“Jumanji” y el cretinismo de las mascotas veganas
Dicen
algunos que el auge de las dietas vegetarianas y veganas se debe en buena parte
a que estamos tan desconectados de nuestros orígenes que hemos elegido ignorar
cómo llegan los alimentos a nuestra comida, y cuando por fin le damos un
vistazo lo encontramos insoportable. Hemos dejado de convivir con las criaturas
que nos dan sustento. Aunque ese argumento no parece muy convincente, y
ciertamente no justifica las condiciones insalubres en muchos mataderos
industriales, debo decir que ya he visto más de una vez el sacrificio de otros
animales, y aunque jamás es un espectáculo bello, entiendo perfectamente el
contexto tras esta acción, y ni soñaría en pensar que las personas que los
sacrificaron son sádicas o unos monstruos despreciables.
Para
que tengan una idea: hace unos años estaba en la finca de la familia de un
amigo. Fuimos a una finca cercana donde iban a sacrificar a una cerda. Ya lo
había visto antes, y si algo es seguro es que el sacrificio de un cerdo es el
más insoportable entre todos los animales que nos sirven de comida: el animal
sabe lo que le espera, y chilla y se debate desesperadamente. Al terminar, un
lechoncito que jugaba cerca (ignoro si era hijo suyo) se acercó a lamer la
sangre de la cerda.
¿El
motivo para hablar de esto? En realidad para mostrar lo diferentes que son los
animales de nosotros, aun si hablamos de un cerdo que como nosotros es
omnívoro. ¿Es el lechoncito un monstruo por lamer la sangre de la cerda
sacrificada? No, por supuesto que no. Sigue los instintos de alimentarse, y
dado que es un animal omnívoro, un poco de sangre parecía una fuente de
nutrientes sin mucho esfuerzo. ¿Son monstruos insensibles los campesinos que la
sacrificaron? Es más complejo, ¿cierto? No se les puede excusar por ser
ignorantes de cosas como los derechos de los animales, pero de ahí a pensar que
son unos desalmados criminales, como hacen organizaciones como PETA (que dicho
sea de paso, son hipócritas como ellas solas), el trecho es largo.
Entremos
en materia. Hace poco, Internet estalló por culpa de una youtuber española, Sonia Sae. La mujer, activista vegana, subió en
Instagram varias fotos de su fénec (un zorro del desierto) mascota, “Jumanji”,
y la comunidad del sitio se indignó de inmediato al ver el estado caquéxico del
animal, y enterarse que desde hace años Sae somete al pequeño animal a una
dieta vegana. Sí, lo que han oído. Sae hace oídos sordos a las personas y
expertos que intentan explicarle que lo que está haciendo es totalmente
inadecuado para un zorro.
Para que comprendan el problema, el fénec es un animal omnívoro, aunque
con un mayor énfasis en la dieta carnívora. Se alimenta de roedores, aves,
insectos y huevos, y complementa con algunos frutos y bayas del desierto. Una
dieta vegana para un animal que es mayormente carnívoro es una pésima opción
desde cualquier punto de vista nutricional, y constituye un abuso, pues es un
animal que no cuenta ni con el raciocinio ni la capacidad para optar por la
dieta que sigue su dueña.
A
Sae nada de esto le importa. De acuerdo con sus argumentos, el aspecto
desmejorado de “Jumanji” se debe a una alergia por el polen, y que no tiene
ningún problema. Asegura además que es un oxímoron ser vegano cuando le das una
dieta con carne a tu mascota, y que esto constituye en sí mismo un abuso. Hace
poco subió un video para mostrar que el fénec ya está recuperado, pero no
muchos están seguros que sea el mismo zorro.
Algunos
la han defendido. Aseguran que el zorro simplemente está mudando de pelo debido
a la dieta que está teniendo, lo cual ocurre también con los gatos a los que se
les da una dieta vegana, que hablar de la dieta natural del fénec es
innecesario siendo que es una mascota, que supuestamente los únicos preocupados
por “Jumanji” son los carnívoros (lo cual es mentira; muchos veganos también la
han criticado). Dicen, por supuesto, que cualquier animal puede sostener una
dieta vegana sin repercusiones (cosa que no parece muy segura cuando ella misma
admitió que “Jumanji” ya está medio ciego, estado común en carnívoros sin
suficiente taurina en su dieta).
Mmm…
Supongamos que lo que dice Sonia es cierto. Supongamos que sólo son consecuencias
temporales de la dieta y una alergia. ¿Eso hace menor el problema de que está
sometiendo a un animal mayormente carnívoro a una dieta que no es la suya? Creo
que si dijera que la cerda de mi ejemplo vivió toda su vida en una cama cómoda
y con tres comidas al día, eso no haría menos triste su sacrificio, ni menos
crueles a los campesinos a los ojos de muchos. ¿Por qué sería diferente en el
caso de Sonia?
Podrían
decir que tengo un problema con los veganos, dado que ya los he cuestionado
antes. No es cierto. Yo conozco veganos, y tengo amigos vegetarianos con los
que me llevo muy bien (a veces hasta bromeamos sobre nuestras dietas). Y en las
entradas criticando la postura de algunos vegetarianos dejé claro que no tengo
problemas salvo cuando pretender decir que el ser humano evolucionó como una
especie completamente herbívora (lo cual es
falso). Si optas por una dieta vegana porque quieres evitar el sufrimiento
de otros animales, es maravilloso. Si pretendes que eres moralmente superior
por ello, quizás incluso lo seas, y yo no voy a ponerme a discutir contigo por
eso (aunque no veo nada pedagógico creer que puedes hacer reflexionar a otras
personas llamándolas asesinas, como hacen algunos).
Sin
embargo, en cuanto a otros animales se refiere, me temo que debo trazar la
línea. Un perro o un gato no tienen tu capacidad racional, ni mucho menos los
mismos requerimientos nutricionales que tú. Ellos han evolucionado para una
determinada dieta. Ellos no comprenden
ni conciben las implicaciones éticas detrás de tus elecciones, y no pueden
tomar conscientemente la decisión de abandonar una dieta con carne, mucho menos
un animal silvestre como un zorro, porque sencillamente ellos han evolucionado
como cazadores y/u oportunistas. Si tienes que darle suplementos de taurina a
tu gato porque le estás dando una dieta vegana, entonces lo estás malnutriendo, y eso es maltratarlo. Puro y simple.
La
excusa de que la “naturalidad” es irrelevante al tratarse de un zorro mascota
termina siendo mezquina por una pregunta simple: ¿qué demonios hace Sae con un
zorro silvestre como mascota? Sí, sé bien que las leyes en cuanto a mascotas
exóticas son diferentes entre países, pero desde mi perspectiva, si un vegano
realmente es consecuente con su sistema de ideas, no debería tener un animal
silvestre como mascota, mucho menos cuando una buena parte de ellos son
separados a la fuerza a una joven edad de su madre en su medio natural. Y si
bien es posible que “Jumanji” sea un fénec de cría, eso no quita el hecho de
que se estaría promoviendo la explotación de fauna silvestre, peor cuando se le
está sometiendo a una mala dieta.
Para
que entiendan con un contraste: hace poco más de un mes me topé con una
publicación de Mina Karadzic. Mina es una artista montenegrina, a la que quizás
reconozcan como la pareja de Christofer Johnsson, el fundador y guitarrista de
la famosa banda Therion, y hace parte del proyecto Luciferian Light Orchestra.
Es también fotógrafa, y sus trabajos son muy buenos. Es una persona
interesante. Mina es vegetariana desde su niñez, y además apoya el veganismo,
aunque no lo asuma para su vida, pues lo considera una excelente opción para
reducir el sufrimiento animal y el impacto al ambiente.
Mina publicó la respuesta de la dueña de una cuenta en Instagram llamada
Juniper & Fig, donde las estrellas son una pareja de zorros domésticos que
fueron rescatados del negocio de la peletería. Como no tienen habilidades de
caza por ser criados en cautiverio, su dueña debe alimentarlos por sí misma. En
una foto posteada en su cuenta de Instagram donde alimentaba a Juniper, y donde
explica precisamente que su dieta requiere de carne con frutas y vegetales,
alguien comentó que “se sentía mal porque
los zorros tuvieran que comer carne”, y que aunque con animales rescatados
como perros y gatos les puedes dar una dieta vegana, no ocurre lo mismo con los
zorros, y que ojalá se inventen soluciones veganas para “todas las dietas animales”.
¿Alguien más pensó en esta “solución”? Yo sí.
La
respuesta de la dueña de Juniper fue sencilla y a la vez contundente: en la
cadena trófica existe usualmente un balance entre carnívoros y herbívoros, pues
sin los primeros, los segundos sobrepoblarían el medio ambiente. Eso viene con
consecuencias desastrosas para un ecosistema. Mina fue un poco más amplia en su
opinión al tema: es cruel imponerle tu estilo de vida a otros seres vivos,
aunque sean tus mascotas, porque sencillamente no comparten tus mismas
necesidades. Tal como yo le comenté a Mina en un corto intercambio en su post,
es como darle chocolate a tu perro, o leche entera a tu gato: tierno, pero
malsano (los que tengan perros y gatos entenderán). Ella fue más allá: si impides
que tus mascotas obtengan lo necesario para subsistir, las estás haciendo sufrir, y entonces tu veganismo no sirve de gran
cosa. Pretender convertir en veganos a animales que son por naturaleza
carnívoros, y predicar al respecto, es repulsivo y abusivo. Su salud está por encima de tus creencias, y si no puedes
comprender eso, entonces cómprate mejor un perro Aibo.
Dudo
que Sae entienda esto, puesto que considera que alimentar a un zorro con
materia animal es abuso en sí mismo. Termina siendo, en su tozudez, tan mala
para “Jumanji” como los campesinos que sacrificaron a la cerda. Incluso peor,
puesto que ella seguramente tiene una mejor educación para comprender cómo
funciona la Naturaleza, y hace oídos sordos al respecto por sus posturas
personales. Para ser alguien que se declara antiespecista, está siendo
increíblemente ciega con sus propias acciones, pues al imaginar que abusa de su
zorro si le da la dieta que naturalmente necesita, está actuando según sus necesidades, no las de “Jumanji”, y con
ello termina siendo aún más antropocéntrica y especista que las personas a las
cuales critica. Valiente superioridad moral.
La
idea de que todos los animales deberían ser veganos parece digna de esos
folletitos y revistas de los Testigos de Jehová, donde yace el león junto al
cordero, y es igual de irreal y absurda. A mí me preocupa que haya personas que
estén ignorando las necesidades de sus mascotas a favor de sus propios deseos
egoístas, porque entonces significa que la antropomorfización por la cual
muchos someten a los animales está tomando visos peligrosos. Y si es
preocupante que en muchos mataderos aún se sacrifiquen reses con gran dolor, lo
es igualmente que se esté irrespetando las condiciones y necesidades de muchos
animales por ser mascotas de personas que en realidad comprenden poco de ecología
o ciencia.
Sólo
esperar que el caso de “Jumanji” termine para mejor, a pesar de la estupidez
con la que actúa su dueña, y que por lo menos con esta entrada pueda hacer
reflexionar a algunos (y afortunadamente sé que muchos veganos son muchísimo
más sensatos que Sonia Sae). Tienes la libertad de optar por una dieta libre de
sufrimiento animal. Es un acto noble. Pero si pretendes que tu perro o tu gato
se vean sometidos a la misma dieta, cuando no tienen ni voz ni razonamiento
para opinar al respecto, ¿adivina qué? Estás perpetuando el sufrimiento animal.
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