Cuando nuestra compasión se apaga
Una
de las discusiones más populares tras los recientes atentados en París, y que
de hecho suele ocurrir cada vez que hay una tragedia de similar calibre en el
mundo, es por qué, aparentemente, se le da más valor y se siente más
indignación por la ocurrida en un país occidental que en una nación pobre. Así,
se ha repetido constantemente que la gente está más dolida por París que por el
Líbano o Siria, y que los medios prefieren cubrir a Francia que a los dos
últimos. Esta última cosa falsa, por supuesto: no es que se hayan enterado de
los atentados en Beirut y los bombardeos en Siria usando la telepatía del
Profesor X. ¡A Siria se le cubre casi a diario desde el inicio de la guerra! Y
los recientes atentados en Mali y Camerún fueron igualmente cubiertos.
No
obstante, como suele ocurrir, la realidad nunca es tan sencilla, y la realidad
es que, intencional o no, muchas personas, por ejemplo en Colombia, se han
impresionado más por los recientes atentados en Francia que por los crímenes y
atentados que han pasado en nuestro país en los últimos meses -aunque
observando la reacción al atentado contra el oleoducto en Tumaco, tal cosa
puede discutirse-. ¿Por qué ocurre esto? ¿Se trata de doble moral, como tantos
supuestos adalides de la moral de izquierda en las redes sociales pregonan, o
hay razones más complejas para este comportamiento?
Como
explicaba en la entrada anterior, una de las razones por las cuales fue mayor la
reacción por Francia que por el Líbano es que cultural e históricamente
compartimos más con los primeros que con los segundos. Sólo tengamos en cuenta
que Francia hace parte de Occidente, al igual que nosotros, y es la cuna de los
principios y derechos humanos que hoy en día se defienden en la sociedad
occidental. Sin embargo, también yo explicaba una razón más psicológica para
esta reacción. Y aunque tenía más o menos clara la idea de lo que era,
desconocía que fuera una condición reconocida, hasta que mi amigo David
respondió utilizando su nombre en una
de las preguntas que suelen
hacerle por Ask: fatiga de compasión.
De
acuerdo con su entrada en
Wikipedia, la fatiga de
compasión, “también conocida como estrés
traumático secundario (STS), es una condición caracterizada por una disminución gradual de la compasión
a través del tiempo. Es común entre individuos que trabajan directamente con
víctimas de trauma tales como terapeutas (con o sin paga), enfermeras,
psicólogos, primeros auxilios, coordinadores de unidades de salud y cualquiera que ayude a otros”. (El
énfasis es mío).
Es
natural que en áreas de la salud sea donde más se ve este problema. Deben estar
expuestos a situaciones traumáticas, como accidentes muy graves, cientos de
pacientes con distintos problemas, enfermos terminales, víctimas de violación o
maltrato… Todo esto se convierte en una llaga emocional que genera estrés,
desesperación, ansiedad y una visión sombría y negativa de las cosas. No
obstante, tal como se comprueba en la parte final de la cita, este problema no
es exclusivo a las áreas de la salud. Otras áreas de trabajo, como los abogados
(que deben enfrentar cargas enormes de casos de demanda, y a víctimas de trauma
a las cuales no están preparados para ayudar emocionalmente) y los trabajadores
de sistemas de bienestar infantil (cuyos clientes frecuentemente han sufrido
episodios de violencia y gran trauma) son muy propensos a sufrir de fatiga de
compasión. De hecho, la abogacía es una de las profesiones con más propensión a
generar depresión en sus profesionales, y con altas tasas de suicidio y abuso
de drogas.
No
puedo evitar recordar uno de los primeros de CSI: New York (concretamente, el tercero), en el cual investigaban
el caso de un indigente asesinado hacía más de una década. Cuando recurren a un
viejo albergue con la reconstrucción facial del joven, el encargado les dice
que no lo reconoce. Aclara que al principio, memorizaba a los que llegaban a
comer allí, pero después de años de ver pasar rostros una y otra vez, “todos se
parecen”. Sin duda, un ejemplo de fatiga de compasión.
A
estas alturas, seguro se pregunta: “Bueno,
pero, ¿y eso qué tiene que ver con que haya personas más indignadas por París
que por Siria?”. No se desespere, querido lector. Si regresa al principio
del artículo en Wikipedia sobre la fatiga de compasión, comprobará que hay una
importante nota en el segundo párrafo de la introducción:
“Analistas del periodismo argumentan que los
medios han causado fatiga de compasión a nivel mundial en la sociedad saturando
los periódicos y las noticias con imágenes e historias frecuentemente
descontextualizadas de tragedia y sufrimiento. Esto ha causado que el público
se haga cínico, o sea renuente a ayudar a personas que están sufriendo”.
Extrapole
esto a lo ocurrido con la tragedia de París. ¿Por qué a muchos parece dolerles
más, o les impresiona más, este episodio que la guerra y los bombardeos en
Siria? Porque hace años que ven noticias
de la guerra en Siria a diario. Por mucho que los pseudointelectuales y
pseudomorales en Facebook y otras redes sociales digan lo contrario, los medios
de comunicación han estado cubriendo el conflicto en Siria desde sus inicios.
Cada semana, casi a diario, nos hemos enterado de bombardeos, de masacres, de
las atrocidades que comete Estado Islámico, de los excesos crueles de Al Assad,
de la puja ideológica entre las potencias que poco interés tienen en ayudar a
los sirios (y hablo de todas), de
las personas que mueren, de los inmigrantes que huyen arriesgando sus vidas a
otros países. Para nosotros, se ha hecho una situación común no sólo en Siria,
sino en gran parte de Oriente Medio. Y estar sobrecargados de esas malas
noticias allí provoca que uno se
insensibilice con respecto al conflicto en Siria, o en Palestina. Francia,
en cambio, no nos abruma con noticias negativas, porque allí no es frecuente
que ocurra un atentado, mucho menos un bombardeo. En ese sentido, y aunque
suena bastante cruel, para muchos es más fácil sentir compasión por Francia,
porque ya se está acostumbrado a que muera gente en Siria.
Ahí
mismo se encuentra la explicación al por qué también muchos colombianos que
poco reaccionan ante las personas asesinadas o los niños que mueren de hambre
aquí: porque, tristemente, es una realidad que llevamos cargando encima más de
medio siglo. Tal como lo trata de mostrar Fabio Rubiano a través de su obra
teatral Labio de Liebre (no me culpen
por mencionarlo en dos entradas seguidas: la vi recientemente, y es muy buena),
el conflicto armado colombiano no sólo ha insensibilizado a los subversivos,
sean guerrilleros o paramilitares, sino también al ciudadano de a pie, el cual,
tras años de ver atentados, tomas a pueblos, secuestros y asesinatos, ha
llegado a un punto en que enterarse de este tipo de noticias tiene tanto valor
e impacto en sus emociones como una picadura de mosquito: un poco de escozor, y
nada más. A muchos de nosotros, las desgracias de nuestros compatriotas nos
afectan poco porque hemos crecido viendo otras desgracias similares una y otra
vez alrededor. Ya nos habituamos a la muerte de un colombiano.
No
tengo que irme tan lejos: yo paso más o menos por ese mismo episodio, pero con
la muerte en general. Como también lo mencioné en la entrada pasada, las
muertes de personas como tal en París o Beirut me impresionan muy poco. La
gente muere todos los días, no todos en forma violenta, y además la mayor parte
de la gente no hace daño a sus congéneres. Lo que siempre me impresiona de
estas noticias, y que es lo que siempre me motiva a escribir al respecto, son
las razones tan irracionales por las cuales son asesinados: por pensar
diferente, llevar una forma de vida diferente, profesar creencias diferentes,
sean las que sean.
¿Y
cómo se puede solucionar esto? Quiero decir, ¿cómo podemos tratar a una persona
con fatiga de compasión? ¿Cómo se puede prevenir llegar a ese estado?
En
el ámbito profesional, se recomiendan actividades que permitan reducir el
estrés, y con ello evitar que nos abrume la fatiga de compasión. Pausas activas
durante el trabajo, ejercicios u otras actividades pueden servir para reducir
la tensión producida por ese mal. Socialmente, se deben buscar formas de apoyo
social, como grupos de amigos, colegas, familiares, o incluso una mascota. Pero
sobre todo, se debe aceptar el hecho de que no todas las cosas en la vida salen
como esperamos; debemos reconciliarnos con la verdad de que no siempre podremos
alcanzar resultados exitosos en el trabajo. Así, un profesional de la salud
debe comprender que hay sufrimiento que difícilmente podrán manejar; un abogado
debe saber que hay casos los cuales, por dramáticos que sean, no puede ganar;
una persona afecta a la caridad debe reconocer que no puede salvar al mundo.
¿Y
qué pueden hacer aquellos que han perdido empatía por las víctimas en Oriente
Medio o en África, o en nuestro mismo país? ¿Qué podemos hacer aquellos que
hemos perdido empatía por casi cualquier víctima? Bueno, es seguro que llamar
hipócritas a unos o misántropos a otros no es una solución. Así que aquellos
que siguen criticando el asunto del filtro de la bandera francesa, y a quienes
en su mayor parte no les importan tampoco las víctimas en Siria o Palestina,
como no sea para promover sus ideales políticos, sería bueno que pararan de una
vez. Es en serio, ya se ven como estúpidos, especialmente porque hacen parte de
lo que es básicamente una tendencia de moda, una actividad incesante y muy
antigua: criticar cualquier acto de solidaridad, simbólico o literal. Creo que
según la Biblia, los llamaban fariseos.
No.
La verdad no puedo dar una respuesta concreta para superar la fatiga de
compasión en el espectador de noticias, pues no soy psiquiatra. Creo, no
obstante, que necesitamos reconectarnos con nuestra empatía en un sentido más
universal. Necesitamos recordar que todas las muertes importan a nuestra
especie. Que los muertos importantes no son sólo los que provocan los
terroristas, como creen los de derecha, ni únicamente deben condenarse los de
Estados Unidos y sus aliados, como pretende la izquierda mamerta, ni sólo
debemos preocuparnos por los caídos en un país del primer mundo simplemente
porque en Siria muere gente todos los días. Claro, tampoco vamos a abrumarnos y
a llorar por cada muerto que sale a diario en las noticias, venga de donde
venga, sino que hay que reconocer que no
hay víctimas más importantes que otras, y así como uno se indigna por
París, también puede y debería hacerlo por Beirut o Garissa, y viceversa.
No
parece un proceso fácil. Pero vale la pena que recordemos que la compasión es
una de las mejores cualidades de nuestra especie, y no debemos jerarquizarla ni
anestesiarla. Debe ser un sentimiento más general, que no conozca ni de
banderas ni de ideales, sino a aquellos que hoy en día sufren.
Muy acertado tu post. Esto me hace reflexionar si es que el STS también funciona como mecanismo de defensa psicologico. Las personas sencillamente dejarian de sentir empatia porque resulta agotador e insensibilizarte protege la psiquis. Pero claro, yo tampoco soy psicologo, psiquiatra o experto en temas de mentales.
ResponderEliminarBuena entrada.
Muchas gracias. No lo había considerado, pero sí suena probable que el STS suceda en ocasiones por eso. Después de todo, si reaccionáramos con compasión y pena por cada noticia dramática que vemos, estaríamos seguramente abrumados de tristeza.
EliminarBuen articulo, muy acertado, respecto a la ultima parte parece descabellado pero leyendo un libro sobre personas adictas al porno, lei algo muy similar y es que a medida que las personas se adentran en ese mundo el cerebro se va adecuando, por asi decirlo, necesitando cada vez un estimulo mayor para lograr la misma satisfacción, entre las varias medidas que planteaba el articulo, indicaba que debía irse librando gradualmente al cerebro de ese estimulo, pues bien, creo que para recuperar la sensibilidad por las victimas puede aplicar algo similar, aunque obviamente es un tema dificil en la era digital donde a solo un click tenemos acceso a contenidos violentos, hardcore y de todo tipo, asi mismo, los medios locales y noticieros han contribuido a insensibilizarnos presentando a diario noticias macabras como el diario acontencer. bueno eso era lo que queria comentar, saludos.
ResponderEliminarDe hecho, así funciona. Cuando se recibe periódicamente el mismo estímulo, la sensación asociada disminuye, y cada vez se requieren mayores estímulos.
EliminarEl problema con la fatiga de compasión, como lo dices, es que es prácticamente imposible no encontrarse con noticias violentas, aunque por suerte, no siempre van acompañadas por contenido muy gráfico. Es irónico, pero los mamertos que comparten imágenes con los muertos de Siria y Palestina mientras critican a Occidente contribuyen igualmente a esa fatiga.
Hola esto va para el Sr. Osorio (principalmente) y para ti. Con respecto a la pregunta del primero en Ask. Y espero que ninguno de los dos se lo tome a personal ya que no tengo nada contra ninguno de los dos.
ResponderEliminarMe parece que David está siendo un poco testarudo y selectivo con el tema de los DDHH y cayendo en el maniqueísmo que tanto se critica al catalogar de "enemigo de la civilización" a todo el que le haga la más mínima critica a los abusos e indiferencia de occidente. Aunque fue muy terrible lo de Bruselas, Paris y el 9/11. Por otro lado tenga en cuenta que si se critica a occidente no es porque si, ni por envidia, ni nada de eso, además estos países ya tienen su vida hecha y tienen todo para defenderse, en cambio los sirios (y no, no cuenta bashar al assad ni ISIS), los palestinos (hamas no cuenta), los africanos, los latinos y tercermundistas en general no tienen como defenderse y no tienen mayor voz ni voto. Además de que occidente ha jugado muy sucio y se ha aprovechado de los más débiles https://vimeo.com/13438778 https://vimeo.com/78895490, eso sin contar lo de Bradley Manning, lo que fueron las repúblicas bananeras en centro y Sudamérica (tu David sabes muy bien de lo que hablo), los abusos de las petroleras británicas y estadounidenses (lo que llevó a la nacionalización del petróleo mexicano) la palma africana y los problemas sociales y ambientales que acarrea (algo que tu Martín como samario y magdalenense creo que conoces muy bien) así como la famosa y muy triste tragedia de bhopal (de la cual hasta el día de hoy la otrora unión carbide no se ha responsabilizado adecuadamente). Pues siendo así las cosas, todos los que denuncian estos desatres, los que luchan por buscar alternativas económicas más justas y sostenibles (que existen y son posibles) ONGs como oxfam o ropa limpia, la campaña fairphone, la señora Bertha Cáceres, los muchos líderes sociales masacrados (muchos de ellos con complicidad en mayor o menor medida o aval de las mineras, petroleras o terratenientes. *Aclaro: no son todos*), los que luchan porque no se hagan proyectos extractivistas o ciertas obras como hidroeléctricas en ecosistemas estratégicos o simplemente valiosos, o los que luchan por que se reconozca y respete el derecho a las tierras y que se reconozca la importancia y los derechos del campesinado serian "enemigos de la civilización” ¿no?
Con respecto a lo de palestina, no se justifica lo de hamas pero se entiende ya que hamas surge como consecuencia del despojo de tierras cada vez más abusivo que comete Israel, pues ¿qué esperabas después de todos los años de sufrimiento y abusos provocados además de que gracias a los intereses de unos pocos de lado y lado se acabaron los acuerdos de Oslo que hubieran acabado por fin ese conflicto? Aquí un video al respecto (recomiendo verlo hasta el final para no malinterpretar):https://www.youtube.com/watch?v=uUfeIjCrWF4&list=FLfKdjwrCHnqJpQO2T4oPR-w&index=76 y si este mapa no es prueba de los abusos de Israel no sé qué más lo sea http://imagenes.publico.es/resources/archivos/2013/2/4/1359979660580palesdn.jpg. Además si usted lee historia la culpa de esto fue de los británicos, pues con la declaración balfour le prometieron palestina a los judíos cuando ese territorio ya se les había prometido a la vez a los palestinos. Además de los intereses británicos y franceses (ver Diana Uribe. Historia de medio oriente), sobre las promesas que se le hicieron a los pueblos árabes y la manera tan arbitraria en la que las fronteras actuales se definieron
Una cosa más, también le doy la razón a Correa con lo de las bases en Manta cuando dijo al gobierno estadounidense “pongan su base si nos dejan poner una base ecuatoriana en florida” pues, si el mudo decimos que es global, tiene mucha lógica, además por esa razón de la globalidad, las potencias hegemónicas por definición no deberían existir ¿no? Y ya hablando con respecto a lo de la fatiga de la compasión ¿acaso no se le debe dar prioridad a los más débiles y a los que no tienen voz ni voto?
Necesitas separar mejor esas parrafadas, porque es difícil seguirte el ritmo. Y con todo respeto, no te estás viendo como fastidioso, sino como desubicado. La entrada se enfoca en la fatiga de compasión, la relación con las reacciones que vemos ante tragedias, y sus posibles causas, y a eso sólo estás aludiendo en una pequeña oración al final. Para responder eso último: sí, debería ser así, pero prioridad de ayudar no es lo mismo que prioridad de indignarse. Ninguna muerte es más indignante que otra (o debería serlo). Todas las razones de por qué la gente reacciona de manera diferente ya están en esta entrada y la anterior.
EliminarNo hablo por David, y ciertamente si lo ve, él defenderá sus ideas. Si quieres su respuesta, escríbele directamente, y no me pongas todo ese párrafo a mí, porque no estoy seguro de que él revisite con mucha frecuencia entradas de otros blogs.
De todos modos, si te interesa mi opinión de todos los abusos de Occidente que enumeras: decir todo eso, y que además ellos ya tienen la vida hecha, ¿para qué es? ¿Qué se supone que intentas decir con eso? Si estás dando las razones de por qué justificar las críticas a Occidente, ten en cuenta que criticar a las potencias de Occidente y criticar la "civilización" no son lo mismo; estarías mezclando una cosa con la otra. Yo sospecho que David se refería a los que, basándose en los abusos de Occidente, consideran que todos los logros de la civilización moderna son iguales o menores al "conocimiento ancestral" -cosa que debes saber es un argumento falaz-, pero eso tendría que respondértelo él, y es mejor que le escribas directamente, por mucho que su respuesta pueda no ser tan amable.
Con respecto a Palestina, es bien sabido que fue la decisión arbitraria de los ganadores de la Segunda Guerra lo que encendió la mecha, porque tomaron un territorio que ya estaba ocupado y lo dividieron. Los palestinos no lo aceptaron, y atacaron a los israelíes con apoyo de los países árabes que luego les dieron la espalda (si te fijas, con todo y que son tratados como ciudadanos de segunda clase, en Israel tienen más "libertades" que en la mayoría de los países árabes, que los tienen en campos de refugiados). El abuso de Israel es algo innegable, y sería atroz justificarlo diciendo que sólo están defendiendo a su gente, pero es igualmente atroz defender la causa de Hamas cuando ellos están igualmente atacando civiles. ¿Qué es eso de "qué esperabas"? Ninguno espera: se comprenden la razón del surgimiento de los movimientos subversivos en Palestina, pero no se puede uno enajenar dándoles la razón porque, por nobles que sean sus motivos, en la práctica no son mejores que los israelíes. Claro que hace falta muchísima voluntad de Israel para acabar con ese conflicto; ellos son los más reacios a solucionar la situación hoy en día. No obstante, en síntesis es un trabajo de las dos partes, porque hoy en día ambos son víctimas y victimarios.