¿De verdad hay un problema con Apu?
Introducción
A
menos que haya vivido toda su vida en la Atlántida, asumiré que el lector
conozca a Los Simpson. La serie animada más importante de Fox, y una de las
series de televisión más influyentes de la historia, ha dejado una huella
imborrable en la historia, haciéndose parte de la cultura popular alrededor del
mundo. A pesar de que en los últimos años su calidad ha decaído
considerablemente, y que tristemente podemos decir que ya hay más temporadas
malas que buenas, es innegable que aún generar impacto.
Algo
por lo que la serie es muy conocida es por tener una amplia variedad de
personajes secundarios. Familiares, amigos, alumnos de la escuela, compañeros
de trabajo y hasta criminales, hay presencia de prácticamente cualquier arista
social y económica en la serie. Uno de los personajes secundarios más
reconocibles y antiguos (nació en el octavo episodio de toda la serie, El héroe sin cabeza) es Apu Nahasapeemapetilon.
Por
si acaso, hagamos una breve sinopsis del personaje: Apu es el dependiente indio1
del Kwik-E-Mart, el principal supermercado al que la familia Simpson y otros
personajes van de compras. Inmigrante desde sus estudios de postgrado, es un
hinduista2 muy devoto del dios Ganesha, y aunque es cortés, y con
frecuencia una de las pocas personas sensatas dentro de una multitud (y
tratándose de Springfield, eso es notable), también es trabajólico, con una
facilidad para cobrar precios exagerados por sus productos y poco interés en
los estándares de sanidad.
En
las primeras temporadas, como muchos personajes secundarios, Apu fue explorado
más allá de ser un simple tendero. Pudimos ver su corta vida en la farándula
como miembro de los Borbotones (5x01, El
cuarteto de Homero), conocer un poco más de su pasado, su educación y su
situación legal (7x23, ¿Y dónde está el
inmigrante?), su boda con Manjula (9x07, Las dos señoras Nahasapeemapetilon) y sus esfuerzos por compensarla
debido a su negligencia (10x14, Me
acompaña Cupido). Como todo personaje flanderizado de los Simpson durante
la era zombie del showrunner Mike
Scully, Apu también pasó por una deformación de su personaje: al hacerse padre
de octillizos (11x07, Mal comportamiento),
y posteriormente serle infiel a su esposa (13x19, El dulce Apu), se convirtió en un hombre cínico y amargado,
desesperado por librarse de su familia. En las últimas temporadas se ha
recuperado de ese tratamiento, pero por desgracia desde la temporada 27 sus
apariciones en el show han sido más escasas, limitándose principalmente a ser
una figura de fondo. ¿Por qué ocurrió esto?
Kondabolu y The Problem with Apu
El año pasado, el comediante estadounidense Hari Kondabolu creó un
documental llamado The Problem with Apu
(El problema con Apu), donde se
exploraba, a través de entrevistas con personalidades estadounidenses y
británicas de origen indio o surasiático el impacto negativo del personaje
sobre personas de similar origen. Kondabolu, hijo de inmigrantes indios, creció
con Apu como el único representante del inmigrante indio en Estados Unidos por
mucho tiempo, pero sintió al crecer que el personaje, aunque gracioso, se
inclinaba a ser un estereotipo racista. El documental nació a partir de una
rutina cómica en 2012 donde Kondabolu criticaba al actor de voz Hank Azaria,
quien da vida al personaje, llamándolo “un
tipo blanco haciendo una imitación de un tipo blanco burlándose de mi padre”.
A partir de ello, decidió extender el argumento, y nació el documental.
Por
otro lado, debe destacarse que la polémica con el personaje ya había sido
abordada por Mallika Rao en un artículo de 2013
del Huffington Post en
donde precisamente reunía las opiniones de Kondabolu y el mismo Azaria
sobre las ramificaciones y el legado de Apu como representación de los indios.
Kondabolu la expande un poco más en su documental, presentando las experiencias
de muchos comediantes y actores de origen surasiático que eran comparados en la
escuela con Apu, y que ya de mayores les pedían en las audiciones imitar su
acento, el cual es estereotípico y además confuso, pues no hay un único acento
en India (volveré con esto más adelante).
Algo
para resaltar, por supuesto, es que Kondabolu no odia a Los Simpson. De hecho, a pesar de sus críticas hacia Apu, el
comediante es claro en que es un seguidor de la serie, la cual ve como un
importante referente en la cultura estadounidense. Pero encuentra muy
inaceptable, por decirlo de alguna forma, que el personaje sea interpretado por
un actor “blanco” que además se basó, según comenta, en el acento del actor
Peter Sellers en la película The Party,
donde precisamente interpreta a un personaje indio, y ubica la caracterización
de Apu como parte del legado del blackface
de principios del siglo XX, algo con lo que también accede la actriz Whoopi
Goldberg, entrevistada para el documental.
Es
por ello que Kondabolu busca frenéticamente una entrevista con Azaria durante
la duración del documental, pero el actor prefiere declinar la invitación por temor a que
sus comentarios sean editados, y dañar a sus compañeros de trabajo. Sólo Dana
Gould, escritor y productor de Los Simpson,
aparece en una entrevista, y la
verdad su defensa es más bien pobre, a excepción de un punto que
tocaré en el siguiente párrafo. Es a partir de este objetivo, de acuerdo con algunas
reseñas,
que se encuentra la mayor debilidad de The
Problem with Apu: Kondabolu se enfoca tanto en su frustración con Azaria y
los creadores de la serie que pierde la oportunidad de ofrecer una respuesta
constructiva o interesante al problema del personaje.
Veo,
sin embargo, un par de falencias más con el argumento de Kondabolu. El primero salta
a la vista en la mencionada entrevista con Gould. En un punto, el productor de Los Simpson le pregunta a Kondabolu qué
opina del Sr. Burns, dado que es un estereotipo del hombre rico y codicioso,
pero el comediante retruca con el tema de que la satirización con Burns es un
asunto de riqueza, no de etnia ni cultura como en el caso de Apu. Aquí ya
tenemos un problema: ¿realmente hay justicia en ese argumento? ¿Es aceptable
hacer un estereotipo con Burns por ser una persona poderosa, pero con Apu es
injusto porque no tiene poder?
Eso
me parece un argumento tan estúpido como la mediocre postura de nefastos
líderes negros en Estados Unidos que argumentan que los miembros de su
comunidad no pueden ser racistas cuando discriminan a un caucásico porque no
gozan de privilegios, como si no existieran poblaciones campesinas compuestas
mayormente por blancos en condiciones incluso peores: es un argumento miope y muy débil. Si en Los Simpson
se burlan de todas las esferas sociales y culturales en Estados Unidos
(incluyendo entre otros a los mismos hillbillies,
como el caso de Cletus), ¿por qué es Apu el único problema? ¿Cómo se sentiría
Kondabolu si entonces Apu fuera una persona poderosa, pero aún con el mismo
acento que le da Azaria?
El
problema se hace más patente cuando algo similar razona Jeet Heet en una
columna de The New Republic.
El escritor hace un punto importante al señalar que la inconformidad con el
personaje de Apu tiene mucho que ver con el activismo social de la nueva
generación de desis3. Sin embargo, su “epifanía” se va al traste
cuando propone: “Lo menos que Los Simpson
podrían hacer es actualizarse haciendo a Apu un magnate rico de supermercados
con acento estadounidense.” ¿De verdad eso es mejor? Si la mayor conclusión
que está dejando Kondabolu con su documental es que el problema de Apu es su
caracterización como dueño de un supermercado y un acento ficticio, o peor aún,
que simplemente es porque su voz se la da un blanco, ¿cómo lo mejoraría hacerlo
un tipo millonario con acento local? ¿No sería eso, como bien lo señaló Apu en ¿Y dónde está el inmigrante?, una
deshonra a todo ese bagaje cultural que se espera sea mejor representado?
Ese
es el segundo problema, y mi mayor queja con el documental. En medio de su
diatriba por sus experiencias de infancia y trabajo, tanto Kondabolu como la
gran mayoría de las personas que entrevista parecen haberse olvidado que Apu ha
sido mucho más que el estereotipo de un tendero indio de mal acento. A
diferencia de personajes como el Hombre Abejorro o el chef Luigi, que son poco
más que bromas étnicas recurrentes, y en contraposición a la a todas luces
injusta comparación con el blackface
que hacen Kondabolu y Goldberg (porque al parecer el mayor problema con Apu es
que la voz se la da un blanco), el dueño del Kwik-E-Mart ha pasado por un
importante desarrollo. Tal como ya lo he mencionado, ha sido una persona famosa
al punto que ganó un Grammy; se convirtió en un soltero cotizado antes de
enfrentarse a su madre por su matrimonio arreglado, y aun así logró construir
una familia con Manjula; como inmigrante ilegal, en un episodio bastante significativo,
pasa por una crisis de identidad al tratar de ocultar su herencia india por el
riesgo de ser deportado de un país que ha llegado a apreciar; y en su primer
episodio protagónico (5x13, Homero y Apu)
pasa por un conflicto espiritual que lo lleva a un acto de penitencia con la
familia Simpson y a enfocarse en recuperar el orden en su vida.
Incluso
en temporadas recientes, con todo y la menor calidad, Apu se ha recuperado de
la flanderización de modo notable: Covercraft
(Los Simpson, 26x08) trae de
regreso su talento y su aprecio por la música occidental; y El blues de la carta de Moe (Los Simpson, 21x21) nos recuerda que a
pesar de su adicción al trabajo y la mancha de su infidelidad aún ama a su
esposa, aun cuando no siempre actúa como un marido devoto. The Problem with Apu poco hace para
resaltar estos detalles y otros más que han hecho de Apu un personaje mucho más
complejo y desarrollado que el concepto estereotípico al que Kondabolu lo
reduce. Es por esta conveniente ignorancia, y la falta de una solución
concluyente al tratamiento del personaje, por lo que no puedo tomar el documental realmente
en serio.
La pobre respuesta de Los Simpson
El
pasado 8 de abril, la serie se manifestó sobre el documental a través del
episodio Ninguna buena lectura queda
impune (Los Simpson, 29x15). En
el episodio, Marge lleva a la familia a una librería para que se alejen de la
adicción a los aparatos electrónicos, y mientras Bart decide usar las
enseñanzas de El arte de la guerra
para hacer sufrir a Homero, Marge compra un libro que solía ser su favorito de
infancia para leérselo a Lisa, pero pronto se da cuenta que está lleno de
estereotipos culturales ofensivos y conceptos retrógrados.
En
un esfuerzo para no herir la sensibilidad de Lisa, Marge decide editar el
contenido del libro, pero sus esfuerzos terminan empobreciendo la lectura, ya
que en palabras de Lisa “no hay un viaje
emocional que completar”, lo cual deja sin objeto al libro. Cuando Marge le
pregunta qué debería hacer, Lisa mira hacia el espectador y responde: “Es difícil decirlo. Porque algo que comenzó
hace décadas y fue aplaudido e inofensivo ahora es políticamente incorrecto.
¿Qué puedes hacer?”, mientras gira su mirada hacia una foto enmarcada de
Apu. Marge replica entonces: “Algunas
cosas serán tratadas posteriormente”. “Si
acaso”, añade Lisa.
Quería poner el cuadro final de esta escena, pero la
cara de Marge mirando al espectador me da ñáñaras en el occipucio y las
falangetas.
La
escena fue sumamente criticada por ser una forma perezosa por parte del equipo
de Los Simpson para evadir la
controversia de The Problem with Apu.
La respuesta de Kondabolu fue rápida, sintiéndose decepcionado de que redujeran
el argumento de su documental a que Apu ahora es un personaje políticamente
incorrecto. Lo que es algo irónico, dado que en un momento del documental el
comediante dice sentir que probablemente señalen sus quejas sobre el personaje
como las de un justiciero social… y simplemente ignora ese posible enfoque -considerando
todo lo que se dejó al analizar a Apu, no culpo a quien así lo crea-.
Me
temo que aquí debo compartir la desazón de Kondabolu y los críticos de
televisión que destriparon sin piedad la escena. Es cierto que hay mucho tufo
de corrección política en el documental, porque como ya he explicado Apu es un
personaje desarrollado más allá de las superficialidades estereotípicas, incluso
para mostrar la faceta de discriminación en Springfield, pero preferir ignorar
y trivializar el debate no fue la solución. Es una respuesta débil y cobarde, en especial porque
tanto ellos como otras series han sabido dar respuestas mucho más sólidas a
otras críticas con episodios significativos –incluso el creador de Los Simpson,
Matt Groening fue más directo, aunque no más diestro, cuando lo entrevistaron
al respecto, afirmando que “vivimos en
una época donde a la gente le encanta fingir estar ofendida”-.
Cuando
a los creadores de Pinky y Cerebro se
les exigió que incluyeran a un tercer personaje, crearon el segmento de Pinky, Cerebro… y Larry para demostrar
que esto arruinaría la dinámica del dúo (la cadena no les hizo caso, crearon Pinky, Elmyra y Cerebro, y ya sabemos
cómo terminó esa aberración). Lo mismo hicieron en Los Simpson ante sugerencias similares cuando crearon El show de Tomy y Daly y Poochie (Los Simpson, 8x14). Cuando el entonces
presidente George H. Bush declaró públicamente que el pueblo norteamericano
“debía comportarse más como los Watson y menos como Los Simpson”, la serie lo
convirtió en el vecino de Homero (El mal
vecino, 7x13), sometiéndolo a todo un episodio de frustración y conflicto.
Cuando se criticó a la serie por no tener personajes “realistas”, los creadores
demostraron cruelmente, a través de El
enemigo de Homero (Los Simpson,
8x23), cómo un personaje así no podría siquiera sobrevivir en el incoherente
universo de la familia Simpson. ¿Era tan difícil responder a la controversia
con algo un poco más inteligente?
Lo más decepcionante de esto es que de hecho, como señaló el crítico
Todd VanDerWerff en
una entrevista telefónica para el portal Mic,
la serie ya había respondido años antes las críticas hacia Apu de forma mucho
más robusta. En el episodio Mucho
escándalo por nada (Los Simpson,
27x12) el Kwik-E-Mart es destruido y Sanjay, el hermano de Apu, le entrega su
parte del negocio a su hijo Jamshed. Jay, un millenial occidentalizado interpretado por el comediante Utkarsh
Ambudkhar (quien también fue entrevistado en The Problem with Apu), reconstruye el supermercado como una tienda
de productos naturales, y al quedarse con la mayor parte de la inversión
despide a su tío, a quien además resiente por ser un estereotipo. El episodio
refleja un conflicto cultural entre las diferentes generaciones de inmigrantes
y sus descendientes, y aunque se queda corto en su resolución final (cosa que
también indica Ambudkhar en el documental), toma el enfoque de episodios
antiguos con temas conflictivos que evitaban dar un sermón final a la South Park sobre cuál lado es el
correcto (un ejemplo es el 2x09, Tomy,
Daly y Marge), dejando que el espectador forme sus propias conclusiones.
Conclusiones
Entonces,
¿hay un problema con Apu? De hecho, podría decirse que sí lo hay: es un estereotipo viejo, y eso hace que
las audiencias modernas que desconocen el contexto social al que parodiaba no
lo encuentren gracioso ni halagüeño. La comunidad desi en Estados Unidos dejó
atrás los tiempos en que la mayoría trabajaba detrás del mostrador de una
tienda –de hecho, Apu ya era un cliché obsoleto para la época de su concepción-.
Su representación en medios audiovisuales en las últimas décadas es mucho más
variada y compleja de lo que fue por mucho tiempo cuando el dependiente del Kwik-E-Mart
era el único indio en la televisión. Y si hay algo cierto es que Los Simpson han envejecido muy mal, y
necesitan reorientarse y arriesgarse más con su comedia, lo que podría
beneficiar mucho en la reconstrucción de personajes como Apu. Pero toda esta
carreta termina siendo muy injusta si, reitero, olvidamos que él fue expandido
más allá de ser un acento falso hecho por un actor estadounidense blanco de
origen sefardí. Aun si el personaje no ha evolucionado en el sentido de su profesión
y quizás lo requiera, reflejando mejor la realidad social de las nuevas
generaciones de desis, estaríamos muy equivocados si asumimos que eso es lo
único que lo define.
El
matoneo escolar y los ataques racistas en la calle son algo muy lamentable, y
no puedo pretender conocer de fondo ese tipo de maltrato. Sin embargo, yo
también recibí matoneo durante el colegio por mi nombre, por mi ingenuidad y mi
personalidad, y más de una vez por mi aspecto; hubo un tiempo en que, por
ejemplo, me comparaban con “Pocholo”, y no llegué a odiar al protagonista de
esa novela por eso. No es eso lo mismo que los ataques a una minoría, eso lo
admito, pero como comenta el ex productor de la serie Mike Reiss en su reciente
libro Springfield Confidential, “que se burlen de los niños en el jardín
escolar llamándolos Apu no es racismo, eso sólo prueba que los niños son idiotas”.
No
se le puede hacer responsable al personaje de una comedia animada (y por
enésima vez, en la sátira no hay excepciones
para nadie) por el perjuicio causado por infantes inconscientes que son
crueles por no medir sus actos, y ni siquiera por el que generan racistas
estúpidos. Menos cuando el personaje nunca fue construido para ser
inherentemente dañino ni racista, a diferencia de cuando Bugs
Bunny se enfrentaba a unos japoneses estereotipados sin piedad –y no, el nebuloso
y cuestionable concepto de microagresión no cuela tampoco como argumento-. Al
girar una justa indignación de su difícil infancia hacia un personaje de
ficción en lugar de enfrentar el núcleo ideológico del racismo imperante en la
sociedad, siento que Kondabolu se acerca peligrosamente al razonamiento de
personajes nefastos como Cora Segal, la
polémica Trigglypuff de quien ya hablé alguna vez, aunque con la salvedad
de que al menos él tiene argumentos mucho más legítimos para debatir sobre el
impacto cultural de dicho personaje.
Y
pues, es toda mi opinión al respecto. Si alguien quiere expresar algo más sobre
el tema, le pido que reflexione un poco antes de dar su opinión.
Gracias,
vuelvan pronto.
1Existe una constante confusión entre los términos indio e hindú porque se piensa que son equivalentes o que el segundo es más
correcto (en particular porque indio
suele usarse de forma despectiva contra nativos americanos). Ni lo uno ni lo
otro. Indio es el gentilicio de los ciudadanos de la India; hindú es el
seguidor de la religión hinduista. Así, ni todos los indios son hindúes (porque
en India hay musulmanes y cristianos, por ejemplo) ni todos los hindúes son
indios (son mayoría también en Nepal y Mauricio, y están presentes incluso en
el Caribe). Apu, para efectos de la serie, es indio e hindú a la vez.
2Ídem.
3Término que alude a las personas y elementos
culturales relacionados con el subcontinente indio.
Hay algo que he aprendido con los documentales de este tipo y es que siempre tienen una intención. Ninguno trata de mostrar un punto neutral e incluso el mejor elaborado y/o intencionado es tendencioso, está en la raíz de su origen. El autor parte con una idea predeterminada y despues busca y edita lo que quiere para reforzar su planteamiento,historia y mensaje. Puede que la actitud de Hank Azaria no fuera la mejor, ni la respuesta de los Simpsons al asunto lo resolviera, pero tenia razón al negarse. Si tal como mencionas, Kondabolu deja de lado un montón de observaciones que iban en contra de lo que él planteaba, es de esperar que cualquier entrevista con Azaria terminaría por colocarlo como el villano de la película. ¿Cómo discutir o conversar con alguien que de antemano te ha condenado? En especial en estos tiempos en que el comentario más inocuo puede ofender a alguien.
ResponderEliminarCuídate Koothrapalli, ya irán por tí después.
Tienes mucha razón, y es definitivamente un problema que tienen muchos documentales. Al final se tratan menos de reflejar una realidad de manera objetiva y más de reafirmar sus propias posturas.
EliminarNotarás que no di una opinión en particular sobre la respuesta de Azaria, y es que creo igual que tú que tenía razones muy válidas al negarse a la entrevista, especialmente viendo la actitud de Kondabolu al tratar el tema. No veo que pudiera salir algo provechoso de alguien que tiene un problema contigo porque eres un blanco haciendo una imitación de voz de un personaje étnico, y no por la calidad del personaje en sí -en retrospectiva, la forma en que Kondabolu aborda el supuesto racismo en el personaje de Apu es tremendamente racista en sí misma-.
Más de uno también ha comentado si a Raj lo van a atacar igual. Poniendo ojo crítico al asunto, es obvio que con su personaje se usan muchos más estereotipos étnicos y culturales que con el mismo Apu, sin mencionar su ambigüedad sexual. Sin embargo no creo que pase a mayores al menos por ahora porque: 1) es un personaje con poder y prestigio, al menos socialmente hablando (de familia rica, y con un doctorado); y 2) es interpretado por un actor desi.
La respuesta de Los Simpson fue muy floja, ciertamente.
ResponderEliminarEsa postura de Koothrapalli es vergonzosa y super tendenciosa por donde se le mire (el tipo no sabe realmente el nivel de estima que siente el fandom de Los Simpson por Apu). Me resulta intrigante preguntarse cómo abordaríamos esa temática los colombianos si Apu se llamara Lucho. Claramente es una cuestión de "si mi tío tuviera tetas...", pero llama poderosamente mi atención.
Sí, es posible que más de uno se termine quejando. Lo que esperaría es que al menos alguno tenga mejores argumentos que Kondabolu.
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