May y la dolorosa timidez
¿Han
visto alguna vez esas películas de terror que transmiten más que miedo? Ya
saben, esas que te causan, además de terror o al menos una incómoda impresión,
pueden transmitirte tristeza o admiración por algún personaje. Son esas
películas que pueden o no contar con una dosis perturbadora de realismo. Por
ejemplo, Hush, del año pasado,
transmite una sensación de claustrofobia y estrés impresionante. Este tipo de
películas son, muchas veces, algunas de las mejores joyas del género, pero con
frecuencia pasan desapercibidas por el público. Una de esas es May.
May es un thriller del 2002, donde la protagonista
epónima, interpretada por Angela Bettis, es una joven trabajadora de una
clínica veterinaria. Desde niña, May fue objeto de burlas por su estrabismo, y
eso la ha hecho ser tímida y retraída. Desea profundamente tener amigos, pero
nunca ha sido buena para acercarse a la gente. Después de años de terapia con
gafas y lentes de contacto, May intenta finalmente conectar con algunas
personas: Adam, un mecánico; y Polly, una compañera de trabajo.
Desafortunadamente, las circunstancias pronto cambian para mal, y una
desequilibrada May decide hacerle caso al viejo consejo que le dio su madre
cuando era niña: “Si no puedes conseguir un amigo, hazte uno”.
Esta
fue una película que me gustó bastante, e incluso me conmovió en algunos
aspectos por varios motivos. En especial, porque May es una radiografía de la timidez y la discriminación, y cómo
estas cosas pueden afectar la personalidad de un individuo. Salvo por una
escena del principio, los primeros cincuenta minutos de la película son
engañosamente realistas, más similares a un drama romántico que a un thriller
psicológico, y reflejan cómo la crianza y la experiencia de May la han
convertido en una persona tan tímida e introvertida que le cuesta hablar con
las personas, incluso cuando sienten interés en conocerla.
Otro
problema que aborda la película es la forma en que muchos llevan las relaciones
sociales, especialmente desde la soledad. May siempre se ha sentido rechazada
por su defecto, y no sabe cómo interactuar con la gente. Debido a esto, cuando
personas como Adam y Polly le demuestran afecto, May interpreta dichas señales
como algo más profundo o sincero de lo que realmente puede ser; se aferra
excesivamente al cariño que le muestran, trata de ser lo que ellos desean, y es
devastada fácilmente cuando se da cuenta que incluso esto es algo pasajero.
Nunca ha aprendido cómo lidiar correctamente con estas situaciones, ya que
nunca tuvo amigos, y sus padres (en especial su madre) no fueron precisamente
los mejores guías en su infancia, así que enfrenta muy mal la decepción.
Desde
otro punto de vista, uno también podría tomar la película como un análisis del
típico debate innato/adquirido. Es obvio que la infancia de May y el rechazo
que enfrentó han tenido una huella muy profunda en su personalidad, y es parte
de lo que provoca posteriormente su colapso emocional. No obstante, la película
también da varias pistas no muy sutiles de que ella tampoco parece ser una
persona cuerda y equilibrada para empezar. ¿Fue su experiencia de vida lo que
la llevó a ese estado fragmentado? ¿O acaso ya había nacido con trastornos
mentales que el rechazo y la soledad simplemente sublimaron y sacaron a flote?
Aun cuando sabemos que la dicotomía innato/adquirido está muy seguramente
superada, dada la interconexión entre ambos aspectos, siempre es un enfoque muy
interesante de observar en un thriller psicológico.
No
sorprende, pues, que sea considerada por muchos uno de los mejores trabajos
fílmicos de terror del nuevo milenio, especialmente cuando el género se ha
plagado tanto de pésimas producciones. May
es una cinta sobria y bastante humana, por lo que además de asustar, puede
conmover al espectador. Y cuando uno también tiene ciertas deficiencias en las
interacciones personales, puede también identificarse un poco con la
protagonista.
Obvio,
no estoy tan jodido como May, ni es probable que algún día entre en un colapso
psicópata-homicida. Sin embargo, conozco muy bien lo que es ser objeto de
burlas y lo que significa ser bastante tímido y algo raro. Entiendo lo que
significa aferrarse en ocasiones a las personas con las que compartimos afecto
para llenar el vacío que sentimos, y lo mucho que nos cuesta levantarnos
después de eso. Y estoy plenamente seguro que no soy el primero en ver la
película y darse cuenta de ello.
De
hecho, siendo como soy, irónicamente tengo muchos amigos y conocidos, y hay
algunas personas cercanas con estas mismas dificultades sociales. Todo eso es
manejable, claro, pues muchos ambientes requieren inevitablemente que uno
interactúe con otras personas, y es necesario romper el hielo aunque al
principio no sepas cómo. Eso hace, al mismo tiempo, que uno valore muchas de
las amistades que formamos, pero también que sepamos cuándo es mejor alejarse
de los que no nos aprecian o nos hacen daño.
(De
repente, esta entrada se puso muy psicológica…)
En
fin, como ven, siempre hay mucho para decir alrededor de películas que parecen
poca cosa. Como alguien aficionado al terror, y a quien le gusta ponerse a
reflexionar con lo que ve, no puedo dejar de recomendarles May. No es una película fácil de conseguir, pero les aseguro que es
una gran experiencia, y puede incomodarte a la vez que conmoverte sin necesidad
de ser muy gráfica o tosca.
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