El caso de Sentinel del Norte y los pueblos aislados
Quería
escribir algo sobre los cien días de gobierno del Tocineto, pero tenía tiempo
de querer escribir una entrada con respecto a este tema, y los últimos sucesos
me han impulsado a enfocarme en ella. Es un tema interesante, en especial
porque las circunstancias políticas actuales sugieren futuras amenazas, y para
el ciudadano de a pie debería ser importante comprender la situación.
Entremos
en materia. Hace poco nos llegó la noticia de la muerte de John Chau, un
estadounidense aspirante a misionero que
fue asesinado al llegar a la playa de la isla Sentinel del Norte,
parte del archipiélago de las Islas Andamán, por los nativos de la isla. Los
sentineleses son un pueblo aislado,
es decir, una comunidad tribal que por voluntad propia rechazan cualquier
contacto con las grandes civilizaciones del mundo actual, y en casos como el
suyo son abiertamente hostiles a los
extranjeros. Por esta razón, y luego de varios intentos de contacto, el
gobierno de la India, que mantiene jurisdicción del archipiélago, considera la
isla como un territorio soberano y mantiene una protección con mínima intervención
y prohibición expresa a cualquier persona de intentar contactar con los
sentineleses (desde 1996 jamás se había intentado de nuevo un contacto directo) o
irrumpir en su territorio, pues se exponer a ser asesinados sin miramientos por
los nativos.
Probablemente
usted se enteró de la existencia de esta tribu sin recordarlo. Tras el
terremoto en el Océano Índico en 2004, las autoridades indias enviaron a los
guardacostas en helicóptero para que verificaran el estado de la población en
Sentinel del Norte tras el tsunami. Esta fue una de las imágenes que salieron a
la luz.
Si
Chau tuvo la intención de ir a predicarles el Evangelio a los sentineleses, fue
a sabiendas no sólo de que son un pueblo aislado que no desea interactuar con
nosotros, sino también que el gobierno indio tiene estricta prohibición sobre
el contacto con la isla (no obstante, parece que hace seis meses el gobierno
levantó la veda para turistas, por lo cual Chau podría haberse presentado como
tal). Así que contrató a un grupo de pescadores para que lo llevaran
ilegalmente a las costas de Sentinel, y le proporcionaran una canoa para
acercarse el resto del trayecto, no sin dejar de advertirle que desistiera en
su empeño. Chau no les prestó mucha atención: de acuerdo con algunas cartas que
dejó a los pescadores para su familia, parecía creer que su fe en Cristo era
suficiente escudo. Y evidentemente no fue así, pues de acuerdo con los
pescadores fue recibido con flechazos mientras intentaba ofrecer himnos a los
nativos. Entre el 15 y el 17 de noviembre intentó tres veces contactar, hasta
que el 18 los pescadores sólo pudieron ver su cuerpo inerte en la playa. Ahora
ellos enfrentan cargos por homicidio, al haber permitido las circunstancias de
la muerte de Chau.
Antes
de profundizar con el tema de los pueblos aislados, debo destacar la
desagradable y mentirosa postura de la organización International Christian
Concern (ICC), dedicada a documentar la persecución a grupos cristianos en el
mundo, la cual retrata
la muerte de Chau de forma edulcorada, como una víctima de la persecución a la
comunidad cristiana en la India, como si hubiera sido obra de
radicales hinduistas: jamás
mencionan el hecho de que los sentineleses son un pueblo aislado, ni que hay
leyes estrictas en contra del contacto con ellos. Por su parte, Survival
International, una organización de derechos humanos que aboga por la protección
de grupos indígenas a lo largo del mundo, lamenta la muerte de Chau como una
trágica consecuencia de la incapacidad del gobierno de proteger a los
habitantes de Sentinel del Norte, y piden que se refuerce las
medidas de protección de la isla para que no vuelva a presentarse una tragedia
como aquella.
Hablemos
en concreto entonces. Quizás el lector se pregunte cómo es que estos pueblos
han llegado a estar en completo aislamiento de nuestra sociedad, y por qué
prefieren permanecer de esa forma. Sucede que en ciertos casos, como el de los
sentineleses, se trata de cuestiones geográficas: la mayoría de los pueblos
aislados de los que se tiene noticia viven en grandes extensiones de bosque en
Suramérica, la parte central de África y Nueva Guinea (sólo en Brasil hay una
estimación de al menos 70 grupos indígenas aislados), por lo cual algunas de
estas tribus han permanecido relativamente seguras ante la intervención de
civilizaciones más desarrolladas.
Por
otro lado, es muy probable que buena parte de estos pueblos sean sobrevivientes
de los violentos procesos de colonización y explotación de tierras de siglos
pasados, como la fiebre del caucho en el Amazonas, por lo cual no han estado
precisamente en una burbuja de cristal. De hecho, como explica este
enlace de Survival International (que siento bastante concreto, si
bien un poco romantizado hacia el final), muchas tribus aisladas tienen
conocimiento de la existencia de nuestra sociedad, y además tienen contacto –a
veces amistoso, a veces violento- con pueblos indígenas más integrados. No son “reliquias
del pasado” o ejemplos del mito del buen salvaje, como también querrán verlos
algunos: muchos de ellos se han adaptado a las condiciones de un mundo que
cambia, y es muy probable que sus costumbres actuales sean muy diferentes a las
de hace siglos, incluso en un pueblo tan aislado geográficamente como los
sentineleses.
Ahora,
hay que hablar de otro asunto, y es el derecho a la libre autodeterminación de
los pueblos. Las comunidades indígenas no son más virtuosas ni más criminales
que nuestra sociedad: dentro de ellas hay personas nobles y otras más egoístas
(como colombiano, y costeño, he visto mucho de eso). Al reconocer esto, y ver
más allá del hecho de que sus costumbres son aún primitivas en muchos aspectos
(y lo digo en un enfoque cultural, no biológico, por si alguno quiere tildarme
de racista), se les deben ofrecer entonces las ventajas, oportunidades, leyes y
condiciones de la civilización ilustrada de hoy, pero teniendo en cuenta que al
final le corresponde a los mismos indígenas, sea como individuo o como sociedad
completa, integrarse a nosotros, asimilar nuestras costumbres al nivel de su
elección, u optar por mantener su cultura “inalterada”. Esa es una libertad que
debe estar en sus manos, y que no puede ser desconocida ni por los indigenistas
que creen que el indígena no debe “contaminarse” de nuestros “vicios” (y que se
espantan si un arhuaco desea estudiar una carrera universitaria), ni por los
clasistas que piensan que todos los nativos son vagos y parásitos sociales (y
que igual se espantarían por el arhuaco universitario).
En el caso de los pueblos aislados, tal como expliqué antes, muchos de
ellos ya han tenido realmente contacto con nuestra civilización, pero han
optado por permanecer en ese aislamiento, ya sea por las condiciones de dicho
contacto o por cuestiones culturales. En cualquier caso, es deber de los
gobiernos respetar dicha voluntad, porque el contacto en muchas ocasiones
resultará en un peligro tanto para los “turistas”, tal como pasó en el caso de
Chau, como para los mismos indígenas, pues su aislamiento reiterado podría
haberlos mantenido vulnerables a muchas de nuestras enfermedades (algo que se
comprobó en Colombia con los nukak). Por ello, en países como Brasil se han destinado
territorios indígenas no sólo para los pueblos mayores (los llamo "mayores" en un sentido demográfico, no cosmológico) ya conocidos e
integrados relativamente con nosotros, sino también para las tribus que
permanecen aisladas.
Comunidad indígena aislada en el estado de Acre,
Brasil.
Por
desgracia, en los últimos años esa condición se ha visto amenazada,
principalmente por grupos insurgentes, narcotraficantes y empresas petroleras,
ganaderas o madereras, que en no pocos casos argumentan que los reportes de
pueblos aislados son falsos, y que sólo es una estrategia para impedirles
aprovechar las tierras. Por ejemplo, en Perú ya se han dado casos
donde miembros de tribus aisladas han salido de su territorio huyendo de la
violencia y han entrado en contacto con pueblos indígenas más integrados. En
Brasil hay riesgo constante de conflicto entre rancheros y amerindios, y la
disposición hostil del actual presidente Jair Bolsonaro genera preocupación por
los territorios indígenas en general. Y en Colombia tenemos el caso de los nukak,
uno de los pocos pueblos seminómadas que aún existen en el mundo, los cuales
permanecieron aislados hasta principios de los ochenta cuando fueron ubicados
por misioneros, pero en especial al quedar atrapados en medio del conflicto
entre cocaleros, los grupos subversivos y el Ejército. Recordarán mis
coterráneos que en 2006 un grupo de unas 80 personas salieron de la selva para
asimilarse a nuestra sociedad, aunque se estima que aún existe medio centenar
de nukak que permanecen fuera de contacto.
Y
aquí llego a la razón por la que originalmente quería escribir sobre el tema:
el llamado Hombre
del Agujero. Con este apodo se conoce a un indígena de unos 50 años
que vive en el Territorio Indígena Tanaru, en el estado brasilero de Rondônia.
De acuerdo con la información recopilada por la FUNAI (Fundación Nacional
Indígena) en Brasil, el hombre, llamado también “el más solitario del mundo”,
es probablemente el único sobreviviente de un grupo indígena pequeño asesinado por
rancheros y madereros entre 1980 y 1996. Su apodo viene de su costumbre de
cavar agujeros poco profundos dentro de las chozas que usa, los cuales se cree
que podrían ser para atrapar presas, esconderse o como una especie de tributo a
los miembros de su tribu. La FUNAI lo monitorea constantemente, y aunque fue
atacado en 2009 por rancheros, logró recuperarse. Aunque evita interactuar
directamente con los encargados de seguir sus movimientos, parece que hay un
nivel menor de confianza entre ellos durante avistamientos, aun sin cercanía
física.
Justo hace unos meses la FUNAI publicó un par de videos, uno de ellos
mostrando al Hombre del Agujero cortando un árbol, para crear conciencia de la
existencia y condición de los pueblos aislados, ante las críticas de políticos
brasileros que los acusan de fraude, y que esto permita el reconocimiento y
protección de sus tierras, aunque hubo un debate menor sobre la publicación de
tales imágenes sin el obvio consentimiento de los indígenas (discusión que yo
personalmente veo como memez). En el caso del Hombre, la directora de promoción
de Survival International lo presenta además como un
símbolo no sólo de la diversidad humana, sino también de su resiliencia y
supervivencia, por lo que espera que el metraje ayude a fortalecer
la protección de su territorio para garantizar su deseo de pasar sus últimos
días en paz.
Fragmento del metraje del Hombre del Agujero,
publicado por FUNAI.
Es
un poco triste si usamos una visión realista, pues cuando el Hombre del Agujero
muera, probablemente habrá desaparecido una cultura debido a la violencia de
otros. Y el futuro no es mucho más prometedor para las otras tribus aisladas.
Los sentineleses pudieron sobrevivir al tsunami de 2004, pero otro evento
similar podría llevar a su pueblo a la extinción, y es muy posible que no
podamos hacer nada para remediarlo. Los nukak que decidieron integrarse a la
sociedad aún podrían persistir, a pesar de las enfermedades y posiblemente
perder su activo cultural de nomadismo, pero aquellos que aún se esconden en la
selva podrían caer víctimas de las nuevas luchas entre narcotraficantes, e
incluso la destrucción de su hábitat. La mayoría de esos pueblos aislados no
tienen una gran población, y es muy posible que en unas décadas muchos de ellos
hayan desaparecido, incluso sin intervención directa alguna de la sociedad
moderna.
Y
es así que de repente llego al final de esta entrada, y me doy cuenta de que no
estoy seguro de cómo terminarla. Sólo, quizá, aconsejando a los misioneros que
a pesar de lo ocurrido con Chau están confiados de que su fe los ayudará a
hacerse entender y quieren repetir la temeridad de contactar a una tribu que ha
decidido aislarse: sean sensatos. Hay una razón por la que esos pueblos
decidieron aislarse y los gobiernos respetar (con diferente grado de éxito) sus
deseos, y lo mejor que podrían hacer por ellos desde su fe es respetarlo
también, sin pretensiones pseudomorales de cristianización. A los demás
lectores, quizás sólo ofrecerles un poco de información sobre un mundo mucho
más interesante y complejo de lo que conocían al principio, y el por qué una
tragedia a todas luces evitable como la de Chau merece una importante
reflexión.
Cuando supe de la muerte de Chau volví al conflicto mental entre "libre determinación de los pueblos" y "libre autodeterminación individual".
ResponderEliminarNo puedo evitar preguntarme si al sentinel que nació hace 10 años, realmente le han ofrecido una descripción más o menos precisa del mundo occidental, y si elegir venir a esta sociedad es algo siquiera planteado como una alternativa.
Por supuesto, a uno siendo cacique de tribu no le sirve mostrar los beneficios que puede acarrear otra forma de organización social, porque sería socavar los cimientos sobre los que se erige su poder.
Cuando se trata de acceso a cosas como agua potable, calefacción, electricidad y medicina, a mí lo de "libre autodeterminación de los pueblos" me suena más a eufemismo para entronizar a quienes ostentan el poder al interior de esas comunidades en ese lugar, antes que de ofrecerle libre autodeterminación a individuos que, vaya uno a saber, a lo mejor están interesados en tener mejor esperanza de vida y mejores condiciones materiales.
Quiero decir: ¿cómo, exactamente, fue la autodeterminación de esos pueblos a seguir viviendo sin contacto ni interferencia del mundo exterior? Porque no me creo por un segundo que se hayan llevado a cabo votaciones o referendos en su debido momento.
Un saludo, Martín y gracias por la información.
Muy bueno que menciones ese conflicto, porque creo que meditaba sobre lo mismo sin tener en claro qué era.
EliminarLa verdad, ahí habrían dos cosas para tener en cuenta. Leía hace tiempo que en muchas de estas sociedades tribales la mentalidad es justamente colectiva: cada persona cumple un papel designado en la estructura social. Creo, entonces, que el concepto de autodeterminación individual no es algo que se estimule mucho en ese tipo de tribus. Esa mentalidad colectiva sería una complacencia en la ignorancia, si quiere uno verlo así.
Por otro lado, como la mayoría de estos pueblos aislados parecen ser remanentes de conflictos con nuestra sociedad, seguramente mantendrán la memoria colectiva de dicha interacción a través de la tradición oral, que seguramente no nos deja en buena luz. Y no es como que uno civilizado pueda acercarse tampoco a exponer su caso, dadas las reacciones habituales de la mayoría de ellos, tal como ocurre con los sentineleses (que por eso a estas alturas era despropósito las ideas de algunos de intentar repatriar el cuerpo de Chau: por suerte ya desistieron de la idea).
En ese orden de ideas, sospecho que en casos de extremo aislamiento como los sentineleses, muchos miembros de su la sociedad no tienen interés individual en interactuar con nosotros porque sencillamente no tienen con qué comparar su situación (aquí no cuento a los que interactúan con otros pueblos nativos, de los que seguramente obtienen más referencias sobre nosotros): puede que en algunos casos ni siquiera sus líderes sepan que existen esas mejores condiciones materiales, algo un poco diferente a la forma cafre en que actúan líderes indígenas de grupos como los wayuú, que sí que conocen las carencias de su gente y les vale gorro. Es como si me pidieran que respondiera rápidamente si quiero ir al planeta XLR-51. Obviamente yo voy a decir "¡No!", porque no sé dónde está ni sé lo que tiene, y sin nadie que me lo describa no voy a querer visitarlo. Es muy probable que para los sentineleses nosotros seamos XLR-51.
Así que, libre determinación de los pueblos en esas situaciones de aislamiento: sí, obviamente hay. Autodeterminación individual, imagino que poca o ninguna. Por supuesto con excepciones como el obvio caso del Hombre del Agujero y quizás (y es un "quizás" que tomo con pinzas) el clan nukak que salió de la selva en 2006.
Saludos igualmente.
Pues el tema es interesante y complejo, aquí un enlace sobre las tribus no contactadas. Aquí enlace y video al final https://infoamazonia.org/es/2018/06/espanol-proteger-a-los-indigenas-en-aislamiento-voluntario-una-carrera-contra-el-tiempo/#!/map=49&story=post-18272. Y se entiende que muchas, como los sentineleses sean hostiles hacia los forasteros, pues, como ya se menciona, los contactos con estos pueblos han sido perjudiciales para ellos, caso de los Nukak Makú o de "el hombre más solitario del mundo" y pueblos en la amazonía peruana, brasileña y venezolana que han sufrido enfermedades y padecimientos horribles en buena parte por la deforestación y la minería ilegal. Y los que se han "integrado" han terminado igual en situaciones degradantes, como los Nukak o los Jarawa (vecinos de los sentineleses). Sin pretender idealizarlos, igual hay varias cosas que se pueden aprender y hay varias cosas interesantes, incluso podriamos considerarlos como guardianes de los territorios y la conservación. Incluso, no sé hasta que punto sea cierto, que la dieta de las comunidades indigenas tradicionales es más variada y nutraceutica que la "occidental".
ResponderEliminarTambién, pese a que se sabe poco de estos pueblos, considero apresurado y sectario decir que cualquier cosa "no occidental" es mala u hostil automaticamente.
En fin, lo único que quieren es que no les jodan la vida (como a tantos pueblos, no necesariamente indígenas) y en el caso de las tribus no contactadas creo que aplicaría el dicho popular "lo que está quieto, se deja quieto".
No es muy original lo que estás comentando al principio sinceramente, siendo que es prácticamente una enumeración de *todo* lo que ya he dicho en la entrada. Y es cierto que la integración de algunos de ellos da como resultado indigencia y condiciones poco dignas, ¿pero de verdad podría uno argumentar que es mejor dejarlos dentro de una selva escenario de conflicto entre insurgentes y narcotraficantes? Reprocho el descuido de las autoridades al respecto de la situación de esos pueblos que piden ser tenidos en cuenta aun a pesar de su activo cultural, pero eso no significa que su condición pasada sea mejor. Por cierto, entiendo que el término "makú" que suelen trasponer a los nukak es despectivo, así que si de verdad quieres mostrar respeto por ese pueblo, evita usarlo en un futuro.
EliminarLo de "guardianes de los territorios y la conservación" me provoca un poco de resquemor a veces, porque muchos le quieren meter trasfondo místico, y en muchos aspectos es más una condición demográfica que cultural, aunque debo admitir que la presencia de territorios indígenas en zonas verdes ha ayudado a proteger en buena medida la biodiversidad. Y como hijo de nutricionista, debo decir que no: la dieta de los indígenas no es tan variada como la nuestra, ni es exactamente más nutritiva, hablando en un sentido estándar. Usualmente ese tipo de dietas "paleo" tienen desbalances nutricionales por la escasez de algunos elementos: lo que ocurre es que muchos de los pueblos primitivos tienen una mayor actividad física que el sedentario moderno de hoy, o se han adaptado fisiológicamente a esos desbalances (caso de los inuit, por ejemplo, cuya dieta es excesivamente proteica), así que no se ven tan azotados a problemas de salud asociados a la alimentación (usualmente, de nuevo).
¿Cómo es exactamente "sectario" decir que los sentineleses son abiertamente hostiles (que imagino es a lo que te refieres, porque es la única vez en todo el texto que uso la palabra junto a la mención de un pueblo nativo), si su reacción usual a un acercamiento a la isla son flechazos? Si nos fijamos en la mayoría de fotografías que hay de esos pueblos aislados, la reacción usual es la misma. Es cierto que al ser en muchos casos remanentes de interacciones violentas con la sociedad moderna es algo que cabe esperarse, pero es precisamente por eso que llamar a esa disposición "hostil" no es sectario: es ajustarse a la realidad. Por eso es que también estoy de acuerdo en que el manejo que se le da a los pueblos aislados es normalmente el adecuado: es obvio que no tienen interés en interactuar con nosotros, así que lo mínimo que podemos hacer es respetar su deseo y proteger sus espacios para que lleven su vida sin problemas. Y por eso da terror la visión que tienen ahora personajes como Bolsonaro, que parece resumirse a un "cárguense la selva, al diablo las comunidades", muy similar al imbécil ese de Bernal en Colombia.
Saludos.
Dos precisiones:
ResponderEliminar1. No sabía que decir “Nukak makú" es una forma despectiva de referirse a ellos.
2. Yo no me refería a los sentineleses en específico (que podemos comprender su hostilidad hacia los forasteros como mecanismo de autoconservación), me refería *en general* a todo lo que sea “no occidental". Que pensar que cualquier cosa “no occidental" es mala, brutal o muy ignorante, punto y aparte. es sectario y de mente cerrada. Que tampoco pretendo idealizar ninguna cultura o pueblo, sólo que reconocer el universo que hay dentro de la especie humana y que el mundo es inmenso y rico.
3. Aunque había leido que se habían hecho estudios y que las personas con dietas más “tradicionales" tenían mayor diversidad microbiológica que muchos que consumen dietas más “occidentales".
De hecho fueron tres precisiones.
Eliminar1. Imagino que sí. Yo de hecho no lo sabía sino hasta hace un tiempo, y me sorprendió porque en los medios se les llamaba así por mucho tiempo, aunque imagino (y espero) que por simple ignorancia.
2. Por supuesto que hay que reconocer la complejidad de las sociedades humanas, pero sigue quedando muy por fuera el comentario, porque no es nada de lo que estoy intentando explicar en la entrada.
3. La diversidad microbiológica es un factor importante a tener en cuenta, especialmente si nos referimos a flora intestinal, pero no lo tomaría como un absoluto si de salud hablamos.