De “broicismo” y otras malas apropiaciones del estoicismo

 

Si algo marcó el período más duro de la pandemia de COVID-19, fueron los largos meses de confinamiento, con una consiguiente afectación en la salud mental de millones de personas. El espacio limitado y la falta de interacción con otras personas terminaron disparando o agravando casos de depresión y ansiedad, así como afectar en otras condiciones neurológicas. En ese ambiente, no fue raro que miles buscaran una forma de solucionar la incertidumbre y aliviar su mente. Meditación, libros de autoayuda, filosofías de vida, terapia psicológica… Distintas herramientas se volvieron parte del diario vivir para muchos durante esos tiempos de angustia y soledad.

Una de las visiones más populares, y por la que de hecho me vi también bastante influido durante ese tiempo, fue el estoicismo. Se trata de una escuela filosófica surgida durante la Grecia posclásica, en el período helenístico, y que llegó a influir y desarrollarse bastante durante el imperio romano. A grandes rasgos, el estoicismo propone la búsqueda de la virtud como requisito suficiente para alcanzar la eudaimonia, una vida bien vivida; para lograr esto, el individuo requiere, mediante el ejercicio de la razón y la voluntad, manejar las emociones, de modo que cultive las positivas y controle las destructivas. Me gustaría ampliar mucho más sobre la historia y significado del estoicismo en una futura entrada, pero por ahora esta definición ultracondensada bastará.

Que el estoicismo fuese una de las filosofías más aplicadas en apariencia por las personas durante la pandemia no es de extrañar. Desde hace décadas, ha visto un renacimiento gracias al interés de filósofos y eticistas en la ética de la virtud; los principios estoicos son, además, una parte importante de la terapia cognitivo-conductual, uno de los principales enfoques en psicoterapia, y por tanto extensamente recurrido por salud mental durante el confinamiento. Incluso se habla de un estoicismo moderno, reorganizado y ajustado con las inquietudes y contextos contemporáneos. No obstante, ¿es siempre el estoicismo aplicado de forma adecuada?

La resurrección del discurso estoico como filosofía de vida en los años recientes ocurrió paralela al polémico fenómeno de la autoayuda y los discursos de superación y soluciones a menudo simples a problemáticas complejas de la vida. Y por desgracia, el estoicismo moderno no ha escapado de la banalización y corrupción de sus postulados y lecciones. Desde discursos militaristas hasta masculinismo tóxico, muchas vertientes reaccionarias se han apropiado del estoicismo a través de una mala comprensión de sus ideas o una mala interpretación de las mismas, de modo que refuerzan mensajes que, o son contrarios al propio estoicismo, o llegan a ser bastante peligrosos.

En un análisis extenso de tres partes, el biólogo evolutivo y filósofo Massimo Pigliucci, quien ha escrito extensamente en los últimos años acerca del estoicismo, reconoce tres problemas “internos” en el estoicismo moderno, a los que denomina e$toicismo, broicismo y estoicisMo. Como reconoce años después en otro ensayo más sucinto, vemos estas variedades mal aplicadas de estoicismo principalmente porque la gente lo considera más un conjunto de técnicas e vida que una filosofía de vida con principios. Es como imaginar que la sola meditación y el no comer carne ya te hace un budista, o que eres buen cristiano por darles dinero a las personas sin hogar. No: ambas contienen una serie de principios precisos e ineludibles si lo que se busca es un ejercicio verdadero de cada una. Y ocurre lo mismo con el estoicismo, cosa que estas malas aplicaciones convenientemente omiten.

Caricatura de Existential Comics, ilustrando estos malos enfoques del estoicismo moderno.

Hablaré de la que más he visto en redes, y es definitivamente el “broicismo”. Si han buscado acerca de estoicismo en YouTube, por poner un ejemplo, no será raro que se hayan cruzado tarde o temprano con videos de imágenes IA de griegos hipermusculosos, y discursos como “actúa como si nada te afectara, y te volverás invencible” o “no ruegues atención (haz esto)”, con una retórica que ya hemos escuchado antes en los gurúes del concepto del “macho alfa”. El “broicismo” considera que emociones como el miedo y la vulnerabilidad son debilidades, y un verdadero hombre requiere ser impertérrito ante lo que ocurre a su alrededor. De esta forma, puede dedicarse de forma adecuada a alcanzar el éxito y los recursos necesarios para alcanzar una buena vida, y cuando no desdeña el supuesto papel de las mujeres en la decadencia de la sociedad actual, que valora la debilidad, también puedes conseguir buenas relaciones sexuales.

Esto no es verdadero estoicismo. La idea de permanecer firmes ante lo que nos ocurre no es mala en sí, pero el enfoque “broicista” en alejarse de emociones “débiles” es una incomprensión fundamental del discurso estoico, y una de las malas interpretaciones más comunes y molestas alrededor de esta filosofía. Precisamente, la dicotomía del control (“algunas cosas están dentro de nuestro control, otras no”), otro aspecto mal entendido, consiste en enfocarse y desarrollarnos alrededor de aquello que podemos controlar, para poder aceptar y sortear aquello que no controlamos. Y el hecho de que nuestras emociones hagan parte precisamente del primer grupo significa que el objetivo no debe ser suprimir y evitar manifestar ciertas emociones, sino al  contrario, enfocarnos en manejarlas y desarrollarlas de un modo sano.

Usemos un ejemplo concreto. Hace no mucho se hizo viral un video con dos hombres hablando de que habían perdido recientemente a alguien cercano, afirmando entre risas que eran muy estoicos porque esas muertes no les habían causado nada. Eso es un enfoque completamente erróneo: es huir del duelo, suprimir cualquier posible emoción por la partida de una persona, y no es psicológicamente sano, pues las emociones suprimidas pueden reventar más adelante en problemas psicológicos serios. El verdadero estoicismo, en contraste, nunca habla de evitar el llanto y el duelo; al contrario, entiende que es parte natural del ser humano sentir el dolor por la partida de un ser querido. Lo que en el estoicismo sugiere en verdad, ejemplificado mejor en el texto Consolación a Marcia, de Séneca, es aceptar el dolor, reconocerlo y sentirlo, pero recordar que es una parte inevitable de la vida de todo ser. Así, el duelo no debe ser eterno. Hay incluso aspectos positivos que pueden salir de allí, como recordar con tus familiares y amigos los buenos momentos que se compartieron con esa persona. Atesorar los recuerdos juntos, agradecer a esa persona por haber sido parte de tu vida. Eso es el verdadero estoicismo.

Porque emociones como el miedo o la ira no son debilidades, sino reacciones de la mente humana ante un escenario que la perturba. La meta estoica no es suprimir o evitar esas emociones, sino confrontarlas con pensamientos racionales para actuar de mejor manera. ¿Cuál es la fuente del miedo? ¿Está dentro de mi control? Si lo está, ¿cómo debo manejar entonces la situación? Si no hace parte de mi control, ¿cómo debo afrontarla usando mis propias herramientas? En esto yace la fortaleza estoica, no en distraerse o negarse a las emociones.

La búsqueda de riqueza, éxito profesional y relaciones sexuales a través de técnicas estoicas resulta siendo irónica en sí misma, pues todas estas cosas son las que llamamos indiferentes preferidos, es decir, aquello que no necesitamos para alcanzar la virtud, pero que pueden tratar de conseguirse siempre y cuando no entorpezcan o interfieran en la búsqueda de virtud. Un estoico puede aceptar que su trabajo lo lleve a tener éxito, o la felicidad de una pareja, pero no son cuestiones primordiales en una vida digna de ser vivida. Vivir por ellas no hace parte del pensamiento estoico; el estoicismo no es materialista. Miremos lo que decía Epícteto en su Manual:

“Adquiere bienes, dirán, para que nosotros los tengamos” Si puedo adquirir, sin perder el pudor, la modestia, la fidelidad, la magnanimidad, muéstrame el camino que hay que tomar para ser rico, y lo seguiré. Pero si quieres que yo pierda mis verdaderos bienes a fin de adquirir falsos, ve por ti mismo cuál desigual ti enes la balanza, y hasta qué punto eres ingrato y desconsiderado. ¿Qué es lo que más amas, el dinero, o un amigo sabio y fiel? ¡Ah! Ayúdame entonces a adquirir virtudes, y no exijas que haga cosas que me harían perderme.

Una crítica más que se hace al “broicismo” es que su desdén por la expresión emocional y su persecución de cuestiones materiales fomentan un individualismo competitivo y narcisismo. El estoicismo, en cambio, es una filosofía que promueve la prosocialidad, el pensar y actuar pensando en los otros y en la comunidad. El estoico verdadero no vive en aislamiento, pues es a través del intercambio y el diálogo respetuoso que puede crecer como individuo hacia una vida eudaimónica. El apoyo mutuo y el pensamiento cosmopolita son importantes dentro del pensamiento estoico.

Habiendo hablado acerca de los indiferentes preferidos, eso nos lleva a otra apropiación errónea del estoicismo, el llamado “e$toicismo”. También referido como estoicismo de Silicon Valley, este enfoque se centra sobre todo en aplicar las técnicas estoicas para convertirse en mejores administradores y empresarios, en escalar de forma afectiva dentro del mundo económico y empresarial. Sus estrategias yacen sobre técnicas estoicas, pero su motivación no es alcanzar la virtud, sino en las recompensas materiales inmediatas, como si la buena vida fuese lo mismo que una vida bien vivida. No comprenden el ejemplo de Marco Aurelio como un filósofo que desarrolló pensamiento estoico mientras era emperador, sino como el de un emperador que se hizo poderoso gracias a su filosofía de vida.

Como dijimos, en el estoicismo las riquezas y el éxito no son más que externos e indiferentes: no contribuyen a desarrollar tu carácter, y no son importantes en la búsqueda de la virtud, por lo que se pueden ignorar o aceptar siempre que no se interpongan en el camino hacia la vida eudaimónica. Ya si hablamos a nivel político y económico del ejemplo de Marco Aurelio, si bien es cierto que el pensamiento estoico habla de usar nuestras propias herramientas para alcanzar la virtud siendo rey o esclavo, y es verdad que recibe críticas válidas sobre una visión más bien pasiva, también es cierto que estuvo detrás de movimientos políticos de resistencia en épocas de tiranía. No olvidemos que, después de todo, es una filosofía comunitaria y cosmopolita, donde tu prosperidad se influye también de la prosperidad de otros, lo que también inspira a enfrentar las injusticias.

Por tanto, el estoicismo que se vende como coaching, mindfulness y otra serie de propuestas empresariales para incrementar la eficiencia en tu oficina o negocio, es sólo otra reducción cosmética para maquillar el pensamiento competitivo e hipercapitalista de los empresarios y multimillonarios; es lograr que te preocupes por hacer tu sesión de yoga en la tarde para ser más eficiente, en lugar de fijarte en tus condiciones laborales. Es todo completamente antitético al pensamiento estoico. Tu éxito no define tu virtud, ni tu valor como persona.

Una apropiación menos común, pero también bastante atípica, del pensamiento estoico, la encontramos en círculos militares y pro-Ejército, en lo ha sido denominado “estoicisMo”. Para los defensores de este enfoque, la disposición mental de un soldado va de la mano con las enseñanzas del estoicismo acerca de la dicotomía del control, la impermanencia de las cosas y la autorreflexión. Gustan de citar como ejemplo, nuevamente, a Marco Aurelio y Catón el Joven, quienes fueron no sólo políticos, sino también personas que enfrentaron turbulentos períodos de guerra, o casos contemporáneos como el del héroe de guerra y ex fórmula vicepresidencial James Bond Stockdale, quien fue prisionero por ocho años durante la guerra de Vietnam, y afirmó que fueron las enseñanzas de Epícteto las que le permitieron mantener la cordura y entereza en ese duro período de su vida.

Pero la disposición de un soldado para cualquier combate no equivale a la resiliencia del estoicismo. Aunque los estoicos no eran necesariamente pacifistas, no dejaban de ser cosmopolitas, por lo que cualquier guerra no era algo en lo que se participara, sino aquellas con una causa considerada justa, y con un impacto proporcionado: sin destrucción, sin daños a los civiles o crueldad contra los capturados. De hecho, un soldado verdaderamente estoico se habría opuesto a participar en conflictos bélicos como Vietnam, y si nos fijamos en sus acciones, tanto Catón como Marco Aurelio tomaron las armas contra tiranos o invasores. ¿Consideran proporcionados o justos, por ejemplo, procesos como la invasión a Afganistán, la guerra en Irak, la invasión de Rusia a Ucrania o la barbarie contra Gaza?

Otro tipo de estoicismo simplista es aquel que cae en matices antipsiquiátricos y antipsicológicos. Es aún más cercano a manuales de autoayuda y discursos de superación y fitness, donde basta con comer de forma equilibrada y hacer ejercicio periódico para superar cualquier episodio de ansiedad o depresión, pues son cosas que se encuentran dentro de nuestro control. Pero se trata de una observación errónea, pues no tiene en cuenta que hay aspectos de nuestra salud mental que no hacen parte de nuestro control: La depresión no es cosa de simple inactividad física, y las disfunciones ejecutivas no se resuelven simplemente con más horas de sueño: son muchas veces resultado de múltiples factores, tanto externos como internos al propio cuerpo. De hecho, precisamente muchos de estos trastornos afectan nuestro control, y no se pueden manejar simplemente con ejercicios de voluntad.

Por supuesto que hay muchos ejercicios y prácticas estoicas que pueden, una vez recuperada, ayudar a mantener nuestra estabilidad emocional: la terapia cognitivo-conductual nace precisamente de la aplicación de técnicas y fundamentos del estoicismo en la psicoterapia. No obstante, estas herramientas muchas veces requieren también de un apoyo psiquiátrico y farmacológico, que permita un estado adecuado para empezar a abarcar las terapias. Instar a ignorar el papel del sector médico en la salud mental es una irresponsabilidad, y un verdadero mal ejemplo de lo que se entiende como dicotomía del control.

¿Es acaso malo emplear las técnicas y herramientas del estoicismo para mejorar el diario vivir sin comprometerse de lleno con la filosofía estoica? Por sí solo, no. Pero vender esa versión diluida de autoayuda como estoicismo sí es confuso y, como hemos visto con el “broicismo”, puede llegar incluso a ser nocivo. La represión de las emociones y la promoción de la individualidad son ingredientes para mantener la llamada crisis de la masculinidad, pues no hace nada por confrontar la alienación y soledad que muchos varones enfrentan en la actualidad; sólo acentúa los estereotipos tóxicos que tanto se están criticando hoy, y a largo plazo puede afectar su salud mental.

Como filosofía de vida y ética de la virtud, el estoicismo es un de las escuelas más robustas, tanto de su tiempo como en la actualidad. Es natural que aún sirva como modelo para miles de personas en el globo. Pero debemos mantenernos atentos, y cuidarnos de aquellos discursos que nos venden proyecciones superficiales disfrazadas de lecciones profundas, intentando suplantar las enseñanzas de sistemas filosóficos con paquetes de soluciones instantáneas.

Fuentes

Aguirre, J. 2023. Estoicismo vs FALSO estoicismo. Monitor Fantasma. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=PugG9wGELR0

Crane, B.D. 2019. Sorry, Silicon Valley: Here's Why You Can't Actually Be A Stoic Nowadays. Forbes. https://www.forbes.com/sites/theyec/2019/09/27/sorry-silicon-valley-heres-why-you-cant-actually-be-a-stoic-nowadays/

Crocker, J., & Bender, D. 2024. Stoicism, Broicism. The Summit Pinnacle. https://thesummitpinnacle.com/4488/opinion/stoicism-broicism/

Daily Stoic. A Stoic Response to Grief. https://dailystoic.com/stoic-response-grief/

Epícteto. Manual. https://web.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/Epicteto%20-%20Manual%20De%20Epicteto.pdf

Hitchcock, K. 2023. How Elite Soldiers Use Stoicism to Survive – and How You Can Too. Modern Stoicism. https://modernstoicism.com/how-elite-soldiers-use-stoicism-to-survive-and-how-you-can-too-by-kristin-hitchcock/

Makwana, D. 2022. Stoic Materialism. Aurelius Foundation. https://aureliusfoundation.com/blog/stoic-materialism-2022-05-31/

Pigliucci, M. 2014. ‘Why not Stoicism?’ Modern Stoicism. https://modernstoicism.com/why-not-stoicism-by-massimo-pigliucci/

Pigliucci, M. 2023. The varieties of bad stoicism. Figs in Winter. Substack. https://figsinwinter.substack.com/p/the-varieties-of-bad-stoicism

Pigliucci, M. 2023. Stoicism and the Military: an Unvirtuous Coupling. Modern Stoicism. https://modernstoicism.com/stoicism-and-the-military-an-unvirtuous-coupling-by-massimo-pigliucci/

Schäfer, H. 2022. “Silicon Valley is selling us Stoicism like they sold us yoga” Interview with Andrea Schriefl. Philonomist. https://www.philonomist.com/en/interview/silicon-valley-selling-us-stoicism-they-sold-us-yoga

Séneca, L.A. Consolación a Marcia. https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/consolacion-a-marcia--0/html/ff0a4672-82b1-11df-acc7-002185ce6064_2.htm

Thompson, J. 2023. Stoicism is popular right now, but there are some serious downsides. Big Think. https://bigthink.com/thinking/stoicism-popular-downsides/

Thompson, J. 2023. Naive Stoicism: Why pop philosophy is bad for your mental health. Big Think. https://bigthink.com/thinking/naive-stoicism-why-pop-philosophy-is-bad-for-your-mental-health/

Tumblin, B. 2022. How Should A Stoic Prepare For A Hurricane? The Stoic Gym, Vol. 4 (11). https://thestoicgym.com/the-stoic-magazine/article/605

Whiting, K. & John, A. 2021. What Stoicism is NOT: The School of Isolation. What is Stoicism? https://whatisstoicism.com/stoicism-resources/what-stoicism-is-not-the-school-of-isolation/

 

¡Hola! Si les gusta mi contenido y quieren apoyarme para que pueda generarlo más seguido, pueden hacer un aporte voluntario en mi cuenta de Ko-fi. Podrán recibir adelantos de los próximos proyectos de este blog. Así mismo, pueden seguirme en mi página de Facebook y en Twitter.

Comentarios

Entradas populares