Imposturas religiosas: Invirtiendo la carga de la prueba
No es frecuente que yo
debata con religiosos, puesto que entre amigos cercanos uno tiene ciertos temas
tabú que prefiere no tocar, ya que conducen a discusiones interminables
(religión y política son los principales. A veces la música también). A pesar
de ellos, aprovecho ocasionalmente este espacio para cuestionar algunas
opiniones religiosas que suelen pulular por Internet.
Anoche encontré en
Facebook una curiosa imagen compartida por la página de Ateísmo al descubierto, un blog cristiano donde se pretende
desenmascarar las mentiras que usan los ateos para criticar la creencia en
Dios. Previsiblemente, esta página incurre en descalificaciones gratuitas y
errores conceptuales. Pero podrían ignorarse, hasta que vi la imagen en
cuestión, que suscitó cierta curiosidad:
Con el respeto que se
pueden merecer mis amistades, esta es una postura mediocre, ingenua y sumamente
tramposa, y de hecho algunos lectores cristianos lo señalaron así a los
moderadores de Ateísmo al descubierto
en Facebook (sobra decir que evadieron las críticas arguyendo ignorancia del
lector). Pero no profundicemos en las mismas descalificaciones gratuitas de
dicha página, y analicemos bien el asunto.
Aunque espero que el
lector promedio de este blog comprenda en qué consiste, me demoraré un momento
en explicar en qué consiste la carga de la prueba. En filosofía y pensamiento
crítico, es la obligación que tiene una parte en un debate de aportar garantías
para sostener su afirmación. En palabras castizas, que pruebe lo que dice.
En
su propio blog, Ateísmo al descubierto
hace un análisis un poco engañoso que se refleja en la anterior imagen. De
acuerdo con ellos, y siguiendo el concepto jurídico de la carga de la prueba (onus probandi), hay dos principios por
los cuales se rige la asignación de la carga a una de las partes: si hay una
afirmación positiva y una negativa, entonces la primera tiene prioridad
(principio lógico); y si lo ordinario se presume como tal, es lo extraordinario
lo que debe probarse (principio ontológico). De esto se sigue que, puesto que
en sociedades como la nuestra la creencia en la existencia de Dios está
establecida “a nivel personal y nacional”,
entonces la carga de la prueba recae sobre el ateo, ya que es su afirmación la
que altera lo ordinario. Suena muy cómodo y atractivo, y hasta cierto punto
parece un argumento sólido, ¿no es así?
Excepto
que no es tan simple como los creyentes quisieran. Hay dos objeciones mucho más
robustas en contra de lo que plantean Ateísmo al descubierto y muchos creyentes
perezosos en el análisis crítico: la tetera de Russell y el método científico.
Y ambas se centran en la infalsabilidad de la existencia de un ser supremo.
La
tetera de Russell es una analogía diseñada por el famoso filósofo y matemático
Bertrand Russell. Y es básicamente lo que sigue:
“Si yo sugiriera que entre la Tierra y Marte
hay una tetera de porcelana que gira alrededor del Sol en una órbita elíptica,
nadie podría refutar mi aseveración, siempre que me cuidara de añadir que la
tetera es demasiado pequeña como para ser vista aun por los telescopios más
potentes. Pero si yo dijera que, puesto que mi aseveración no puede ser
refutada, dudar de ella es de una presuntuosidad intolerable por parte de la
razón humana, se pensaría con toda razón que estoy diciendo tonterías. Sin
embargo, si la existencia de tal tetera se afirmara en libros antiguos, si se
enseñara cada domingo como verdad sagrada, si se instalara en la mente de los
niños en la escuela, la vacilación para creer en su existencia sería un signo
de excentricidad, y quien dudara merecería la atención de un psiquiatra en un
tiempo ilustrado, o la del inquisidor en tiempos anteriores.”
¿Qué significa todo
esto? Antes, hay que tener en cuenta que las hipótesis sobrenaturales como la
existencia de dioses o espíritus caen en la categoría de las hipótesis infalsables: aquellas que carecen
de al menos un enunciado que pueda ser demostrado falso a través del análisis
empírico. Estas, amigo creyente, son pésimas
hipótesis, desde el punto de vista de la filosofía y la ciencia. ¿Por qué?
Porque si ninguna hipótesis tuviera la posibilidad de ser refutada, entonces
podríamos considerar como válida cualquier estupidez que se nos ocurra. Yo
podría decir que el creador del mundo es una esfera gigante con doce brazos,
que se mantiene distante de nosotros porque no pertenece al mundo material,
sino al espiritual. ¿Y cómo podría usted demostrar que lo que digo es mentira?
No, diría usted: es al Pensador Sereno al que le corresponde demostrar que tal
criatura existe.
Es
justo lo que Russell demostraba con la analogía de la tetera; es lo mismo que
reflejan parodias como el Monstruo de Espagueti Volador o el Unicornio Rosa
Invisible (parodias a veces burdas, en mi opinión, pero que ayudan a analizar);
y es lo mismo que Carl Sagan quería transmitir en su famosa metáfora del dragón
en el garaje. En una discusión escéptica, es en la persona que usa una
proposición infalsable donde recae la carga de la prueba, no en la persona que
desconfía de dicha proposición. Filosóficamente, entonces, el argumento
ontológico que esgrime Ateísmo al
descubierto es insuficiente: que la mayoría de la gente confíe en una
hipótesis infalsable no exime dicha hipótesis del análisis crítico. Eso es un
argumento ad populum, una falacia
populista, y ya sabemos que históricamente las mayorías no siempre llevan la
razón en muchos campos. Que en Colombia la mayor parte de la población sea
creyente, y que tal creencia esté integrada como lo normal dentro de la
sociedad, no significa que seamos nosotros, ateos y agnósticos, a quienes nos
corresponde probar nuestro escepticismo de la idea de Dios simplemente porque
“alteramos la normalidad” e “incitamos la polémica”: es a ustedes a quienes les
corresponde probar su hipótesis mal planteada.
Vayamos
entonces con el método científico, una objeción que no se separa mucho de la
anterior. En el blog cristiano tratan de escaparse de ello con un argumento
ingenioso: puesto que el debate de la existencia de Dios es filosófico,
no debe basarse en la ciencia, aunque pueden usarse argumentos científicos para
sostener sus posturas (¿?). Parece justo, excepto que ahí hay nuevamente otra
falacia escondida: Ateísmo al descubierto
hace una muy mala analogía en la ciencia para demostrar que la persona que
afirma un hecho extraordinario debe demostrar pruebas, entendiendo como
extraordinario aquello que altera lo ordinario, el orden establecido, y que es
igual en la ciencia y la filosofía.
Tristemente
esta es una de las presunciones del posmodernismo y el relativismo hoy en día:
creer que la ciencia funciona igual que la sociedad cuando se acepta una idea
como universal. Y se equivocan soberanamente, igual que Ateísmo al descubierto. La comunidad científica no es
subjetivamente democrática: lo es objetivamente. ¿Qué quiero decir con esto?
Que, por ejemplo, cuando se estableció la gravedad como una ley física, no se
hizo porque a la mayoría de los científicos les pareciera bonita y fácil: fue a
través de numerosas pruebas y experimentos que permitieran demostrar los postulados
que encerraba la hipótesis de la gravedad. Cuando se dice que la mayoría de los
científicos aceptan la influencia antropogénica en el calentamiento global, o
que el comportamiento homosexual es perfectamente normal, se dice porque
diversos estudios alrededor del mundo han llegado a las mismas conclusiones a
través del método científico. Eso se llama objetividad; es atenerse a los hechos.
Es así como la ciencia evoluciona: se mantiene constantemente en autoanálisis, experimentado
para probar constantemente ideas y posturas que pueden ser dudosas, y
confirmándolas o estableciendo nuevas hipótesis. Cosa que las religiones jamás
hacen con sus dogmas.
Un
creyente puede decir: “¡Pero la ciencia
no ha demostrado que Dios no existe!” Claro que no: ese ni siquiera es el
trabajo de la ciencia. Pero ha mostrado que las leyes que rigen el Universo
permiten que este se mantenga a sí mismo, y que no requiere de la intervención
de un ser superior. No significa que no exista un Dios, pero refleja que no se
necesita de uno. Por contraparte, ningún científico hasta la fecha ha
demostrado convincentemente que existe alguna deidad, y la mayoría sabe que
hablamos de una hipótesis infalsable; como tal ni siquiera se le considera
científica.
No
faltan aquellos que afirman que el Creador es espiritual y no material, y por
eso no puede ser analizado a través del método científico. Si usted, amigo
creyente, es de los que afirma esto, le pregunto: ¿entiende por completo las
implicaciones de lo que acaba de decir? Sagan lo definió muy bien. ¿Cuál es la
diferencia entre un dragón inmaterial y uno inexistente? Virtualmente ninguna.
Si usted dice que Dios no puede ser medido por métodos materiales, ¿qué evidencia
tenemos entonces para creer en él? Virtualmente ninguna. Es por ello que si
usted afirma que Dios existe, no valen la tradición ni el apoyo popular para
rehuirle a la opinión crítica: filosófica y científicamente es a usted al que le corresponde comprobar
que efectivamente así es. Quien pone en duda la existencia de Dios no es un
anormal ni sale de lo ordinario: es que comprende realmente lo que significa lo
ordinario, y tiene válidas razones para dudar de usted.
Como
suelo decir, seguramente habrá personas en desacuerdo con lo expuesto aquí. Mi
interés es invitarlos a reflexionar. Como demostré, los planteamientos de Ateísmo al descubierto sobre la carga de
la prueba brillan por su debilidad conceptual. Si usted desea buscar argumentos
convincentes para sostener su creencia en un ser superior, quizás debería
replantearse primero qué es lo que usted entiende por ser superior y todos los
atributos que esto conlleva, antes de buscar un asiento cobarde y facilista
como el que dicho blog mediocre le muestra. No se ponga en ridículo.
Esta es la primera vez que veo un argumento convincente de parte de un ateo, y eso que no estoy totalmente de acuerdo, pero esa página no refuta realmente los argumentos en contra de la existencia de Dios, lo que hacen es defender al catolicismo y sus dogmas de las críticas de los ateos, yo en lo personal he visto que quieren ocultar su cristiandad, sin embargo la mayor parte del tiempo se nota que lo son, pues nunca se basan en los argumentos de otras religiones o de otros teísmos (deísmo, panteísmo, politeísmo, no-teísmo [Nota: NO se debe confundir con el ateísmo] etc.) que de hecho menosprecian o de plano no les toman importancia.
ResponderEliminarGracias. La verdad es que Ateísmo al descubierto se preocupa mucho por defenderse del debate que en refutar los argumentos ateos, aunque sí lo han intentado, y mal, por supuesto.
EliminarEs muy obvio que son cristianos, pues sus "refutaciones" vienen todas desde la teología cristiana, aunque no lo digan expresamente.
Yo soy creyente, y siempre he sabido que yo debo de demostrar la existencia de D-s,Saludos.
ResponderEliminarCuriosamente, muchos no lo saben o prefieren ignorarlo, como ves, pero aprecio realmente tu honestidad intelectual. Saludos igualmente.
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