One Piece, política y libertad

 Advertencia: la presente entrada contiene elementos que son importantes en la trama de One Piece, incluyendo el reciente arco de Elbaph. Se recomienda discreción.

Introducción

Si tuviese que hacer una lista de mis series favoritas, siendo tan malo como soy haciendo tops, sin ninguna duda One Piece estaría entre los primeros lugares. Con más de 1100 capítulos impresos, una serie de anime extensa e incluso un live action sorprendentemente exitosa, este manga ha sido uno de los shonen más exitosos de la historia a nivel internacional, no sólo por su arte y sus peleas, sino por su intrincada historia y los mensajes que transmite. El relato de un grupo de piratas recorriendo el mundo para encontrar el mayor tesoro de la historia nos ha presentado temas como la tiranía, la discriminación e incluso el genocidio, pero también nos habla del heroísmo, de la familia encontrada, y en últimas, de lo que realmente significa la libertad.

Hemos visto recientemente el impacto y la huella de esta serie en el imaginario colectivo. La bandera de los Piratas Sombrero de Paja, la tripulación protagonista de One Piece, fue ondeada en Indonesia desde julio, en medio de protestas de la población contra la corrupción del gobierno, los recortes en educación y salud, y reformas laborales que golpean a una población joven con altos índices de desempleo. En Nepal, el Jolly Roger de los Sombrero de Paja protagonizó una foto frente a un edificio en llamas del gobierno, como símbolo de la rebelión encabezada por la Generación Z, la cual logró derribar el mandato de Sharma Oli. Otros manifestantes en protestas en Corea del Sur, Filipinas, Japón y Francia también ondearon la bandera que ha llegado a encarnar el espíritu de rebeldía y revolución en las últimas semanas.

Para muchas personas, probablemente sea muy confuso cómo es que una serie de piratas en apariencia simple ha llegado a representar el espíritu revolucionario de miles de personas, en comparación a lo ocurrido en años anteriores con otros trabajos como V de Venganza y Los juegos del hambre. Incluso podría ser un poco irónico para otros pocos, pues una discusión recurrente y absurda en redes sociales es acerca de si One Piece es una obra política o no, con la opinión negativa viniendo a veces de los propios fanáticos de la serie. Esto a pesar de que es más que obvio el fuerte contenido político que presenta su historia.

Teniendo en cuenta ambas circunstancias, vale la pena que abordemos de cerca los temas que nos presenta One Piece, que podamos apreciar los mensajes que ofrece, y cómo muchos de los temas políticos que presenta reflejan y se inspiran en sucesos políticos e históricos. En especial, en tiempos en que el término libertad ha sido manoseado y malinterpretado por figuras reaccionarias, las fuertes influencias libertarias en la historia creada por Eichiro Oda necesitan resonar con más fuerza que nunca. Cabe destacar, por supuesto, que esta entrada parte de mis interpretaciones sobre el contenido político de One Piece, pero que el manga tiene un contenido político es un hecho. Es decir, lo que yo exponga aquí puede que no sea del todo preciso sobre los mensajes de la historia, pero no duden que existen mensajes políticos detrás de este manga de piratas.

El poder degrada… y se degrada

One Piece nos presenta un mundo oceánico, donde las masas de tierra predominantes son las islas. Cientos de naciones se desarrollan dentro de los cuatro océanos y la franja marina, el Grand Line, que rodean el mundo. Considerando las vastas distancias, la necesidad de tender puentes entre sí y el riesgo de ser atacados por barcos piratas, muchos de los países en este mundo han elegido organizarse una federación de naciones. Más de 170 naciones son afiliadas del Gobierno Mundial, una institución política que se encarga de hacer cumplir las leyes y combatir las amenazas alrededor del mundo a través de su fuerza militar, la Marina. En apariencia, todas las naciones tienen igual peso político dentro del Gobierno, y este garantiza la paz y la seguridad en los mares.

Pero si algo se ha encargado de mostrarnos la serie es la cara oscura de los gobiernos y Estados, y esto es mejor encarnado con el propio Gobierno Mundial. Más allá de su papel como garante de los acuerdos y decisiones que toman las naciones, se trata de una oligarquía que ejerce represión a nivel internacional, no sólo contra los piratas, independientemente de sus intenciones, sino también contra naciones no afiliadas, las cuales no son consideradas dignas de derechos humanos o de ser consideradas humanas siquiera, e incluso contra sus propios miembros; ha promovido históricamente la segregación y en algunos casos la persecución de otras especies; exigen tributos cuantiosos por su afiliación que pueden arruinar a los países; y hacen negocios secretos con piratas y figuras criminales poderosas a través de redes ilegales. Incluso cuentan con agencias de inteligencia encargadas de investigar, y hasta eliminar potenciales amenazas contra su régimen.

La Marina, presentada como un símbolo de justicia, está además llena de miembros corruptos o extremistas que no dudan en poner en riesgo a los civiles e incluso exterminarlos directamente en pos de cumplir con sus objetivos, pues su ideología de “Justicia Absoluta” considera que los Marines deben hacer todo lo que esté en su poder para exterminar el mal. Esto es mejor resumido con la Buster Call, una operación militar especial que se encarga de aniquilar islas enteras que son consideradas una amenaza contra el Gobierno Mundial, sin miramientos por civiles inocentes pues, en palabras de Nico Robin, las personas no aparecen en los mapas.

Otro de los aspectos más destacados y repudiables del Gobierno Mundial es su supresión de la historia y el conocimiento. Lo ocurrido en el mundo durante el siglo que precedió a la formación del Gobierno es desconocido, y sus fuerzas persiguen y asesinan a cualquiera que intente llenar la información del llamado Siglo Vacío. El estudio y lectura de los Poneglyphs, gigantescas estelas de piedra que contienen una escritura que pocos pueden descifrar, esta explícitamente prohibido, y de hecho las tres Buster Call que hemos visto en el manga hasta ahora se relacionan con ese conocimiento vetado.

La mayor muestra del nivel de corrupción del Gobierno Mundial se encuentra en la existencia misma de los Nobles Mundiales, descendientes de las familias reales que lo fundaron. Conocidos también como los Tenryubito (Dragones Celestiales), estos sujetos que viven a miles de metros por encima del mar son una élite especial que está por encima de las leyes establecidas, y por lo tanto deben cumplirse cualquiera de sus exigencias y caprichos, mientras ven como escoria a cualquier persona del “mundo inferior”, creyéndose literalmente dioses. No ejercen ninguna labor administrativa, con excepción de los Cinco Ancianos, pero su palabra es la ley. Los Nobles Mundiales pueden asesinar civiles impunemente por no hacerles reverencia, tomar a cualquier mujer que vean en la calle como suya, y comprar y vender esclavos, incluso si son princesas o nobles regulares, a pesar de que oficialmente la esclavitud fue abolida por el Gobierno. Muchos nobles regulares los admiran y esperan ser como ellos, tomando medidas terribles para complacerlos y aliviar el tributo que deben otorgar al Gobierno.

Incluso la idea superficial del Gobierno Mundial como un consejo donde todos los líderes son iguales no es más que una mentira completa. Dejando de lado a los Tenryubito, en el arco del Levely nos muestran el Trono Vacío, un asiento alrededor del cual los veinte reyes que fundaron el Gobierno dejaron sus armas, y que existe como símbolo de que no hay ningún rey por encima del otro: ningún rey puede siquiera bromear sobre sentarse en él, pues es un tabú mundial. Pero en este mismo arco nos enteramos que existe un soberano absoluto y secreto por encima incluso de los Cinco Ancianos, uno que reposa tranquilamente sobre el Trono Vacío, y que puede decretar la destrucción de islas enteras como una orden divina.

Creo que ya pueden entender por qué One Piece se ha convertido en un símbolo importante para los movimientos de protesta en estos meses. La imposición del Gobierno Mundial y su control a través de los madres nos recuerda mucho al colonialismo del Imperio Británico y la presencia de grupos como la Compañía de las Indias Orientales. La persecución de culturas e historias es también un aspecto dolorosamente real, uno que ha sido parte de nuestra historia durante gran parte de la misma –pensemos en cosas como el genocidio armenio, el Holocausto o las políticas de Turquía sobre la nación kurda- sigue generando debates hoy en día, donde contemplamos el exterminio de poblaciones enteras y a naciones como Estados Unidos que, bajo el pretexto de perseguir lo woke ha planteado el retirar cualquier mención a su pasado esclavista en museos históricos y negar la existencia de minorías y etnias enteras.

Los gobiernos corruptos o que toman medidas que afectan a los ciudadanos son un pan de cada día en nuestro mundo, y hay un punto en que su autocomplacencia y abuso de poder ha sido tan descarado que los ciudadanos dicen basta. En One Piece tampoco hay excepciones. Además de piratas como los protagonistas, que se han enfrentado a adversarios que gobiernan naciones con puño de hierro, a la Marina y a los propios agentes del Gobierno Mundial, existe una organización subversiva, el Ejército Revolucionario, que se opone directamente a este. Los Revolucionarios se enfocan en derrocar gobiernos corruptos locales, reducir la dependencia de sus ciudadanos a la Marina y el propio Gobierno, y sacar del poder a los Nobles Mundiales, imagen de la corrupción y decadencia del poder.

Antes de hablar sobre los piratas y la libertad, tengo que hablar sobre una noción pequeña que ha surgido ocasionalmente en el manga, y es que el poder se degrada, que no existe tal cosa como un poder que dure para siempre. Los seguidores y creadores de contenido sobre One Piece tienden a relacionarlo con la condición del gobernante misterioso, y hay razones para creer que es así, pero es fácil identificarlo también como una crítica a los siglos que ha durado el régimen del Gobierno Mundial, y la forma en que ha ido sembrando las semillas de su propia destrucción. Mucho hemos escuchado la frase de que el poder corrompe, pero también es cierto que el poder, en su búsqueda de perpetuarse a sí mismo, puede llegar a cometer atrocidades, traicionar sus propios principios, de modo que reduce las posibilidades de acción de una población, pero también se convierte en una institución corrupta y podrida que ya no cuenta con respaldo popular, a un punto en que los oprimidos sólo pueden elegir un camino: revolución.

Es en este punto que debemos hablar de la mayor oposición directa al Gobierno Mundial: Monkey D. Dragon, padre de Luffy y comandante del Ejército Revolucionario. Durante el arco de Egghead nos revelaron que Dragon fue un miembro de la Marina, pero la abandonó al no encontrar allí la justicia que tanto pregona la organización. No fue sino hasta hace un par de capítulos que logramos comprender la magnitud de su quiebre con la Marina, pues nos enteramos que era un simple cadete que fue enviado a God Valley para capturar a los ciudadanos que serían parte de los enfermos juegos de los Tenryubito, y fue testigo de las atrocidades que se cometieron. Miles de personas siendo cazadas como conejos por la élite mundial, incluso bebés y ancianos, sin que Dragon pudiese intervenir directamente a riesgo de que todo su escuadrón fuese ejecutado. Comprendió de primera mano que, para aquellos que regían los destinos del mundo, la vida de toda una nación no era más que un simple entretenimiento.

Cuando Dragon abandonó la Marina formó un grupo llamado Luchadores de la Libertad, que se encargaba de incitar protestas en otros países en contra del Gobierno, sin combatirlos directamente. Sin embargo, el genocidio de Ohara en una Buster Call le hizo darse cuenta que no podía lograr un cambio si no cambiaban de enfoque y lo combatían directamente. A pesar de su odio por la guerra, Dragon entendió que no puede existir libertad y justicia cuando las vidas de aquellos considerados inferiores están a merced del capricho de un gobierno corrupto y opresivo, y debían convertirse en una fuerza activa que pudiese poner en jaque al Gobierno Mundial, así que reformó a sus Luchadores de la Libertad en un ejército propio, entrenándolos para luchar y liberar directamente a las naciones del poder de los Tenryubito, de modo que todo el sistema sea reformado. Un Ejército Revolucionario.

Como bien señalaba la escritora anarquista Emma Goldman, todo gobierno es conservador por naturaleza, puesto que debe retener, ampliar y perpetuar su poder, al mismo tiempo que desconfía del individuo, de la persona que no se ajusta a la uniformidad que se impone desde la autoridad. Por tal motivo, cualquier cambio que se experimente en el gobierno no puede venir de su propia voluntad, sino de la presión ejercida sobre este, a menudo a través de la revolución. Este es el objetivo del Ejército Revolucionario, pues más que destruir directamente al Gobierno Mundial, tanto por ideología como por capacidad militar, se enfocan en debilitar su control sobre las naciones del mundo y deshacerse directamente de los Nobles Mundiales, aquellos por encima del sistema y que corrompen todo el sistema con la excepcionalidad de la que gozan, de modo que el Gobierno se derrumbe desde su cima, literal y figurada.

Esto pone a Dragon en conflicto directo con la Marina, lo que genera un choque interesante de ideales con su padre, el vicealmirante Monkey D. Garp. Como un Marine veterano, Garp conoce bien la corrupción de los Tenryubito, al punto que ha evitado ascensos por años para escapar de su control directo, pero entiende que la Marina sigue siendo la mayor institución que defiende a los ciudadanos, y quienes imparten la justicia alrededor del mundo. Garp es parte de aquellos Marines, como Smoker o el almirante Fujitora, que buscan una justicia más moral, que priorice a los civiles antes que las bajas piratas, y se mantiene en la institución porque busca reformarla; entrena en su filosofía personal de justicia a los nuevos reclutas para que las próximas generaciones de Marines la conviertan en una organización mucho más moral e independiente de los abusos del Gobierno Mundial.

¿Es factible, no obstante, preservar un sistema así? Si las instituciones han sido construidas en torno a una élite opresiva y corrupta, y existen miembros de la misma que aspiran a seguir los pasos de dicha élite, como hacen muchos nobles de los países miembros del Gobierno Mundial, es posible que incluso una reforma absoluta no sea suficiente para cambiar las cosas. Dragon entendió que el cambio necesita ser radical, que las figuras corruptas de autoridad sean retadas directamente y expulsadas del poder, y que no se puede esperar a que la Marina reorganice sus prioridades: las reformas desde el interior pueden ser nobles, pero siguen estando limitadas porque evitan confrontar a quienes detentan el poder.

Algunas de las acciones del Ejército Revolucionario, como influenciar a los ciudadanos para defenderse por su cuenta en lugar de confiar siempre en la Marina y el Gobierno, parecen hacerse precisamente bajo este supuesto de que, una vez fuera los Tenryubito, todo el sistema de gobierno y la justicia debe cambiar hacia una organización menos central, pero aún nos faltan matices sobre los objetivos de Dragon y los otros líderes revolucionarios. En todo caso, no son ellos los únicos que encarnan el espíritu de la libertad en One Piece, pues los protagonistas de esta historia son, y siempre han sido, los piratas.

Los que intentan cambiar el mundo

En un mundo rodeado de mares, tanto el espíritu aventurero como el interés económico y el escape de una institución autoritaria impulsan a cientos de personas a tomar un barco y lanzarse a las aguas, sea dedicándose al robo y al pillaje, a conquistar islas o simplemente a recorrer el mundo. Para el Gobierno Mundial, todas estas personas, independientemente de su carácter y sus motivos, son consideradas criminales, al punto que izar una bandera con un Jolly Roger es visto como un delito serio.

Estos son los piratas. Y sin duda, que Oda decidiera usar la figura de la piratería para transmitir su mensaje sobre la libertad no es algo casual: para muchos piratas históricos, esta era una forma de vida que les permitía escapar de los rincones más abandonados de la sociedad, e incluso de la explotación y la esclavitud. Es cierto que mucha de la imagen que tenemos de la piratería está fuertemente romantizada por la literatura y la ficción audiovisual: la mayoría de los piratas eran menos aventureros como nuestro protagonista de One Piece, Monkey D. Luffy, y más saqueadores como Barbanegra –el del manga, aunque el de la vida real no era un santo tampoco-. Sin embargo, esto no excluye que muchas personas que se volvieron piratas tenían orígenes precarios o habían vivido como esclavos, por lo que una nueva vida en el mar, lejos de las garras de las potencias colonialistas, era preferible a pesar de ser también difícil y precaria en sí misma.

Vale la pena señalar también que dentro de la piratería se daban formas tempranas de democracia, en donde el capitán no tenía el poder absoluto, sino que las decisiones se tomaban por voto de la mayoría entre los tripulantes, las funciones se distribuían entre diversos miembros de la tripulación, y las ganancias se repartían se repartían de forma relativamente equitativa entre los miembros. Incluso existían artículos y un Código Pirata, que llegaban a registrar temas como la compensación por lesiones o amputaciones, o las reglas para vivir a bordo. Es difícil saber qué tan extendidos estaban estos sistemas de organización como tal, o qué tanto se respetaban dentro de las tripulaciones, porque pocos documentos han sobrevivido hasta nuestros días, pero sí se sabe que existían diferentes códigos entre barco y barco, basados en general que cada miembro de la tripulación tenía derecho y participación en las decisiones que se tomaban a diario.

También es notable que entre los piratas había una porción grande de diversidad. Personas de diferentes naciones y etnias se unían a las tripulaciones, y muchos recibían mayor respeto que en su propia tierra. Por otro lado, también existían casos de esclavitud entre piratas, y existen pocos registros de mujeres que viajaran bajo un Jolly Roger, así que tampoco podemos pensar que eran idénticas a lo que vemos incluso en One Piece, donde otras especies y personas LGBT+ pueden formar sus propias tripulaciones y organizaciones, pero ciertamente eran mucho más igualitarias que otras sociedades de su época.

Y no podemos dejar de comentar acerca de los paraísos piratas y asentamientos que se formaron. Sabemos de la existencia de bastiones como Isla de la Tortuga en Haití y Port Royal en Jamaica, y Nassau en las Bahamas llegó a convertirse en una llamada República Pirata, con un código bien establecido; existe también el mito de Libertaria, en la costa norte de Madagascar, y aunque todo indica que es eso, un mito, sí se sabe que hubo asentamientos en la isla, y algunas etnias malgaches afirman descender de colonizadores piratas. Estos sitios son considerados sociedades protoanarquistas por el escritor Peter Wilson, ya que funcionaban sin una estructura de gobierno y con el ejercicio de la libertad individual como objetivo.

Siendo vistos como epítomes de la libertad, los piratas en One Piece deben chocar constantemente con el control del Gobierno Mundial, y muchos tienen grandes aspiraciones, pero pocos se han atrevido a retar directamente a la institución. Eso hace que dichos pocos personajes destaquen, no sólo porque reconocen directamente lo podrido que está el statu quo de su mundo, sino también porque representan diferentes visiones de lo que significa la libertad y cómo alcanzarla, aunque no todos piensan en una libertad que sea lo que realmente necesita el mundo.

Un ejemplo reciente del arco de Elbaph es el tan esperado Rocks D. Xebec, el primer adversario del futuro Rey Pirata y capitán de los Piratas de Rocks, una tripulación peligrosa que incluía a tres de los futuros Yonko, los cuatro piratas más fuertes e influyentes de la serie. Un hombre temible y poderoso, Rocks se ha ganado rápidamente a los lectores por su carisma e intensa personalidad, pero también por su visión y su sorprendente humanidad. Rocks aspira a conquistar Mary Geoise, la capital del Gobierno y hogar de los Tenryubito, y convertirse en el rey del mundo. Para este objetivo, participó en torneos que le permitieron ganar tripulantes fuertes, hacer un trato con el Gobierno y tomar por asalto Hachinosu, un paraíso pirata, para acumular desde allí la fuerza que le permitiera retar directamente la cima del mundo.

No sabemos qué lo motiva exactamente, pero nos hemos enterado hace poco que Rocks proviene de God Valley, una isla que fue epicentro de un incidente histórico de gran importancia, que es parte de un clan que ha sido perseguido por el Gobierno Mundial durante siglos, y que asaltará a los Tenryubito y Marines establecidos en su isla natal para salvar la vida de su amante y su hijo. También hemos visto que Rocks ve la voluntad y la fuerza como importantes para conseguir lo que busca, y lamenta que su amigo Harald, rey de los gigantes de Elbaph, no pueda ver cómo el Gobierno Mundial intenta convertir a su nación en soldados fieles. Si bien Harald tiene razón en que Elbaph necesita dejar atrás su historia de violencia para integrarse al mundo, Rocks tampoco se equivoca al indicarle que el Gobierno Mundial no tiene interés en tratarlos como iguales, sino como herramientas. Quizás buscaba la libertad de su clan y de otras razas a través de derrocar directamente a los Nobles Mundiales, aunque deba recurrir a actos atroces para lograrlo; es pronto para saberlo, pero lo que hemos visto de su historia nos sugiere que es motivado por algo más que el simple egoísmo de controlar el mundo.

Otro personaje que resulta curioso de analizar para este tema es, sorprendentemente, Kaido, el Rey de las Bestias. Considerando a menudo el menos interesante de los Yonko originales por el fandom, encuentro no obstante una fuerte influencia de Rocks y de su propia experiencia de vida en los objetivos que lo mueven. Como un niño soldado que cuestionaba la existencia de los Tenryubito, y que luego pasó a ser un aprendiz en la tripulación de Rocks, Kaido forjó en su interior la idea de que la fuerza y el poder militar lo son todo, y pasó décadas construyendo su ejército con el fin de derrocar al Gobierno Mundial. De hecho, su proyecto Nueva Onigashima tiene una fuerte influencia de la visión de Rocks para Hachinosu: un paraíso para los piratas que pudiese poner en jaque el poder del Gobierno.

Por supuesto, la visión de Kaido sobre igualdad y libertad es peligrosa, una visión extrema de darwinismo social. Para un hombre que desde pequeño se ha batido en guerras, y tuvo que hacerse respetar con su fuerza en una tripulación de monstruos, el verdadero valor del ser humano se encuentra en el calor de la batalla; es por ello que detesta a los Tenryubito, pues desde sus cómodas poltronas en Tierra Santa jamás han tenido que esforzarse y luchar para conseguir lo que tienen. El objetivo de Kaido es una guerra mundial donde sólo los fuertes y dignos sobreviven, y donde pueda probar su valor emulando al Rey Pirata o muriendo en la gloria del combate. Llegó incluso a aliarse con Kurozumi Orochi, un sujeto que encarnaba todo lo que desprecia de los Tenryubito, con el fin de acumular el poder necesario, y no le importó beneficiarse de la población explotada por el shogun de Wano; a sus ojos y su concepción de la libertad, si no fueron lo bastante fuertes o tuvieron voluntad para vencer, no tienen el derecho de ser libres.

Y ya que hablamos de explotación, otra figura importante en One Piece viene a la mente: Fisher Tiger, el capitán de los Piratas del Sol. Parte de la raza gyojin, una especie de hombres pez, fue esclavizado por muchos años en Mary Geoise, conociendo en su carne la demencia y crueldad de la que pueden llegar a ser capaces los seres humanos. Logró escapar de allí con un odio profundo hacia la humanidad, pero regresó trepando la Red Line con sus propias manos para asaltar Tierra Santa y liberar a todos los esclavos, pues no soportaba la idea de dejarlos abandonados, incluso a los humanos que tanto despreciaba.

Fisher Tiger no intenta derrocar directamente al Gobierno Mundial, pero busca que haya una coexistencia entre los gyojin y los humanos, evitando muertes de Marines y civiles, tratando de cambiar el statu quo de la relación entre las especies a través de influenciar en las ideas de la población. Consciente de los siglos de explotación y esclavitud impuestas sobre los primeros, Tiger cree que dicha coexistencia debe darse con ambas especies separadas y no viviendo en un mismo sitio, pero hace su mayor esfuerzo para que sus compañeros tripulantes dejen su desprecio por los humanos y eviten asesinar Marines. Su visión de la libertad es una más de segregación que de integración, pero incluso en su lecho de muerte, cuando su propio odio impidió que se salvara su vida, Tiger dejó el mensaje de que debían trabajar en que las nuevas generaciones no conociesen el odio entre especies, para que quizás en el futuro pudiesen coexistir de una forma mucho más completa que la que él visualizaba.

Sé que esta imagen se ve mal, pero tiene más significado del que imaginan.

Traigo de nuevo a Dragon a mención, aunque no sea un pirata, para que contrastemos la visión de todos estos personajes. Fuera de Fisher Tiger, que intervino directamente en un principio pero luego tomó un enfoque más indirecto, todos buscan derrocar a los Nobles Mundiales, la mayor fuente de corrupción y desigualdad en el mundo, pero sólo Dragon parece hacerlo por motivos que trascienden sus intereses personales. Dragon y Tiger intentan que la misma población cambie su perspectiva, haciendo un trabajo horizontal al mismo tiempo, mientras que Rocks y Kaido buscan imponer directamente su voluntad desde la cima. Se puede decir que el Rey de las Bestias tiene una visión más individualista de la libertad, donde cada uno es responsable de su propia situación, mientras que Dragon y Tiger dedicaron su esfuerzo de forma más cooperativa, donde cada persona debe recibir las herramientas para liberarse, pero también debe hacer uso de su propia voluntad para lograrlo.

Parece curioso que, en medio de una historia donde tenemos una revolución en marcha y un gobierno que está preparándose para una “limpieza” a nivel global, tengamos que seguir como protagonistas a una tripulación de tipos raros que sólo quieren encontrar un tesoro legendario. Pero estaríamos ignorando no sólo que la vida de pirata es vista por muchos en esta serie como una expresión de libertad, sino que, además, toda la historia se ha ido construyendo poco a poco para indicarnos que la libertad del mundo y de todas las personas está vinculada a dicho tesoro y a la piratería misma.

El hombre más libre del mundo

Una posible razón por la que muchos lectores de One Piece no reconocen que contiene un mensaje político es porque no se trata de un discurso partidista: no es como que esté presentando explícitamente un mensaje marxista, socialista o anarquista, por poner un ejemplo, y digo explícitamente porque sé que se pueden identificar o interpretar elementos de estas filosofías en la obra. Es bien sabido también que Oda tiene una foto del Che Guevara en su puesto de trabajo. Lo que ocurre es que, en mi opinión, intenta que el lector forme su propia opinión sobre los mensajes que presenta: por ejemplo, no condena a Garp por mantenerse dentro de una institución corrupta para tratar de reformarla, sino que lo presenta como otro recurso posible de lucha, otra expresión de voluntad al lado de la decisión de Dragon de ir directamente contra el Gobierno Mundial.

Lo que sí es cierto es que la libertad es uno de los mensajes centrales dentro de la obra. Y es algo importante de destacar, porque en estos tiempos es un concepto que se ha degradado en el debate público. Tenemos personas que creen que la libertad individual sólo consiste en que los gobiernos no te prohíban nada, pero que no tienen obligación de garantizarte derechos mínimos, como el acceso a la alimentación y la salud. Un economista cretino y mal peinado llegó a ser presidente luego de decir años antes en un debate que si en el trabajo te explotan, pues tienes igual la libertad de morirte de hambre y no trabajar. Otros se presentan como defensores de la libertad hasta que el individuo es negro, migrante, mujer, LGBTQ+, o de una ideología política contraria, casi siempre de izquierda.

One Piece no se centra sólo en la libertad de ese modo individual, sino que la complementa con la creencia en los sueños, el motor de todo ser humano: si no tienes oportunidad de esforzarte en cumplir tus sueños por vivir en un ambiente derruido, que no te ofrece nada, no eres realmente libre. Es por ello que los Piratas del Sombrero de Paja se esfuerzan siempre en derrocar a los regímenes autoritarios de las islas que visitan. Ellos no están interesados en ser héroes, pero como creyentes en los sueños y la libertad, no pueden soportar cuando ven que sus habitantes viven en penuria y no pueden ejercer realmente su libertad. Es el mismo espíritu que mueve a Dragon, sólo que el comandante revolucionario lo enfoca en un objetivo más concreto y organizado, mientras que Luffy y sus nakamas actúan sin una meta política: intervienen porque alguien tiene que hacerlo.

Por otro lado, la serie nos ha implicado en los últimos años que los Sombrero de Paja serán protagonistas, lo quieran o no, de un cambio importante en el statu quo del mundo. Desde Sabaody y Marineford se indica que la historia del mundo, la posición del Gobierno Mundial y la condición de los piratas están vinculadas al One Piece, el mítico tesoro escondido en la última isla del Grand Line, y que un gran conflicto se desarrollará cuando vuelva a encontrarse. Y esto nos lleva a hablar de un último elemento importante en esta larga disertación, el título por el que miles de piratas aspiran al izar la bandera y recorrer el mundo: ser el Rey Pirata.

El Rey Pirata es un título que sólo ha conseguido hasta la fecha Gol D. Roger, el único capitán pirata que recorrió todo el Grand Line y encontró la última isla, en la cual depositó todos sus tesoros junto al mencionado One Piece. Muchos piratas en la historia han peleado por alcanzar dicho título, algunos por la fama y la riqueza que les traería, y otros porque simplemente es su sueño. Por ejemplo, nuestro protagonista Luffy busca convertirse en el Rey Pirata como un paso para cumplir su sueño, y tiene una perspectiva muy particular de lo que significa: como soberano del océano, la mayor extensión de terreno de su planeta, el Rey Pirata es el hombre más libre del mundo.

Sin embargo, parece que encontrar el One Piece viene con una responsabilidad importante. Roger descubrió algo en la última isla relacionado con el Siglo Vacío y Joy Boy, una figura antigua que se convirtió en el primer pirata de la historia, y decidió no revelar la información que él y su tripulación encontraron, porque al parecer llegaron demasiado pronto para actuar. Lo que sí podemos saber es que la información descubierta se relaciona con la gran guerra de la que surgió el Gobierno Mundial, lo que ocurrió durante el Siglo Vacío, y lo que significa la D en el nombre de tantos personajes que hemos conocido a través del manga, y cuya existencia es también peligrosa para el Gobierno. Y todo indica que Luffy se prepara, sin saberlo, para ser la persona que termine lo que Roger empezó en Laugh Tale, algo relacionado con recomponer el mundo.

Pero, ¿qué podría mover a un joven que busca ser libre antes que nada a tomar en sus manos lo que parece un designio trazado? Sabemos que Luffy valora su libertad, pero no puede evitar intervenir cuando ve oprimida la libertad de los otros, muy a su pesar de no querer ser visto como un héroe. ¿Es posible que una persona cercana a él vuelva a estar en peligro en manos de la Marina y el Gobierno Mundial? ¿O es que el secreto del One Piece y el Siglo Vacío le revelarán que, para alcanzar la verdadera libertad, su libertad y la de los demás, y cumplir su verdadero sueño, necesita destruir el sistema reinante?

Después de todo, ¿qué significa ser el hombre más libre del mundo mientras a tu alrededor la tiranía y la discriminación lo dominan todo? Se es libre de verdad en la medida en que se reconoce la libertad de los otros, en que las otras personas también lo sean, y de ser posible, cooperar y apoyar también en dicha libertad. Recorrer el camino del Rey Pirata significará, tarde o temprano, tener que enfrentarse a las antítesis de dicha libertad, porque quien frena la libertad de los otros pronto irá contra la tuya, en especial cuando eliges vivir de una forma contraria a los valores que imponen.

Por supuesto, estas son conjeturas, y puede que tal como dije antes, Luffy se vaya a la guerra por proteger a una persona cercana, como ocurrió en Marineford. Pero confío en que Oda será mucho más creativo con esta situación, y que nos sorprenda con una motivación muy interesante, algo que trascienda más allá del círculo cercano de Luffy, y nos conecte con todos los secretos del mundo que se encuentran ocultos junto al One Piece. Un momento que nos haga comprender por qué son los Piratas del Sombrero de Paja quienes traerán el amanecer del mundo.

Conclusiones

Llevo casi diez páginas completas, y siento que se me quedaron en el tintero varias cosas. Tenía la idea de hacer una lectura para relacionar One Piece con el pensamiento anarquista, pero eso haría este ensayo aún más extenso, y no quería que se terminara el mes sin poder presentarlo. Esa puede ser una entrada secuela, algo que puedo rescatar para desarrollarlo en un futuro cercano.

Como sea, espero haber dejado en claro para los no lectores de la serie de dónde viene el protagonismo y la importancia que ha tenido en los recientes levantamientos sociales alrededor del mundo. Y por supuesto, recomendarles que lean One Piece; puede que su longitud los haga temerle en un principio, y ciertamente arranca algo lenta, pero es una historia increíble y que se deja comprender desde sus primeros capítulos. En verdad es un trabajo que merece su reconocimiento actual como obra de culto, y como el emblema y mensaje para miles de personas que buscan romper con el statu quo y alcanzar la verdadera libertad.

 

¡Hola! Si les gusta mi contenido y quieren apoyarme para que pueda generarlo más seguido, pueden hacer un aporte voluntario en mi cuenta de Ko-fi. Así mismo, pueden seguirme en mi página de FacebookTwitter y Bluesky.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Lo que comprendí del final de Encanto

Perspectivas del autismo en la ficción

El pez de Einstein y el elogio de la mediocridad