es la labor ni el propósito de la televisión.
Esta se diseñó originalmente como medio de entretenimiento e información, y ha
servido muy bien para conectarnos no sólo con sucesos que antes podían tardarse
semanas o meses en llegar a nosotros, sino también para verlos con nuestros propios
ojos. Si algunos canales deciden impartir educación en su programación,
bienvenido sea, pero ninguno está obligado a hacerlo.
La
otra tanda de críticas se enfoca en el sentido de que la información de los
noticieros siempre es sesgada y poco objetiva, o que dejan de lado eventos
importantes a nivel mundial. En algunas ocasiones, esto es cierto,
particularmente en los canales privados. Sin embargo, en su calidad de
privados, tienen precisamente el derecho de presentar la información que ellos
consideren más relevante. Y hay que decirlo: la mayoría de los comentarios
acerca de “información sesgada” suelen venir de personas que se molestan porque
no muestran el enfoque que ellos quieren. Nunca estarán contentos. Si se
muestran las dos caras de la moneda, entonces se dice que hubo más enfoque en
una que en otra; si muestran la información a medias, están ocultando cosas; si
muestran lo que ellos quieren, dicen que es información somera o que lo hacen
para “congraciarse”.
Lo
mejor es ignorar a estos inconformes. Y recordarles que, anteriormente, gente
como Jean-Paul Sartre y Noam Chomsky decía que la información acerca de las
atrocidades cometidas en China y Camboya era “manipulación mediática”… y ya
sabemos lo que ocurrió en esos países.
La
crítica final es que, según estas personas, hoy no es más que un medio de
adormecimiento mental para las personas. Según, que a punta del popular “pan y
circo”, se le lava el cerebro a las personas, haciéndolas dóciles y fácilmente
sugestionables ante el poder del gobierno. Todo para mantener el “sistema”.
¿Esto
es real? Ni de broma. De eso tuvimos bastante evidencia en la pasada Copa
Mundial en Brasil: millones de personas salieron a protestar, descontentas con
los exorbitantes gastos en estadios de fútbol e infraestructura relacionada.
Edificios que podrían convertirse en elefantes blancos, debido a la presencia
de varios estadios en ciudades con poca tradición futbolística. Por mucho que
se ame el fútbol en Brasil (la protesta fue tanto de simpatizantes como
indiferentes a este deporte), la gente no estuvo de acuerdo con la alta
inversión a la Copa en un momento de crisis. ¿Por qué se despertaron? Pues,
porque nunca estuvieron dormidos.
Señores,
el pan y circo es mayormente una irrealidad, lo mismo que el lavado de cerebro.
Introducir a la fuerza una idea en una persona requeriría que el cerebro fuera
una masa inerte, sin ninguna capacidad de análisis, y esto es una falsedad. Con
los niños es más posible adoctrinarlos, porque están en una etapa de
desarrollo: en un adulto, es mucho más difícil. Las personas llevan su diario
vivir en medio de las dificultades; por eso, es muy factible que cuando se
sientan a ver televisión, prefieren algo que los distraiga de esa realidad. Sin
embargo, si se ven afectados seriamente, no dudarán en levantar su voz de
protesta, aunque sea contra el simple funcionario que le niega el derecho a una
pensión, a unos medicamentos, etc.
Y, después de todo, si usted cree que los
“hombres detrás de la cortina” ocultan información al público, ¿cómo es que
usted sabe de ellos, y lo que ocultan? ¿Cómo ha llegado a enterarse? Pues,
porque existen muchos otros medios de comunicación: periódicos, revistas,
radio, Internet. ¡Internet! ¡Este medio ha permitido que miles de bytes en
información de todo el mundo lleguen a cualquier parte del mundo! Así que si no
le gusta cómo presentan la información en la televisión, no sea perezoso y
búsquela por su cuenta.
Ahora
centrémonos en el caso de la “manipulación” y el “adoctrinamiento” en la
educación. Aquí se suele hablar de lo siguiente: que el sistema educativo
actual lleva una labor de adoctrinamiento, para que las personas mantengan las
ideas que el gobierno quiere, se mantengan como peones felices, y nunca se
atrevan a cuestionar.
Debe
admitirse que hay cierto grado de verdad en esto. Nuestro sistema educativo en
Colombia es, en el mejor de los casos, mediocre (en el sentido original de la
palabra; ni muy bueno ni muy malo), y en el peor, deficiente. Y lo cierto es
que es una educación que no contribuye mucho a desarrollar el pensamiento
crítico. No obstante, aquí hay que hacer una aclaración fuerte: esto no ocurre
porque el gobierno, el “sistema” o los hombres tras la cortina así lo quieran,
sino porque simplemente la educación en
Colombia no lo estimula. Es simplemente tan floja que no permite un buen
desarrollo de la capacidad de análisis y crítica, no porque quieran mantener “dormida”,
a la población.
Ahora,
si hablamos acerca del adoctrinamiento o lavado de cerebro como tal en
Colombia, debo decir que eso es simplemente una farsa. Y aquí voy a centrarme
en la educación pública específicamente: las instituciones educativas privadas
tienen la potestad de impartir las clases de la forma que deseen, siempre que
no utilicen su carácter privado como excusa para alienar u oprimir minorías,
como ocurrió recientemente en el triste caso de Sergio Urrego.
Si
acaso hay una clase en la educación pública que se imparte de forma adoctrinante,
son las clases de religión. Pues, estas se imparten con un enfoque
eminentemente católico: conceptos de la Biblia, Evangelios, etc. Apenas se
mencionan otras religiones en los cursos finales de bachillerato, y de una
forma muy superficial. Ese sí es un ejemplo de clases de adoctrinamiento.
Pero
más allá, la visión de la educación como un sistema de lavado de cerebro se
desdibuja. ¿Acaso en Filosofía se centran únicamente en el materialismo dialéctico,
o en el racionalismo? No: te enseñan las principales corrientes filosóficas, y
cómo ha ido evolucionando la filosofía misma a través de la Historia. ¿En
Economía y Política te enseñan únicamente del capitalismo? No: te hacen una
exposición de las diferentes corrientes económicas, aunque no te hablan mucho
de las ventajas y desventajas de cada una (a no ser que sean universitario, en
cuyo caso, hay una alta probabilidad de que tu profesor hable maravillas de una
sola corriente, sea cual sea). ¿Te fuerzan en Ciencias Naturales a hablar
solamente de la abiogénesis? No de nuevo: se mencionan otras teorías del origen
de la vida, si bien se centran en la abiogénesis por contar con mayor evidencia
científica que las otras (esto no es reprochable; así funciona la Ciencia). ¿Justifican
acaso la Conquista en la Historia? ¡No! Simplemente se expone la historia de la
Conquista, sin mayores matices; que las ciudades hagan estatuas de los
conquistadores que las fundaron es cosa muy diferente. ¿Dónde está, entonces,
el espacio para el adoctrinamiento del que hablan?
Por
desgracia, aun hablando de todos estos temas, la educación falla en despertar
la crítica en los estudiantes, porque no utiliza las herramientas adecuadas
para que se haga un mejor análisis de las ideas que se exponen. En eso yo estoy
de acuerdo. Pero, de ahí a decir que en Colombia hay adoctrinamiento en la
educación infantil y juvenil hay una amplia diferencia. Y, si ese
adoctrinamiento y lavado de cerebro fuera cierto, ¿de dónde salieron ustedes,
que son tan críticos del “sistema”? ¿Cómo reconocen que hay problemas con la
forma en que se imparte educación? ¡Porque tienen cerebro! A pesar de las
fallas educativas, las personas siempre mantienen una capacidad crítica que les
permite buscar más información, averiguar más, no quedarse con la primera
opción.
Y con eso termino. Es claro que hay cosas que
mejorar en los medios de información y la educación. Pero es estúpido pensar
que todo esto es por obra de una mano siniestra que quiere hacer que la gente
piense lo que la mano quiere. Si buscan adoctrinamiento real, son realmente
pocos los países que lo aplican a su totalidad hoy en día. Aviso: seguramente
usted ya los conoce, pero, o no le importa o se niega a admitirlo. Eso es todo.
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