Tríptico de enajenaciones
Entregarse
de cabeza a una idea, una creencia o una forma de pensamiento es una forma
rápida no sólo de quedar como un idiota, sino también de desvirtuar aquello que
se defiende, sea bueno o malo. Las tres noticias que voy a destacar a
continuación tienen en común justamente eso: episodios de enajenación que dejan
una pésima imagen de un grupo en particular. La primera es una situación típica
de un movimiento político mediocre; la segunda, una reacción desproporcionada
ante un trabajo de ficción; la última deja una lección de humildad y
rigurosidad al toparse con una noticia o analizar un estudio.
1.
El pasado 20 de mayo, los venezolanos residentes en Chile hicieron una
manifestación en Santiago para respaldar a los manifestantes en su país ante
los excesos y abuso de poder del gobierno chavista. Para cualquiera que esté al
menos un poco conectado con la realidad, es obvio que Venezuela tiene una
crisis democrática, social y de orden público difícil de arreglar, y el
gobierno evidentemente no tiene mucho interés, por más que se empeñe en decir
lo contrario, en escuchar al pueblo.
Por
supuesto, como para los gobiernos corruptos e incompetentes nunca faltan
dolientes, grupos de chilenos pertenecientes a organizaciones comunistas
frenaron las intenciones de los venezolanos de llevar la marcha hasta la
embajada de su país en la capital de Chile. Peor aún, los chilenos llegaron a los insultos xenófobos ante los pocos opositores que llegaron hasta la
embajada, llamándolos “fascistas”, “no es tu país” “a lo mejor está de ilegal”,
y “que se vayan a Miami”. Pintoresco. Por cierto, entre el maravilloso grupo se
encontraba Lorena Soto, una militante de Juventud Rebelde.
En
mi tierra, las cosas no son mejores. La ciudad de Buenaventura se encuentra
hace dos semanas en paro y protesta por el terrible descuido en que la han
dejado las autoridades locales y nacionales. Como siempre, el izquierdista
colombiano no tarda en decir que deberíamos estar mucho más preocupados por lo
que ocurre en nuestro terruño que por lo que pasa en Venezuela, y que los
medios son muy sesgados al llamar “protestas” a la situación en el país bolivariano
(y hay evidencia de que han ocurrido hechos violentos en algunas
manifestaciones, tanto de policías como de protestantes), y “violencia” a lo
que ocurre en Buenaventura.
Punto
concedido en esto último, aunque bien podrían buscar muchos otros medios aparte
de los periódicos que en realidad nunca leen, sino que sólo ven los títulos que
les convienen. Pasemos a la diatriba.
Aplicando
su mismo espíritu de supuesta superioridad moral, me he preguntado mucho en
este tiempo qué dirían si el presidente colombiano fuera, digamos, Gustavo
Petro o Jorge Robledo. ¿Seguirían creyendo que los habitantes de Buenaventura
están indignados con justa causa, o los catalogarían como un montón de borregos
manipulados por la derecha colombiana y Estados Unidos? ¿Y qué rasero usarían
para juzgar las protestas en Venezuela si el hombre al mando fuera Henrique
Capriles?
Por
supuesto, esto no es demeritar la importancia de lo ocurrido en Buenaventura,
ni poner en un pedestal lo ocurrido en Santiago, ni mucho menos la imagen del
chileno. Pero no
por ello voy a pasar por alto que un grupo de chilenos con cierta afinidad
política está dividiendo el mundo entre “ellos” y “nosotros”, y de una forma
tan absolutista que es desagradable.
Y
es que esta es una actitud muy desafortunada de la izquierda latinoamericana
casi en general, y de las ideologías políticas como un hecho usual: la
integridad democrática y social de un país me importa un pito mientras el que
gobierne sea de los míos. Si yo soy de izquierda, y el gobierno es derechista,
es un asqueroso fascista que oprime a su pueblo hasta obligarlo a marchar con
violencia. Si el gobierno es de izquierda, los que se manifiestan son puros
burgueses arrodillados y pagados por Estados Unidos. Viceversa: si soy de
derecha, y el gobierno es de izquierda, es un comunista que explota y arruina
al pueblo hasta que los fuerzan a marchar. Si es de derecha, los que marchan
son puros teatreros de grupos comunistas que quieren volver gay y pobre a la
sociedad. ¿Cuántas veces no hemos visto la misma basura?
Siendo
alguien que se identifica con una visión liberal de izquierda, encuentro
desagradable esa manía podrida de la izquierda local de desestimar cualquier
manifestación, sea violenta o no, si el gobierno del país es de los suyos,
porque sencillamente la izquierda es pura e incapaz de hacer algo malo. Esa
generalización a priori de la
situación de un país por los colores del que está al mando es una muestra de la
enajenación y mediocridad intelectual de la que tantas organizaciones de
izquierda hacen gala.
La
actitud del mamerto colombiano es sucia; la de los comunistas chilenos,
cobarde. Nada hay más cretino que prejuzgar de inmediato a una persona porque
marcha contra un gobierno de nuestra misma ideología. ¿Qué hacía fascista a la
mujer que trataba de protestar en la embajada venezolana? ¿Es que saben cuánto
gana, saben que explota a la gente que trabaja con ella (suponiendo que tenga
un trabajo así), saben que apoya la estatización de la economía, saben que es
xenófoba y racista, como parece que lo son ustedes? ¿Es traidora a la patria
por estar fuera de un país en crisis? ¿Saben acaso cuándo y por qué salió de
Venezuela? ¿Qué demonios saben?
Y
obvio, yo no estoy diciendo que la señora sea una heroína por marchar contra
Maduro y su régimen, porque no la conozco para comprender o entender sus
razones, pero por lo mismo tampoco voy a tomarla como una fascista ilegal
simplemente por manifestarse. En cambio de los comunistas chilenos que llegaron
a impedirle la entrada, que fueron tan vocales en su descontento, ya puedo
tener una idea de lo que vale su juicio con sólo escucharlos.
Ustedes
vienen de una dictadura militar de derecha que fue terrible como la que más.
Eso se comprende, y también pudo ayudar a moldear la forma tan maniquea en que
muchos de ustedes conciben la política. Pero necesitan quitarse ese lastre de
encima. No todos los gobiernos de derecha son dictaduras fascistas o
corporaciones neoliberales, ni todos los gobiernos de izquierda son paraísos
socialistas ni democracias inclusivas. La realidad siempre es más compleja de
lo que aparenta a simple vista, y el fantasma de las dictaduras pasadas no
puede marcar siempre la dirección de lo que vemos.
A
menudo, el que dice “¿por qué te quejas de (inserte país de gobierno de
izquierda) y no protestas contra (inserte país de gobierno de derecha)?” quiere
decir “¡No te atrevas a criticar a la izquierda! ¡Es la mejor ideología
política, el camino de salvación!” Y no es así. Los gobiernos de izquierda no
están por encima de excesos, abusos y atrocidades. No reconocer esto es
ignorancia. Inventar siempre que es una guerra económica o social externa para
desestabilizarlos es patético. Y etiquetar de fascista a todo el que no
concuerde con sus ideales es risible.
¿Y
qué puedo decir de Buenaventura? Desafortunadamente, hay muchos factores
sociales, económicos e incluso históricos para el paro cívico y las
manifestaciones de la población bonaverense. El puerto del Pacífico es víctima
del estilo centralista del gobierno, que tiende a descuidar mucho a las
ciudades por fuera de la Región Andina (y no es que a esta le vaya mucho mejor,
en realidad). Muchos encuentran, además, que hay un claro caso de racismo
estructural, pues la economía en la ciudad es controlada por una minoría, y la
mayoría negra (Buenaventura es la tercera ciudad colombiana con mayor población
afrodescendiente) se ve principalmente en condiciones de pobreza. No sé qué
tanta importancia tenga este último factor, porque no vivo en Buenaventura para
conocer su situación, pero sí soy muy consciente de que el Estado ha dejado en
abandono muchísimas ciudades lejanas de la capital del país, desde importantes
a menores. Por incómodo que pueda ser, a veces la única forma de hacerse
escuchar por el Gobierno es cortarle los beneficios que obtenga de una ciudad.
Y esto no tiene nada que ver con que el gobierno de Santos sea neoliberal: es
la comprensión mínima que uno debe tener ante una ciudad en abandono, tenga el
gobierno la bandera política que tenga.
2.
Un manga muy popular en los últimos años es el seinen (manga para hombres adultos) Tokyo Ghoul. Sí, lo sigo: me lo recomendó una amiga a la que quiero
mucho, y he de confesar que tiene temas interesantes. Desafortunadamente, tal
como los fanáticos de los cómics, que suelen ser ridículamente apegados al
material que leen, los lectores de manga también tienden a dejar de lado su
vida cuando se trata de su trabajo favorito, y recientemente el autor de Tokyo Ghoul, Sui Ishida, se ha hecho
blanco de su odio.
Atención, si usted es seguidor del
manga: spoilers adelante.
En
el reciente capítulo 125 de Tokyo Ghou:re,
la secuela del trabajo original, Kaneki y Touka tuvieron sexo. La escena fue
tan tierna como graciosa, mostrando las torpezas y dudas de dos personas que
nunca en su vida habían tenido sexo. Objetivamente hablando, fue más bien un
capítulo gratuito, con algo establecido hace poco, y que probablemente nadie
esperaba, ni tenía idea de cómo esto influye en la historia real, excepto que
en los mangas las tsundere (mujeres de carácter tosco y rudo, pero con un lado
sensible) suelen expresar sus sentimientos a través de violencia y malos
tratos, así que quizás no era tan inesperado.
Sin
embargo, los fanáticos del manga reaccionaron muy mal ante el capítulo ya que,
para muchos de ellos, era “obvio” que Kaneki es gay, y la única persona de
quien podía enamorarse es de su desaparecido amigo, Hide. Todo esto a pesar de
que Ishida nunca especificó la orientación sexual de su protagonista. No, a
estos lectores (mayormente fujoshi,
aficionadas a los mangas yaoi, de
contenido gay masculino) les enfureció que el mangaka pusiera a Kaneki y Touka
en una escena de sexo, y han dejado claro su descontento de muchas formas: desde gente diciendo que, como son homosexuales, es
una estupidez hacer hetero a Kaneki, otros que se hicieron psicólogos para
denunciar la inconveniencia del estereotipo de las relaciones con tsundere, hasta declarar el capítulo 125
como una oda a la homofobia.
Leer
los comentarios de aficionados al cómic y al manga cuando un producto les
indigna es una de las mayores fuentes de comedia que existe, y al mismo tiempo
te hace darte cuenta de lo desequilibrados y discriminadores que resultan ser
algunos. Donde unos detestan la inclusión de actores de tez negra para
interpretar personajes caucásicos y la creciente diversidad en los cómics,
otros odian que esa diversidad no sea forzada en su obra favorita.
Lo
ocurrido con Ishida no es algo nuevo. Cuando Cora Harper, personaje de Mass Effect, dijo que no le gustaban las
mujeres, muchos se enfurecieron porque, obviamente, su aspecto no puede sino
ser el de una lesbiana. Y cuando Mark Gatiss y Steven Moffat rechazaron
convertir a Sherlock Holmes y Watson en una pareja gay en su serie, las
reacciones fueron tremendas.
Seguro,
yo estoy a favor de la inclusión de minorías raciales y sexuales en la ficción.
Entiendo bien que TG tiene una buena
representación de personajes homosexuales, transexuales e incluso,
posiblemente, asexuales (si nos fijamos en Suzuya y su historia). Pero esa
inclusión es algo que se debe hacer voluntariamente: exigir que un personaje
sea gay es entrar al juego de los justicieros sociales, y es increíblemente
patético que llamen homofóbico a Ishida simplemente porque Kaneki no cumplió
con sus fantasías.
En
serio, ¿tan importantes son los mangas o los cómics en tu vida para armar una
tormenta en un vaso de agua porque un personaje no es lo que recordabas o lo
que deseabas que fuera? Por favor, bájenle un poco al tono. Es increíble que
lleguemos a ese nivel de enajenación tan absurdo. Maduren un poco, por favor.
3.
Esta última disertación dependerá de lo que pueda analizar cada uno al
respecto. Hace unas semanas,
dos investigadores, Peter Boghossian (filósofo) y James Lindsay (matemático)
publicaron un artículo en broma titulado “The conceptual penis
as a social construct (El pene
conceptual como una construcción social)”, donde llegan a afirmar que el
concepto del pene genera problemas con respecto a la identidad de género, el
abuso a la mujer e, incluso, que es “el
conductor conceptual detrás del cambio climático”. Como no tardaron en
señalar los autores en Skeptic -de hecho, lo hicieron público el mismo día en que
salió el artículo-, se trataba de un engaño, destinado a mostrar el sesgo
ideológico/moral dentro de los estudios de género, y que este campo está “académicamente lisiado por una predominante
creencia casi religiosa de que la masculinidad es la raíz de todo mal”.
Todo el documento era una serie de sinsentidos, los autores publicaron con
nombres falsos, con una institución falsa, ¡e incluso citaron artículos falsos!
¡Y aun así fueron publicados!
Muchos
escépticos, famosos y no tanto, han comentado con cierto orgullo los alcances
del pseudoartículo y su capacidad para mostrar la falta de rigor en estudios de
género. Incluso varios lo han comparado con el conocido escándalo
Sokal de 1996, cuando Alan
Sokal, un profesor de física, publicó un batiburrillo pseudocientífico en una
revista posmoderna de estudios culturales, mostrando que “al menos, algunos sectores de moda de la izquierda académica
estadounidense se han estado haciendo intelectualmente perezosos”. Caray,
hasta yo publiqué el tema sin revisarlo bien.
El
problema de esto es que, más temprano que tarde, diversas fuentes han criticado
el alcance y significancia verdaderos del pseudoartículo de Boghossian y
Lindsay, señalando los muchos problemas tras este caso, y con un todo ha
quedado más bien en evidencia, o al menos eso parece, que muchos escépticos
también nos hacemos un poco perezosos en analizar el trasfondo del asunto.
En
primer lugar, los autores sometieron inicialmente el artículo a NORMA: The International Journal for
Masculinity Study, una revista de
impacto cero y que ni siquiera alcanza la lista de 115 publicaciones en
estudios de género, lo que ya huele a chamusquina. De hecho, NORMA rechazó el artículo, y le
sugirió a los autores que lo sometieran mejor a Cogent Social Sciences, una revista de pague-por-publicar,
modalidad de hecho bastante criticada entre las ciencias por la escasa
rigurosidad que suelen tener al revisar los artículos. ¡Incluso aunque la
revista tiene un monto fijo de pago, le dice a los autores que paguen lo que
puedan, y a veces ni siquiera solicita expresamente el dinero! Eso no es
precisamente una revista fiable para publicar en general.
En
segundo lugar, publicar un artículo falso en una revista de baja calidad sobre
un campo de estudio no te va a dar precisamente el juicio suficiente para decir
que todo el campo está desprestigiado. Si así fuera, varios campos de ciencias
no sociales también serían bastante dudosos, puesto que en varios de ellos han
ocurrido casos similares, y peor aún, en muchos casos en revistas asociadas a
compañías de publicación respetables. Para citar algunos ejemplos, tres estudiantes del MIT crearon un algoritmo que
generaba falsos artículos, y se descubrió poco después que 120 artículos
científicos publicados por Springer e IEEE fueron fabricados por dicho
algoritmo; y en 2013, un falso artículo sobre líquenes fue publicado en cientos
de revistas de acceso abierto. Y no por ello decimos que las “ciencias duras”
están en crisis o son una mamarrachada, ¿o sí?
Boghossian
y Lindsay estaban conscientes de esto al publicar, pues de hecho mencionaron en
Skeptic que podían, con este estudio,
“exponer el problema de las revistas de
acceso directo pague-por-publicar [..]”, pero en realidad no le dan mucho
peso a este hecho. Antes tratan de indicar que Cogent Social Sciences es una revista rigurosa en sus revisiones,
puesto que hace parte del Directorio de Revistas de Acceso Directo (DOAJ, por
sus siglas en inglés), una lista supuestamente confiable de este tipo de
revistas. De manera similar, Helen Pluckrose señalo en Areo Magazine que está incluida en otros listados rigurosos, y que
hace parte del Grupo Taylor & Francis, lo que da cuenta que ofrece una
revisión por pares robusta. Finalmente, en una respuesta con motivo del reciente retiro del artículo por parte de Cogent,
Lindsay indicó que, en 2016, esta revista tuvo una tasa de rechazo de artículos
del 61%, así que serían lo bastante selectivos para haberse dado cuenta que su
artículo era una farsa.
No
obstante, como señaló el autor del bulo sobre los líquenes, el DOAJ no es en sí riguroso, pues un 45% de sus
editores aceptaron su broma tras la revisión. En cuanto a Taylor & Francis,
debe indicarse que revistas auspiciadas por grupos como Elsevier e
instituciones prestigiosas también cayeron en la mencionada broma, así que tampoco puede decirse que estar dentro de
un grupo importante indique robustez a la hora de la revisión por pares. Para
empeorar el argumento, Cogent es directo en su sitio web en que hacen parte del
grupo, pero operan de forma independiente a este, y están abiertos a aceptar
artículos rechazados de otras revistas asociadas al mismo.
Con
todo eso en perspectiva, es difícil creer que la revista en sí tuviera
suficiente rigor, o incluso evaluadores que supieran del tema, para revisar no
sólo un artículo falso sobre estudios de género (para tener en cuenta, Cogent es multidisciplinaria), sino
posiblemente en cualquier otro campo. Como señalaron en Salon, creer que un falso artículo publicado en una revista
mediocre de pague-por-publicar deja en ridículo todos los estudios de género
sería como publicar un falso artículo sobre evolución en una revista de
cualquier otro campo con la misma modalidad y gritar a los cuatro vientos que
toda la biología evolutiva es una tontería.
Irónicamente,
lo único que evidenció el artículo, y que es el gran problema de las revistas
pague-por-publicar y su hambre de producción constante a costa de la calidad de
publicación, que les hace caer víctimas de investigaciones mediocres o falsos
artículos, fue considerado por los autores como algo que no influyó mucho en la
publicación de su trabajo, cuando de hecho todos los problemas ya mencionados
antes debieron darles una pista de que sus conclusiones generalizadas eran una
magnificación inaplicable. Y más irónico aún es que, para todas las
comparaciones, de hecho el mismo Sokal no cree que su famoso escándalo indicara
un patrón general:
“[…]No prueba que todo el campo de estudios
culturales, o estudios culturales de la ciencia -mucho menos la sociología de
la ciencia- sea un sinsentido. Ni prueba que los estándares intelectuales en
estos campos sean generalmente laxos (este podría ser el caso, pero tendría que
ser establecido con otras bases). Sólo prueba que los editores de una revista
más bien marginal habían abandonado su deber intelectual, publicando un
artículo sobre física cuántica que admitieron que no podían entender, sin
molestarse en obtener una opinión de alguien conocedor de física cuántica,
únicamente porque venía de un ‘aliado convenientemente acreditado’ […], halagaba las preconcepciones ideológicas
de los editores, y atacaba a sus ‘enemigos’”.
Lo
que finalmente se puede
concluir de esto
es que, en particular, todo este asunto parece mostrar que en ocasiones, en el
movimiento escéptico, también manejamos a veces esas preconcepciones que pueden
sesgar nuestro pensamiento crítico, y que no debemos dejarnos impresionar
cuando un artículo aparece para, supuestamente, dejar en ridículo un campo que
seguramente tiene mucha influencia del posmodernismo y la irracionalidad, pues
al fallar en esto dejamos la puerta abierta para que otros con menos escrúpulos
pretendan, justamente, desvirtuar el escepticismo, la ciencia y la racionalidad
por unos pocos fallos (o peor: vi una nota donde decían que el artículo de
B&L desvirtuaba la “ideología de género”, concepto que sabemos es un muñeco
de paja armado por cristianos fundamentalistas). Los
estudios de género tienen muchas cosas que pueden y deben criticarse, pero lo ideal es siempre fijarnos con buena
autocrítica si la forma en que analizamos estos campos controversiales está
siendo objetiva, o si estamos usando las herramientas adecuadas.
-O-
Como
hemos visto, muchas veces nuestra concepción ideológica puede muchas veces
hacernos perder la brújula sobre lo que realmente debe criticarse, o si algo
debe criticarse en sí mismo. Es necesario que comprendamos que la veracidad de
un hecho o su impacto no está limitado por el espectro de pensamiento de donde
se origina o el cual se expresa en tal hecho, pues eso sería faltar a la legítima
objetividad.
Adenda: por alguna razón se empezó a
propagar recientemente la noticia de que el polémico televangelista Pat
Robertson, conocido por sus posturas homofóbicas, sugirió que la población
LGBTI usara una vestimenta particular para ser identificados, muy a la usanza
de lo hecho por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Muchos cayeron en
lo que, de hecho, era una noticia falsa de finales del
2015. No siempre somos tan rigurosos como desearíamos, y
más que burlarse por ello, debemos reflexionar hasta qué punto somos realmente
objetivos, y en qué momento nos sesgamos por nuestras propias opiniones.
Hola de nuevo.
ResponderEliminar1. A propósito de eso, yo todavía ,e pregunto el por qué de la popularidad tan baja de la presidenta Bachelet si ella ha sido buena. También por lo que he leido la sociedad chilena es mucho más conservadora incluso que la colombiana, tu que estás alla no se que tan verdad sea eso
2. ¿Conoces o has estado enterado de la polémica de Belén de Bajirá?. Si es así ¿ameritaría una entrada en la sección "nacionalismo inutil"?
Ñapa: Sin querer justificar o excudar al chavismo, aquí dejo un video respecto de los antecedentes de la crisis http://www.elespectador.com/noticias/elmundo/crisis-venezuela-comenzo-antes-del-chavismo-video-653482, además también buscar el ensayo de Arturo Uslar Pietri titulado "sembrar el petroleo"
PS: Si yo ingiriera una gota de agua con tardigrados ¿me podría pasar algo?
Saludos Weon
1. Como todo presidente latino, el segundo mandato ya no es tan bueno como el anterior. En su caso, hay algunos problemas en educación, creo que en salud, y además escándalos de corrupción con miembros de su familia. Eso ha generado impopularidad, a pesar de que en balance podría ser mejor que otros gobiernos de izquierda.
EliminarSobre la sociedad conservadora, mi percepción después de unos meses es que no lo es tanto, aunque estoy seguro que eso se sesga un poco porque estoy rodeado sobre todo de estudiantes universitarios, y la mayoría de los que son chilenos son muy liberales. Hay excepciones, como un chico para el que los mapuches sólo hacen berrinches al pedir tierras (y ten en cuenta que aquí los indígenas tienen muchísimo menos privilegios que en Colombia).
2. Sí estuve enterado del caso, pero por el tiempo no me he dedicado tanto a escribir en estos días, como seguro notarás. No sé si podría incluirlo en la serie, pero seguro que hay muchas reflexiones al respecto.
Sobre lo del chavismo, es obvio: el gobernante nuevo siempre tiene que cargar los problemas del anterior. Y cuestionarlo por ello es igualmente válido. Se debe comprender que no carga toda la responsabilidad por el estado actual de la ciudad, departamento o Estado, pero de todos modos es parte de sus funciones y debe procurar cumplirlas.
PD: la verdad nada. ¡Jajaja! Aunque es mejor que los que me preguntan si valdría la pena cultivarlos para comer.
Lei tu critica del manga TG re,y bueno.
ResponderEliminarNo soy fujishi y me opuse a ese capitulo tan absurdo. Al final de cuenta en que aporto la escena forzada de sexo touken? La historia fue en picada desde ese intento de desarrollo de romance, se supone que el rey debe actuar para encontrar el equilibrio entre dos mundos y tratar de proteger al grupo pero simplemente kaneki se esta protegiendo él, touka y el bebe los demas valieron verga mas hacer un matrimonio y dejar descuidada la guarida sabiendo que los enemigos tienen rastreadores.
Mi opinion es que si ishida queria meter romance debio dejarlo en lo que quedo, me refiero al kanerize de la temp 1 del 116, kaneki llora y sufre al ver en ese estado animal de Rize hasta parece enfadarse al saber que ella no escucha lo que él le esta diciendo en ese momento y me dio a entender que aun la amaba hasta Eto en re y furuta hicieron mension e rize desconcertando a kaneki. Era muy explicito que touka tenia atraccion por kaneki pero eso no quiere decir que sus sentimientos sea correspondido. Lo que sucedio aqui fue que ishida quiso complacer a gran parte de sus fans japoneses que compran su producto y eso fue un detonante para todos aquellos fans que no les gustan el touken se enfadaran y eso llevo a que «todos» reclamaran, no fueron fujoshis solamente. Recuerdo haber leido el hilo en 4chan y twitter habian varios que reclamaban por Rize y la salida de Eto, no fue solo una queja de homofobia. La prensa amarillista escribe lo que quiere ver y TG re se convirtió en una cagada comparada con el 1 tomo. Muchos no saben si apoyar a furuta o a kaneki. Yo ya me aburri de esperar alguna introduccion de rize, me parecio un personaje tan interesante que es una pena que la desecharan por la amargada de touka que para nada encuentro que haga buena pareja con kaneki, me parece tan cliche este romance sacado de un shojo al mas estilo de sailor moon. Y bueno lo de Hide que mensionas de las quejas quizas habria funcionado si ishida hubiera tenido la ocurrencia de haberlo hecho femenino; ahorro de desarrollo de romance, no hubiera armado tanto alvoroto los fans por meter tan torzado el touken porque como se ve ahora touka siempre sera la sombra de Rize, no hay otro personaje capaz de romperlo y renacerlo como ella. Recuerda que tiene el aspecto de su madre biologica.
Saludos, Nana. Eh... en principio, quizás deberías escribir separando con más párrafos, porque es difícil seguirte.
EliminarMmm, creo que no fui muy claro, pero tampoco me gustó precisamente ese 125. Me parece un capítulo gratuito y que sólo enredó más la historia: Touka sí sentía algo por Kaneki, eso era obvio, pero en realidad él nunca había manifestado nada al respecto. Siento que Ishida está poniéndole el pie al acelerador para concluir la historia pronto, y temo que con eso va a terminar arruinándola más: pasó lo mismo con Tite Kubo, que no le dejaban terminar Bleach (y el final fue bazofia), y pasó también con Hellblazer (que terminó de imprevisto porque Constantine fue integrado al Universo DC oficial).
Estoy seguro que quejas legítimas sobre el capítulo hubo muchas, pero la de la homofobia la resaltan más porque, sencillamente, es la más estúpida de las que pudieron usar.
Sobre Kanerize... La verdad no estoy tampoco de acuerdo. Nunca vi realmente enamorado, lo que se dice enamorado, a Kaneki. Sentía un vínculo con ella por las circunstancias de su creación, y más bien respetaba su fuerza: eso quedó evidente justo cuando la vio en estado feral. Y sí, también creo que Ishida ha desechado horriblemente el personaje, como tratando de apartarlo para forzar más el Touken. Una pena, porque siento que el final del manga podría terminar siendo un desastre a este paso.