Hechos y realidades de la crisis siria

En los presentes días hemos visto que el creciente conflicto en Siria se ha salido de control más allá de sus fronteras. La imagen de un niño kurdo ahogado en una playa turca fue el detonante en los medios para que se atrevieran a profundizar en una crisis migratoria que, tras el fracaso de Estados Unidos al proponer una intervención a la dictadura de Bashar al-Assad, había pasado a un perfil relativamente bajo, a pesar de los graves problemas que ocurren allí. Pudimos darnos cuenta del drama de los sirios, que han tenido que organizar peligrosas travesías a través del Mediterráneo para llegar a Europa.



Como es usual, no ha faltado el degenerado (no hay otra forma de llamarlo) que se indigna por el impacto mediático que tuvo la muerte del pequeño, mientras nosotros tenemos nuestras propias crisis. Sí, es cierto. Pero eso no impide que seamos solidarios con lo que es una cruenta realidad mundial, en especial porque es un escenario muy poco visto en países del Primer Mundo, razón por la cual ha sido tan chocante este episodio. Por otro lado, ya he comentado antes la bajeza moral de desestimar las reacciones sociales para exaltar otras.

Al margen de todo este asunto, creo que debemos analizar detenidamente la situación migratoria de los refugiados sirios, y todo lo que esto implica, no sólo con respecto a la guerra civil en su país, sino también a los países que los acogen. Tal como comentó Chemazdamundi en Facebook sobre este conflicto y la crisis fronteriza colombiana, a cada uno lo suyo. Nuevamente, me disculpo de antemano si algunas partes del texto empiezan a parecer amoníaco, pero es necesario un poco de justa indignación.

Al-Assad y Estado Islámico. No nos engañemos: cualquiera de los dos han sido desastrosos para la población en Siria. El dictador en el poder ha usado métodos terribles para subyugar a los rebeldes en el país pero que han impactado más en la población civil, como el uso de armas químicas (que es una realidad, por mucho que otros se empeñaran en ignorarlo). Los rebeldes tampoco han sido peritas en dulce, y el crecimiento de Estado Islámico, una facción sumamente fundamentalista que también ha crecido en poder en Irak, no ha hecho sino acrecentar el problema. Y las absurdas teorías de conspiración sobre su origen, que desestiman la ayuda externa que puedan recibir los países en conflicto para combatirlos, no ayudan ni un poco -gracias, cretinos de Russia Today-.

¿Cómo combatirlos? Es difícil, puesto que arremeter sólo contra uno es dejar cancha libre al otro, y en cualquier caso un desorden civil que terminaría siendo como lo ocurrido en Irak o Afganistán. Otra razón es la reticencia de algunos a intervenir en otro país, por cuestiones que comentaré más adelante.

La reacción de la Unión Europea. A diferencia de lo que muchos creen con base en los últimos sucesos, lo cierto es que varios países europeos, como Alemania y Francia, han recibido refugiados sirios casi desde el inicio de la guerra, o al menos apoyan económicamente los campamentos. No son pocos los que siempre están insultando a Occidente, señalándolos como la culpa de los males del Tercer Mundo, como opresivos y discriminadores. Y sí, en los últimos años han crecido muchos partidos extremistas y nacionalistas en Europa, pero a pesar de ello sus gobiernos han decidido asumir a cuenta y riesgo resolver el problema de los refugiados sirios, con todo y que muchos de ellos afrontan crisis económicas. Eso sí, tenemos que aceptar que la Unión Europea no ha sido precisamente veloz al afrontar el reciente recrudecimiento.

Una notable, y muy lamentable excepción, es Hungría, donde no sólo les han impedido a los refugiados abordar trenes con destino a sus ciudades importantes o en otros países, sino que además han declarado como criminal cualquier intento de los refugiados de cruzar ilegalmente su frontera.


¿Por qué la reacción de Hungría, de otros países y los partidos nacionalistas de Europa? ¿Qué temen? Básicamente son tres cosas: que se conviertan en una minoría dentro de su propio país, que los recién llegados quieran modificar las costumbres, y que haya terroristas infiltrados dentro de los refugiados. Ninguna de estas razones justifica el rechazo húngaro, pero analicémoslas.

Sobre la primera no hay mucho que decir: apesta a pura xenofobia y chovinismo barato, y el lector habitual ya sabe lo que pienso de ello. La segunda es un poco más plausible, puesto que en países como Reino Unido y Francia, los musulmanes residentes han pretendido que se apliquen las leyes de su tierra, como que se retire el cerdo de los comedores escolares, e incluso han organizado cuadrillas para “castigar” a los infractores. En todo caso, esto es una proporción menor de los musulmanes europeos, y no es razón para rechazar a los refugiados sirios, de quienes creo que eso es lo último en lo que la mayoría debe estar pensando.

La tercera también tiene cierta “plausibilidad”, pues no es secreto que los grupos fundamentalistas también buscar reclutar occidentales a sus filas, musulmanes o no, y crear respuestas violentas contra cualquier ofensa al Islam. Sigue, no obstante, sin ser una razón adecuada para impedir el avance de los refugiados. Antecedentes y relaciones son cosas que hoy en día no son difíciles de rastrear, incluso con el flujo de personas que se movilizan, así que eso no debería ser un problema. Hay que ser un imbécil moral para apoyar de verdad una idea así.

Hay, no obstante, una cuarta razón que pocos tienen en cuenta, que tiene mayor peso, y que ha sido el principal retraso de la acción de algunos países de la Unión Europea, y del rechazo de otros: la Regulación de Dublín. Esta ley postula que, cuando un ciudadano extranjero solicita asilo en un país miembro de la UE, es a dicho Estado al que le corresponde analizar dicha solicitud, y en caso de que el solicitante pida asilo a un segundo Estado de la EU, dicho país puede retornarlo al Estado donde ingresó primero. En otras palabras, esto significa que, si un refugiado llega a un país europeo donde no se ofrecen las condiciones adecuadas para su apoyo y protección, no podrá pasar a uno más capacitado para su asilo, pues la Regulación le impide recibirlo. Por suerte, algunos países como Alemania y República Checa decidieron suspender o rechazar esta ley al agravarse la crisis migratoria -otros, como por supuesto Hungría, ni siquiera se plantean ponerla en consideración-.

La reacción de los países árabes. Uno de los hechos más notables de la crisis migratoria en Siria es el poco sentido de hermandad que algunos países árabes vecinos han tenido con los refugiados. Particularmente aquellos países muy ricos: Arabia Saudita, Kuwait, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos. Ninguno de estos cuatro ha recibido un solo refugiado desde que inició la guerra. ¿Por qué? Sencillo: ellos han estado financiando armamentísticamente la guerra. De hecho, fuentes privadas de estos países han financiado al Estado Islámico, especialmente desde los tres primeros. Y si uno de ellos se molestara en flexibilizar su postura, quizás evitaríamos la tragedia de muchos de los refugiados que deben viajar kilómetros, en una travesía muchas veces mortal, hacia el continente europeo.

¿Dónde están aquellos que critican a los europeos por su poca celeridad a la hora de tratar la crisis migratoria? ¿Por qué se callan ante el comportamiento de estos cuatro países, que deberían estar recibiendo o apoyando económicamente a los refugiados? Ah, claro, es que no son Occidente. Estamos dispuestos a criticar nuestras civilizaciones, a no perdonarle “ni una al ‘imperio’ u Occidente”, tal como dice Chema, pero cuando se trata de otras sociedades el silencio es sepulcral. Ellos tienen sus propias reglas, sus propios problemas. Querer resolverlo desde nuestra perspectiva es criminal, a menos que sea ayudar a aquellos a quienes sus “hermanos culturales” rechazan. Con todo respeto, ese pensamiento no es más que boñiga pura. Y no, no es que uno necesite hablar primero de uno para cuestionar al otro, sino que todos deberían ser tratados con el mismo rigor crítico.


Por fortuna, otros países de la región han sido solidarios, y esto es algo para aplaudir. Egipto, Irak, Jordania, Líbano y Turquía han recibido a millones de sirios desde el inicio de la guerra. Es curioso que países árabes occidentalizados (Jordania, Turquía) o con problemas internos (Egipto, Irak) tengan tan pocos problemas para refugiar a los sirios que huyen de la guerra, mientras que otros acaudalados y sin mucho conflicto ni se inmuten por su situación, ¿no?


El respeto a la “soberanía nacional”. Este es un tema un poco delicado. Como el lector debe saber, para muchos el concepto de soberanía nacional es inviolable, y postulan como tal que uno no debe intervenir militarmente en los asuntos internos de un país, y a veces ni siquiera emitir una opinión sobre el asunto -de nuevo, ¿por qué no se acusa a Mujica de “atentar contra la soberanía” al hablar de Colombia, como sí se hace con Santos al cuestionar a Venezuela?-. Bajo esa premisa, cualquier intervención militar en Siria es una invasión a todas luces, y como tal es inaceptable, por mucho que estén ocurriendo reiteradamente crímenes de lesa humanidad por parte del gobierno hacia su gente.

El concepto de respeto a la soberanía suena muy bonito, pero en la práctica suele convertirse en la mortaja de aquellos que son perseguidos y oprimidos dentro de un país en conflicto: los civiles. Pasó así en Ruanda, y así ocurrió también durante el genocidio en los Balcanes: la reticencia de otros países a intervenir en asuntos de otros estados (a la par de un desinterés estratégico, al menos en el caso de Ruanda) permitió que se masacraran miles de personas en ambos países. Cuando las fuerzas internacionales decidieron irrumpir, el daño ya era enorme. Es justo lo mismo que está ocurriendo en Siria en estos momentos: se están permitiendo atrocidades, tanto del gobierno como de los rebeldes, hacia la población civil, por el argumento estúpido de respetar su soberanía.

No obstante, hay que ser cauteloso. Dejando de lado los intereses que pudiera tener Obama cuando habló de una intervención militar en Siria, la cuestión es que era una jugada muy complicada a largo plazo, pues la diversidad ideológica de las fuerzas de oposición sirias significaba que, de caer Al-Assad, se habrían presentado peores luchas intestinas entre las facciones rebeldes, dando como resultado un escenario de caos e inestabilidad no muy diferente al que se ve actualmente en Irak. Por lo tanto, sí había cierta justificación para la renuencia o mesura a una intervención estadounidense en Siria, pues el objetivo era primordialmente la dictadura.

Mantener esa negación a estas alturas ya es mucho más complicado, y raya incluso en la hipocresía y el cinismo. El fortalecimiento de Estado Islámico y la ineptitud del ejército sirio para contenerlos, mientras se empeñan en seguir reprimiendo violentamente a la población, es prácticamente un absurdo, y el creciente número de refugiados sirios es el ejemplo perfecto de esta crisis. El problema en este tipo de eventos es que es difícil lograr una resolución en la ONU que apruebe una intervención contra todos estos elementos, ya que Rusia y China, países con poder de veto y una paranoia remanente de la Guerra Fría, jamás permitirán que se lleve a cabo tal cosa, aunque siga costándole la vida a miles de sirios más. Sí, la inmoralidad de las potencias mundiales (y con eso hablo de todas) es impensable y triste. En todo caso, es necesario sopesar adecuadamente las consecuencias a largo plazo de una intervención militar contra ambos frentes del conflicto, con el fin de evitar un segundo Irak, y prefiero no aventurarme a decir que es la solución más adecuada al conflicto, pues no hay certeza de ello.

Es todo lo que tengo que decir al respecto. Nuevamente, si alguno desaprueba lo escrito aquí, los invito a reflexionar un momento. Como siempre, las causas, consecuencias y repercusiones de una guerra civil nunca son simples ni de poco peso, y hay que comprender que no sólo podemos dejarle a los oprimidos la responsabilidad de resolver sus propios problemas.

Comentarios

  1. Como de costumbre, muy bueno Martín.

    Lo único es que "crisis humanitaria" es un término inexistente. Es un claro oxímoron. Sé que se ve mucho en medios, pero es lamentable que a fuerza de uso quieran imponer esta contradicción de términos.

    ¡Un saludo!

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    1. Tendré en cuenta ese detalle. Muchas gracias por las observaciones.

      Saludos, igualmente.

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  2. A los mamertos pro-rusos y posmopendejos no les gustará esto.

    Buen artículo.

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    1. Jajaja! Gracias. Seguramente, pero serán magos para ignorar todas esas cosas o justificarlas, como es lo usual.

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  3. hola pensador sereno:

    Aqui en este video explican de manera mas o menos imparcial lo de la guerra que se vive hoy dia en siria, y un abrebocas del transfondo que tienen los problemas pasados.
    https://www.facebook.com/fpaniorte/videos/10207603254664027/
    Para mas informacion ver:
    Diana uribe Historia del petroleo
    Diana uribe historia de medio oriente
    La pelicula Lawrence de Arabia

    A proposito yo no es por culpar a occidente de todo pero a veces sus intervenciones son muy interesadas y pareciera que quie¡isieran provocarles mal a la poblacion: te pongo el ejemplo de Afganistán, busca Afganistan años 50, Afganistan años 60, Afganistan años 80 te vas a sorprender mucho.
    Pues si no hubiera sido por occidente los talibanes no hubieran llegado al poder (es mas en el diario británico the independent en una edición de la década de los 90 se refieren al asesino de bin laden como "heroe de la paz")

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    1. Gracias por el video! Es bastante detallado, y aunque ya conocía gran parte de la información, habían algunas cosas que no sabía.

      Mmm... Pensar que Occidente busca joder a la población de esos países es exagerado, pero sí habría que ser muy ingenuo o muy inmoral para creer que una intervención estadounidense o rusa en un conflicto es genuinamente altruista. Cada uno de esos países tiene intereses económicos en la población. Ocurre, simplemente, que rara vez esos países tienen en cuenta los efectos a largo plazo de su intervención en la estabilidad de la zona, y eso propicia tales desastres, como el ascenso de los talibanes y la actual crisis de Irak.

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    2. por si no sabia aqui le dejo lo que solia ser Afganistan antes de que los talibanes llegaran al poder (fuerte el contraste, no?):
      http://muhimu.es/genero/afganistan-pasado/#
      http://www.guioteca.com/fotografia/la-mujer-de-afganistan-antes-y-ahora-fotos-del-brutal-contraste-al-que-ellas-han-sido-sometidas/

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    3. Sí. Solían ser muy diferentes las cosas...

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