Linternas de Jack: lo que siempre creyó saber sobre el Halloween (y nunca se atrevió a contrastar)

 

¡Y estamos de nuevo en octubre! Como ya lo saben los antiguos lectores, se trata de mi mes favorito, y desde hace años ocupo estas fechas en publicar hechos y curiosidades sobre el Mes de las Brujas. Temores contemporáneos, simbología que asociamos a esta época, y detalles históricos sobre el origen del Halloween. O bueno, que creíamos históricos. Es interesante notar que, cuando te molestas en revisar información más allá del periodismo superficial y clichés del escepticismo en redes sociales, encuentras que, de hecho, mucho de lo que crees conocer de un tema está bastante errado.

Como sabrán, desde el año pasado he estado consultando trabajos y fuentes de historia, en un esfuerzo de sacar de encima los débiles tropos antirreligiosos que pueblan el discurso del Nuevo Ateísmo, nunca amigos de un análisis riguroso en temas históricos, y que acabaron permeando gran parte del movimiento escéptico del nuevo milenio. Muchos de sus puntos comunes acaban siendo o groseras falacias generadas por el marco historiográfico liberal británico, como el conflicto ciencia-religión, o simplificaciones atroces de temas más complejos, como el supuesto origen pagano de muchas festividades cristianas. Y dado que Halloween se ha vinculado por mucho tiempo con Samhain y el Día de Todos Los Santos, es el tema que nos ocupa hoy.

Resumen práctico: según la información general, Samhain era una fiesta de origen celta que se celebraba en las Islas Británicas alrededor del 1 de noviembre, en la cual se festejaba el final de la cosecha y el inicio de los meses de invierno, y se creía que por ser un período liminal, los espíritus pasaban con mayor facilidad al mundo físico. Durante el proceso de cristianización, se ocupó esa fecha como el Día de Todos los Santos, y los ritos y aspectos de Samhain pasaron al 31 de octubre, convirtiéndose en la Víspera de Todos los Santos; en inglés, All Hallows’ Eve o, por evolución, Halloween. Tras la Gran Hambruna en el siglo XIX, los irlandeses que emigraron a Estados Unidos llevarían consigo sus festejos, y sería en el Nuevo Mundo donde se adquirieron y desarrollaron los símbolos por los que todos conocemos Halloween en la actualidad, como las calabazas y las brujas.

Probablemente han leído esos orígenes con una que otra variación, pero es el resumen ejecutivo de lo que sabemos de Halloween. Y en principio, no tendríamos razón para dudar de ello. Es decir, lo hemos visto muchas veces en sitios de noticias por Internet, en páginas de curiosidades históricas, e incluso personalidades instruidas hablan sobre estos orígenes mientras intentan defender estas fechas de los típicos ataques satanizadores de los evangélicos hacia cualquier expresión cultural que no lleve a Dios como centro (mucho gusto, soy el Pensador Sereno).

No obstante, y tal como vimos en febrero con el juicio de Galileo, no es extraño que supuestos hechos históricos, replicados una y otra vez como conocimiento general en la cultura popular e incluso en algunos círculos de divulgación, sean poco más que bulos históricos. Así que, para evitar seguir haciendo lo mismo con el Halloween y sus orígenes, demos un vistazo a los puntos generales de este “¿sabías que?”, para enterarnos qué tan preciso es lo que creíamos saber sobre la Noche de Brujas.

1) ¿Era Samhain una fiesta antigua celta? Sí. Pero si algo se salva de mis entradas sobre esta festividad, es que no tenía nada que ver con los muertos. Samhain (pronúnciese Sa-win) era más bien un festival gaélico del final de la temporada de cosecha, donde las personas se reunían en festines, comilonas y eventos lúdicos antes de afrontar los meses de invierno (que se iban de francachela, pues). Los registros más antiguos sobre Samhain provienen del siglo IX en Irlanda, y ninguno hace alusión a un carácter religioso o funerario en la celebración. Tampoco hay evidencias de que fuese el final o el inicio del calendario celta.

Lo que sí es cierto es que, en el ciclo feniano de la mitología irlandesa –concretamente el texto Las hazañas juveniles de Finn mac Cumhaill-, se habla de que los túmulos féericos estaban siempre abiertos durante Samhain, haciendo referencia al mundo de los aos sí, el pueblo de espíritus que hoy se asocia con las hadas. Pero estos no eran objeto de reverencias o temor por los antiguos pobladores de las Islas, pues no eran el centro de la festividad como tal. En resumen: aunque Samhain sí que se celebraba en otros tiempos, no era una fiesta ni religiosa ni funeraria, por lo que las asociaciones oscuras que hacen tanto evangélicos como neopaganos sobre su significado son erróneas.

2) ¿Se celebraba el 1° de noviembre? Eso parece. Es apenas en el siglo IX, como decía antes, donde se encuentra la referencia más antigua a Samhain en un libro local de martirología atribuido a san Óengus de Tallaght, asociado apenas a tres santos irlandeses que se conmemoraban ese 1° de noviembre. Es cierto también que en varias culturas de origen céltico el final de la cosecha era de importancia cultural, pero de acuerdo con el historiador Ronald Hutton, especialista en folklore de las Islas Británicas, no parece que existiera una festividad pancéltica en esta fecha particular. Hasta donde sabemos, Samhain estaba restringido a Irlanda y algunas áreas de Escocia y Gales, así que si en Galicia les están vendiendo el discurso de “Samaín”, sepan que les están viendo la cara con el tema histórico (aunque igual se pueden gozar las fiestas, no diré que no).

3) ¿Se fechó el Día de Todos los Santos el 1° de noviembre por causa de Samhain? No. Ya a finales del siglo VIII, un calendario santoral en Inglaterra menciona esta fecha como dedicada a los santos, pero los registros más antiguos de la conmemoración en Irlanda vienen del siglo IX, y fechan el 20 de abril como Día de Todos los Santos (esto no es extraño; muchas fiestas cristianas eran celebradas en diferentes fechas entre regiones antes de que la Iglesia las unificara).

Conmemorar a los santos caídos en la difusión de la palabra, y a los creyentes en general, es casi tan viejo como el cristianismo mismo, y ya en el siglo III, El martirio de Policarpo menciona una fecha anual dedicada a ello el 25 de abril. Y durante el pontificado del Papa Gregorio III (731-741 EC), se dedicó una capilla en San Pedro a todos los santos y mártires, lo cual según algunas fuentes ocurrió precisamente el 1 de noviembre, fue confirmada como fecha oficial por Gregorio IV en la Franquia Oriental y Occidental, y reforzada por un edicto del emperador carolingio Ludovico Pío en el 835. Aunque es motivo de debate cuándo se decidió que la Fiesta de Todos los Santos fuese el día que todos conocemos, es un hecho que ya para los siglos X-XI era la fecha oficial.

Es decir, los católicos de Irlanda tenían una fecha para el Día de Todos los Santos y otra bien diferenciada para Samhain, en una época en que ya el papado de Roma había decidido el 1 de noviembre como universal al menos un siglo antes. No pudo haber tenido gran influencia en la decisión de los dos Gregorios, mucho menos de un monarca carolingio continental, sobre la fecha final para la festividad litúrgica.

4) ¿Es el Día de Todos los Santos un sincretismo con rituales celtas que conmemoraban a los fallecidos? No. Por lo comentado hasta ahora sobre el registro histórico, es claro que la fecha tiene orígenes cristianos bastante antiguos, y que en todo caso se estableció relativamente temprano en la historia de la Iglesia, sin influencia de los pueblos celtas. Pero claro, hasta ahora estamos hablando de la Fiesta de Todos los Santos, no de su víspera, que es la que nos ocupa ahora.

5) ¿Derivó Halloween de Samhain? No. La fecha como tal, la Víspera de Todos los Santos, no es más que la típica vigilia anterior a una fiesta litúrgica importante, tal como ocurre con el domingo de Pascua y con la Navidad, que cuentan con misas en las noches anteriores. En ese sentido, una vigilia es tan antigua como lo sea la fiesta propia. Y ya que, como señalamos, en el territorio gaélico el Día de Todos los Santos era en abril, es muy poco probable que Samhain tuviese influencia alguna en la vigilia litúrgica dentro de dichas poblaciones.

6) ¿Se originaron los símbolos e iconografía del Halloween en la fiesta de Samhain? Todo indica que no. Aquí se pone un poco más difusa la información, pues como señala Tim O’Neill, de History for Atheists, los elementos del Halloween que sí podrían ser precristianos, como las fogatas, ya no son muy comunes en la actualidad, mientras que los más populares en la actualidad no parecen tener raíces precristianas.

En mi entrada sobre la simbología del Halloween conté un poco la historia de las linternas de Jack, que surgen mucho después en la historia, y no es claro si podrían tener origen precristiano, así que vamos con los dulces y los disfraces. Resulta que en la tradición católica antigua, durante el período de Allhallowtide –es decir, del 31 de octubre al 2 de noviembre, el Día de los Difuntos- se incentivaba la caridad con los más necesitados. La gente preparaba comidas especiales para los pobres, siendo las más comunes las soul cakes, unas tortitas dulces que se repartían a montones junto con frutos de la temporada, como bayas, manzanas y nueces. ¿Les suena familiar?

Así mismo, como parte de la dinámica, los pobres llegaban a las casas de los vecinos con el rostro pintado o con algún disfraz que escondiera su identidad, para pedir alimentos a cambio de bendiciones, y en algunos casos, si no lo hacían, realizaban algún daño menor (de nuevo, ¿les suena familar?). En Irlanda y el norte de Escocia, eran estas personas disfrazadas las que llegaban a las casas con raíces o nabos tallados como linternas, como sabemos. Este tipo de juegos no eran ajenos a la tradición católica, pues disfrazarse (y dañar propiedades si no te daban caridad) era también común en otras festividades como la propia Navidad; eran dinámicas normales en las comunidades cerradas. Se dice que en algunos casos sí se dejaba comida para los difuntos, pero es difícil saber si esto era algún elemento precristiano o una costumbre católica tradicional que se perdió tras la Reforma Protestante, menos abierta a tradiciones que intenten interactuar de alguna forma con los fallecidos.

7) ¿Se puede decir entonces que Halloween no tiene un origen pagano? Exacto. Espero que haya quedado claro a lo largo de los párrafos, pero los elementos que asociamos con el Halloween son en su mayoría de tradiciones cristianas ya establecidas. Algunos podrían tener influencias precristianas, pero no hay evidencia de que sea así. No hay tampoco evidencias de que Samhain tuviese rituales asociados a su celebración, o que fuese una fiesta religiosa en absoluto, y ninguna tradición que podamos identificar en los elementos actuales del Halloween, descontando por supuesto la influencia estadounidense en su iconografía tras adoptar la celebración de los migrantes irlandeses –toda esa parte es, por supuesto, real-.

Todo esto no hace más que causarme una risa todavía mayor con todas las acusaciones que desde los protestantes y evangélicos se hacen hacia el Halloween con una fiesta demoníaca, y al mismo tiempo entender que es básicamente el típico discurso historiográfico whig. Uno en el que, oh ironía, acaban coincidiendo con muchos escépticos y ateos, sólo que por razones diferentes. Y es que, la gran fiesta supuestamente celta, que honraba a los muertos y los espíritus, ¡no es más que una simple fecha católica de caridad social! ¿Qué podría ser más blasfemo y transgresor para sus detractores que esta inesperada realidad?

8) ¿Por qué se asocia entonces Halloween a una supuesta fiesta de los muertos? Por culpa de Jeffrey Keating y James Frazer. El recuento que nos llegó sobre Samhain como una fiesta de los muertos y una de las celebraciones celtas más importantes proviene de Foras Feasa ar Éirinn, un texto escrito por el sacerdote y anticuario Jeffrey Keating en 1634. Supuestamente detallando la historia de Irlanda, parece que Keating mezcló rituales dedicados al fuego en distintas fechas con su interpretación de Samhain, donde pinta a los druidas realizando sacrificios a los dioses en aquella fecha. Y aunque los estudiosos actuales sobre folklore británico y cristianismo primitivo rechazan a Keating como una fuente fiable, su trabajo fue bastante influyente en siglos posteriores.

Pero la principal fuente de difusión de este mito sobre Halloween y Samhain es La rama dorada, trabajo emblemático de 1980 (luego expandido a trece volúmenes entre 1905 y 1915) del antropólogo James Frazer, y una de las obras que ayudó a establecer las bases de la llamada religión comparativa. En La rama dorada, Frazer presenta a Samhain como la fiesta celta de los muertos, una marca del final del año viejo y el nacimiento del nuevo, y además argumentó que, dado que muchas culturas honraban a sus difuntos en fechas cercanas, la Iglesia Católica estableció el Día de Todos los Santos y el Día de los Fieles Difuntos en los primeros días de noviembre, con el fin de ajustar sus festividades a las costumbres funerarias ya establecidas de la población, y así facilitar la asimilación y el proselitismo.

No obstante, como ya vimos, el Día de los Difuntos era celebrado en Irlanda en una fecha diferente a Samhain, en abril, sino que además se mantenía así después de que la Iglesia ya hubiese organizado estas fechas en noviembre. La tesis de Frazer parte del supuesto de que el Día de Todos los Santos nació en la Irlanda católica, y toda la evidencia y registros indican que este no fue el caso. Aunque Frazer y La rama dorada siguen siendo referentes actuales en el estudio del folklore y la religión, no es difícil notar rezagos del mismo discurso historiográfico liberal y anticatólico británico de su época, por lo cual sus argumentos son bastante cuestionados hoy en día.

 

Cuando escribí sobre si Halloween celebraba o no la muerte, David Osorio (del blog De Avanzada), me sugirió que podía sintetizar mejor la respuesta diciendo que todas las religiones son cultos a la muerte, porque celebran la vida después de la vida, y que al emocionarse por la vida en el más allá, se le resta el valor a la que llevamos aquí, por lo que no es coherente estar a favor de la vida y añorar recompensas tras morir. Nunca respondí ese comentario, pero lo haré aquí:

Con todo el respeto debido a David, considero que esa es una síntesis superficial y bastante pobre del pensamiento religioso. Es una interpretación muy mala y culturalmente cristiana de lo que representa la muerte en muchas culturas y tradiciones (no: permanecer como espíritu tras la muerte no es vida después de la vida), que le da además un trasfondo nihilista al culto religioso, que desdeña el vínculo que varios cultos ofrecen entre las acciones realizadas en vida y lo que espera al morir (irónicamente, y dejando de lado el papel de la muerte de Jesús en la cruz, eso sería hacer un mal análisis del cristianismo mismo). Pero además porque, como hemos visto aquí, Samhain no tiene nada que ver con la celebración a la muerte, tampoco la tuvo realmente Halloween, y las costumbres propias de estas fechas tampoco parten de un vínculo con el mundo de los difuntos.

El problema de intentar reducir un tema tan complejo como la religión en unos pocos clichés y tropos del discurso escéptico es que tienes que pasar por encima de diferentes contextos culturales e históricos. Definir lo que es una religión o cómo se define en sí no es un asunto sencillo, porque los conceptos de lo que significa el pensamiento religioso han variado no sólo a través de las culturas, sino también en el significado de la palabra misma a través de la historia. Una simplificación de una cuestión tan vasta no sólo produce malas argumentaciones, sino que alimenta precisamente bulos como los del Halloween y Samhain, enraizados en ideas muy limitadas sobre rituales y folklore.

¿Significa esto que no se puede criticar el pensamiento religioso o las tradiciones? Claro que no. Pero ser perezoso y conformista con los argumentos al hacerlo no puede ser el baremo para hacerlo. Toda esta historia que hemos visto hoy sobre los orígenes de las tradiciones del Halloween debería servirnos como una advertencia de que somos tan capaces de caer en sesgos y bulos para fundamentar nuestras ideas.

Y claro, nada de esto impide a nadie celebrar estos días. Así que a buscar su canasta de dulces, y Feliz Noche de Brujas para todos.

Fuentes para consultar

-Ronald Hutton. 1996. The Stations of the Sun. Oxford University Press. 542 p.

-Is Halloween Pagan?, artículo publicado por Tim O’Neill en History for Atheists. Enlace:

https://historyforatheists.com/2021/10/is-halloween-pagan/

-Desmintiendo el “Origen de Halloween” de “The Valkyrie’s Vigil”, artículo en Wordpress de Leo González. Myriobiblon. Enlace: https://myriobiblon.wordpress.com/2023/04/15/desmintiendo-el-origen-de-halloween-de-the-valkyries-vigil/

-Los hilos del historiador Leonel Díaz (como este de aquí y este otro) y este post de Promakos en Twitter/X, con fuentes adicionales de consulta.


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