Los leones de Chile: ¿realmente es tan polémico?
Ayer
resonó en las redes sociales una noticia
que de nuevo resaltó la misantropía general que comparte una buena parte del
movimiento animalista. El sábado, dos leones del zoológico del Parque
Metropolitano de Santiago (Chile) tuvieron que ser sacrificados para salvar la
vida de un sujeto que se arrojó a su recinto con claras intenciones suicidas.
Las autoridades del parque fueron rápidas, pero debido a la lenta acción de los
tranquilizantes para detener a los leones, un macho y una hembra, debieron
matarlos. El hombre ahora mismo se encuentra en un centro asistencial con
graves heridas.
Como
era de esperarse, la preocupación de los animalistas ha sido menos por el
estado de salud del hombre, y más por el aparentemente innecesario sacrificio
de dos leones que todos querían. Y hay que admitir, el mismo director del
zoológico admitió sentirse “consternado”
por la decisión de eliminar a los animales, especialmente cuando la hembra
había sido rescatada años antes de un circo donde era mantenida en muy malas
condiciones. En fin, como es usual, para los animalistas no debió llegarse al
punto de matar a los leones para salvar al suicida, y no son pocos los que
libremente dicen que debieron dejarlo morir (recurriendo a la usual monserga de
que el ser humano es una plaga y debe extinguirse). En una nota menor, algunos han tomado este
caso para cuestionar la pertinencia de los zoológicos y la tenencia de animales
en cautiverio.
Para
empezar, dejemos de lado la basura misántropa. Esos no son argumentos válidos ni relevantes para
la discusión al respecto, y hay que ser muy bellaco para salir con semejante
cosa al ruedo. Si usted considera que los seres humanos deberían extinguirse,
es su problema, pero no mío, ni tampoco debería serlo para los encargados del
zoológico. Ya lo he dicho antes: si usted considera que la vida de un animal es
superior a la de un humano, moralmente es usted un desastre de autodesprecio, y
ciertamente no la persona más confiable que uno pueda conseguir.
Debe
usted tener en cuenta que, si bien hay personas que respetan la decisión del
suicida, no pueden estar de acuerdo en que sea siempre una solución válida. De
momento no se conocen las razones por las que el hombre intentó quitarse la vida
en la jaula de los leones -aunque hay algunos indicios-, pero en cualquier caso no es cuestión de esperar
que alguien lo dejara morir, siendo que la prioridad de cualquiera que esté a
cargo de un animal peligroso es garantizar la seguridad de personas cercanas.
Hay que ser muy tarado para decir que debieron dejar que los leones se comieran
al suicida, tal como han comentado algunos en las redes sociales: la polémica
sería aún mayor si se hubiera hecho tal cosa, aunque seguro que a los
animalistas hipócritas les habría importado poco o nada.
La
cuestión sobre si es ético o no tener animales en cautiverio no me parece
tampoco tan importante en este caso, pero vale la pena resaltarla un poco.
Antes de vociferar en contra, se debe tener en cuenta que la cría en cautiverio
ha permitido la recuperación de animales otrora casi extintos, como el órix de
Arabia y el cóndor de California. Sí, la mayoría de los animales que hoy están
en algún riesgo de extinción se encuentran así por acción antrópica, ¡pero es
precisamente por ello que tratamos de salvarlos al reproducirlos en condiciones
adecuadas! Hasta ahora, que se sepa, somos el único animal que puede razonar y
preocuparse por las consecuencias de sus actos, y es por ello que decidimos
ayudar hasta donde sea posible a tantas especies que nosotros mismos hemos
afectado. Por supuesto, lo ideal es que el animal sea mantenido en un ambiente
apropiado, y lejano de maltratos o humillaciones; todo es para que se comprenda
que el cautiverio no es inútil como muchos afirman.
No,
el punto de la discusión es si debió darse muerte a la pareja de leones para
rescatar al hombre. ¿Debió llegarse a eso? Es decir, ¿el protocolo no incluía
el uso de dardos tranquilizantes, o algo parecido para detener a los animales
sin llegar a matarlos? ¿O es, nuevamente, el caso del ser humano despreciando
vidas animales?
Bien,
no se trata precisamente de despreciar, pero de nuevo, ¿realmente esperaban que
se pusiera la vida de dos leones por encima de una persona, sin importar que él
tuviera la intención de morir o algo parecido? ¿A nadie le parece que poner a
una especie por encima de la propia no es señal de un pésimo sistema de valores
y empatía? Y nuevamente, se resalta que los encargados del zoológico realmente
lamentan haber tenido que recurrir a sacrificar a los leones, pero la prioridad
era la seguridad del joven. Eso no
debería tener discusión alguna.
En
cuanto a los tranquilizantes, al parecer se intentó usarlos dos veces antes de
tomar la difícil decisión de matar a la pareja animal. No obstante, hay que
resaltar que el uso de tranquilizantes en esta situación tiene un problema. Los
tranquilizantes usualmente tienen un rango de acción de varios minutos; es
decir, que si usted es perforado por un dardo tranquilizante, pueden pasar tres
o cinco minutos antes de que caiga realmente dormido. Tres o cinco minutos no
son poco tiempo para un ataque animal; para dos leones, menos de tres minutos
pueden bastar para matar a una persona. Y en algunos casos, si el dardo golpea
un hueso no inyectará el medicamento. Es por ello que, ante la situación tan
dramática, debió recurrirse a matarlos: era una decisión rápida que debía
tomarse ante una muerte segura.
Sí
hay algo que realmente debe reprocharse a las autoridades del zoológico, y es
que el incidente evidenció, y ellos mismos lo reconocen, la falta de seguridad
que sufren, dado que una persona tuvo suficiente tiempo para romper la parte
superior de la jaula y colarse con los leones. Aun si se acepta que es muy
probable que el joven haya vigilado la jaula días antes, observando cómo sería
más fácil penetrarla, es claro que las instalaciones son antiguas y no muy bien
vigiladas. Sería necesaria una renovación, a fin de evitar incidentes futuros,
que puedan terminar en el sacrificio de más animales actuando por instinto o
peor, la muerte de alguna persona.
Sí,
es trágico que tuvieran que morir dos leones en cautiverio. Sí, el tipo trataba
de quitarse la vida. Sí, los encargados del zoológico no vigilaban
adecuadamente la jaula. No obstante, no se pueden tomar todas esas ideas para
criticar una acción que habría sido la esperada y normal de cualquier persona
racional. Cuando empezamos a preocuparnos más por la vida de un animal que por
la de un miembro de nuestra propia especie, estamos siendo tan ruines como
aquellos que los maltratan.
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