Curiosidades en los Oscar 2016
Debe
parecer lo más pendejo y superficial que haga una entrada al respecto, pero
siempre hay espacio para analizar temas de la cultura pop como el cine. Y
siendo justos, la 88ª ceremonia de los Premios Oscar, realizada apenas ayer, ha
dado mucho de qué hablar en los medios y las redes sociales, tanto por las
circunstancias relacionadas con las postulaciones (consejo: dejemos de usar la
palabra “nominación”, que corresponde a nombrar una cosa, y sería tanto como
declarar a los ganadores antes de tiempo) como por los ganadores. Por otro
lado, ya que antes he analizado cosas como mangas japoneses
y series británicas,
una mención a la ceremonia de premiación más importante dentro del cine no está
de más.
Empezaré
por la controversia más obvia: #OscarsSoWhite.
Tras conocerse la lista de candidatos a la premiación, se levantaron fuertes
críticas debido a que, por segundo año consecutivo, no hubo postulaciones a
actores u otras personas de raza negra en el cine. El célebre director Spike
Lee, conocido por sus polémicas y frecuentemente desubicadas acusaciones de
racismo en el cine, llamó a boicotear los Oscar, boicot que fue seguido por
actores como Will Smith y principalmente su esposa Jada, quienes no asistieron
a la ceremonia.
Mencionemos
un obvio problema. La Academia está compuesta principalmente por gente blanca,
y anciana además, por lo que tienden a ser más bien de posturas conservadoras,
y eso claramente va a afectar un poco el resultado de los premios, si bien en
algunas ocasiones se han decantado por premiar películas de contenido moderadamente "controvertido", o cursilerías de corrección política (sí, hablo de Crash). Aunque lo ocurrido en las
últimas dos entregas de los Oscar parece una evidencia de racismo, lo cierto es que no constituye una prueba contundente. Como bien sabemos,
puede haber otros factores por los cuales no hay presencia de actores negros en
la ceremonia de este año, y es que sencillamente no hubo películas lo bastante
destacadas con estos actores (se ha comentado sobre Concussion, con Will Smith, pero las críticas al respecto la ponen
como una película más bien promedio). Esto es algo que podría pasar
naturalmente, lo que no evita, por supuesto, que sea necesario establecer
pautas que permitan una mayor representación racial dentro de la Academia,
aunque no en los términos que probablemente pensaría Lee. La idea es que se enfoque en los méritos y la
calidad de un trabajo, no en una cuota racial.
Por
otro lado, los Oscar han tenido muchos casos de películas que fueron infravaloradas a favor de otras que incluso son poco conocidas hoy
en día, así que el aparente racismo de la Academia es sólo un capítulo más de
otras malas decisiones. Y podríamos señalar también la poca presencia de
actores LGBTI, que géneros como el terror o la fantasía se han visto poco
representados en las grandes categorías (con honrosas excepciones), y a muchas
otras cosas. E incluso podríamos alegar que todo esto de la discriminación no
siempre es tan cierto, y que se tiene en cuenta la calidad: por ejemplo,
directores mexicanos como Alfonso Cuarón, Guillermo del Toro y Alejandro
González Iñárritu han tenido una presencia destacada en los últimos años; Mad Max: Fury Road fue una gran sorpresa
en este año, si bien sus seis estatuillas fueron premios técnicos; Heath Ledger
obtuvo un premio póstumo por su gran actuación en The Dark Knight (no obstante, leer más adelante algunas
observaciones al respecto); y este año, hubo una persona transgénero entre los
postulados a Mejor Canción Original (Antony Hegarty).
Como
curiosidad, el actor y comediante Chris Rock, quien sintió desde el principio
algo de presión por la polémica de #OscarsSoWhite,
fue de hecho bastante ácido contra los críticos de la lista de candidatos
de este año, si bien resaltó
igualmente la necesidad de una mayor diversidad e igualdad de oportunidades
para los actores de raza negra.
Supongo
que ahora corresponde hablar de una de las ganadoras de la noche, y de hecho la
premiada como Mejor Película, que en cierta forma ha dado orgullo a muchos
ateos y escépticos religiosos: Spotlight.
Para quienes no saben en qué consiste, se las cuento: un grupo de periodistas
del Boston Globe realiza una
investigación sobre distintos casos de abuso sexual por parte de sacerdotes
católicos en Boston. Basada en una historia real, este filme ha recibido
numerosas críticas positivas, incluso de algunos representantes de la misma
Iglesia Católica. Es un detalle refrescante, por decirlo así, que una película
centrada en un tema tan complejo y polémico haya obtenido el premio más
importante de la noche.
No
obstante, algunas personas ven con cierta extrañeza que una película que más
bien resaltó poco dentro de la premiación (su otro premio fue el de Mejor Guión
Original) haya obtenido la estatuilla más codiciada. Es decir, normalmente
esperaríamos que la película con el mejor director y al menos uno de los
mejores actores principales también obtenga el premio mayor, y digo normalmente
porque muchas veces no ocurre así, así que no creo que ese sea un argumento
válido. Por otro lado, como otros señalan, la Academia tiende a premiar de vez
en cuando películas con discursos moralistas contra la discriminación (Crash, 12 años de esclavitud), muy probablemente con el fin de mostrar una
cara aparentemente inclusiva y autocrítica de la sociedad, siendo que al mismo
tiempo suelen ignorar aquellas que cuestionan el “sueño americano” y algunos
aspectos culturales -recordemos que El
secreto de la montaña convirtió al vaquero, arquetipo del macho
norteamericano, en homosexual-. En ese sentido, quizás algunos piensen que Spotlight fue elegido por ser una
película bastante atrevida (en el buen sentido) que podía dar ese aire de
autocrítica del que la Academia intenta presumir en ocasiones.
Por
supuesto, estas son simplemente conjeturas; basadas en hechos evidentes, sí,
pero conjeturas al fin y al cabo. No he visto Spotlight, así que no estoy diciendo que sea una mala película
(seguramente no lo es), ni que no mereciera el Oscar (probablemente lo merece),
sino que, dado que es evidente que la Academia con frecuencia no es muy
objetiva, quizás debamos ser un poco más cuidadosos antes de pensar que fue
elegida como Mejor Película por su calidad al cuestionar instituciones religiosas.
Ahora,
pasemos a lo más importante: ¡Leonardo DiCaprio por fin ganó un Oscar a Mejor
Actor Principal!
Probablemente, todavía ni él mismo se la cree…
Ya
en serio, el triunfo de una de las mayores fuentes de bromas en Internet en
cada ceremonia de los Oscar deja un par de cosas para analizar también.
Primero, hay un cierto sinsabor para muchos. DiCaprio es sin dudas un gran
actor; de eso no hay duda alguna. Ha realizado decenas de papeles memorables, y
creo que es muy difícil señalar un trabajo suyo que haya sido realmente malo.
No obstante, lo cierto es que da la sensación de que se le dio la estatuilla
este año por presión social y mediática, más que por su trabajo en El renacido -película que, por cierto, aunque
muy buena, no es en realidad tan profunda como se pretende-. Leo ha tenido
trabajos mucho mejores que merecían el Oscar, y a decir verdad este año hubo
actores con papeles que representaban una fuerte competencia, y que quizás
habrían merecido en igual o mayor medida la estatuilla (Michael Fassbender,
Eddie Redmayne). No sería algo raro de parte de la Academia: ocurre de manera
similar con los Oscar honorarios, que son señalados más como un desagravio que
otra cosa; y probablemente más de una persona siente que el Oscar póstumo a
Heath Ledger tuvo un poco de influencia por la notoriedad de su fallecimiento.
Nuevamente, estas son más bien conjeturas, pero es innegable que se hace
difícil en ocasiones señalar cuándo prima la objetividad y el verdadero talento en la Academia, y cuándo es cuestión de imagen incluyente y diversa.
Por
otro lado, DiCaprio supo aprovechar el momento que por tanto tiempo había
anhelado. Predeciblemente, pero no por ello innecesariamente, utilizó su
discurso de premiación para dar un
mensaje de concienciación sobre la amenaza del cambio climático. Es bien sabido que el actor es un filántropo y
activista ambientalista, además de realizar donaciones a diversas causas
sociales. Era de esperarse tal enfoque en su discurso, y es bueno ver que se
esfuerza en ser consecuente con ello.
En
fin, quizás estoy analizando de más algunos detalles de la pasada ceremonia de
los Premios de la Academia. Es lo entretenido: comprender que son de hecho algo
más que un percibido evento frívolo, y que puede reflejar diversas cuestiones
sociales y culturales en la industria cinematográfica, las cuales son un
reflejo a su vez de lo que muchas veces ocurre en nuestra civilización. Si no
están de acuerdo con las cosas que he comentado en esta entrada, puede
servirles igualmente para meditar un poco al respecto.
Ah,
y si estaban esperando alguna opinión sobre El
abrazo de la serpiente, simplemente diré que no es realmente mi tipo de
película, pero puedo resumir lo que pienso de su postulación con lo siguiente:
Y
sí, las películas sobre el Holocausto siempre tendrán prevalencia.
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